Batalla
Por El
Cuerpo
Este manual es
un de los cursos de varios módulos del plan de estudios que lleva a los
creyentes de la visualización a través de la delegación, multiplicación,
organización, y movilización para lograr la meta de evangelización.
Para
informaciones adicionales sobre los cursos escriba a:
Harvestime International Institute
Instituto
Internacional Tiempo de Cosecha
3092
Sultana Dr.
Madera,
California 93637,
USA
©
Harvestime International Institute
CONTENIDO
Sugerencias
Para Estudio En Grupo, 4
Introducción, 5
Objetivos, 7
PARTE UNO: LA BATALLA POR EL
CUERPO
1. Reinos en
Conflicto, 9
2. Un Llamado a
las Armas, 19
3. Antes de la
Batalla, 25
PARTE DOS: EL ATAQUE
4. La Fuente de
Enfermedad, 32
5. Las Razones
Para la Enfermedad, 38
6. Los Tipos De
Enfermedad, 44
7. El Resultado
Final De la Enfermedad, 48
PARTE TRES: EL CONTRAATAQUE
8. La Base
Bíblica De La Sanidad, 53
9. Los
Propósitos De La Sanidad, 76
10. Los Dones
De Sanidades, 81
PARTE CUATRO: DESAFÍOS A
VENCER
11. Las
Tradiciones de los Hombres, 88
12. Un Aguijón
En La Carne, 98
13. Las
Preguntas Sin Respuestas, 103
PARTE CINCO: LAS ESTRATEGIAS
PARA SANAR
14. Ministrando
Sanidad, 117
15.
Continuación Del Ministerio de Sanidad, 126
16. La Sanidad
Última, 132
PARTE SEIS: LAS ESTRATEGIAS
PARA LA LIBERACIÓN
17. "A Quien Satanás Ha Tenido Atado”, 139
18. Ministrando
La Liberación, 151
19. La
Continuación del Ministerio de Liberación, 162
PARTE SIETE: LAS ESTRATEGIAS
PARA LA LIBERACIÓN
20. Guerreros
Sanos, 166
Conclusión, 178
Apéndice A:
Análisis de Diagnóstico,
180
Apéndice B: La Base Bíblica De la Sanidad Y Liberación, 184
Apéndice C:
Formulario de Análisis,
209
Respuestas a la
sección “Prueba Personal”, 211
SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO EN
GRUPO
PRIMERA REUNIÓN
Abriendo: Abra con oración e introducciones.
Conozca y matricule a los estudiantes.
Establezca
los Procedimientos Del Grupo: Determine quién conducirá las reuniones, el horario, lugar, y fechas para
las sesiones.
Alabanza
Y Adoración: Invite
la presencia del Espíritu Santo en su sesión de entrenamiento.
Distribuya
los Manuales A los Estudiantes: Introduzca el título del manual, formato, y objetivos del curso
proporcionados en las primeras páginas del manual.
Haga La
Primera Tarea: Los
estudiantes leerán los capítulos determinados y harán la prueba personal para
la próxima reunión. El número de capítulos que usted enseñará por sesión
dependerá del tamaño del capítulo, contenido, y de las habilidades de su grupo.
LA SEGUNDA Y REUNIONES SIGUIENTES
Abriendo: Ore. Dé las bienvenidas y matricule a
cualquier nuevo estudiante. También dales un manual. Vea quien está presente o
ausente. Tenga un tiempo de alabanza y adoración.
Revisión: Presente un breve resumen de lo que
usted enseñó en la última reunión.
Lección: Discuta cada sección del capítulo usando
los TÍTULOS EN LETRAS MAYÚSCULAS Y EN NEGRITO como un esbozo de la enseñanza.
Pida a los estudiantes que hagan preguntas o comentarios sobre lo que ellos han
estudiado. Aplique la lección a las vidas y ministerios de sus estudiantes.
Prueba
Personal: Repase con
los estudiantes la prueba que ellos han completado. (Nota: Si usted no quiere
que los estudiantes tengan el acceso a las respuestas, usted puede quitar las
páginas con las respuestas en la parte final de cada manual).
Colocando
en Acción: Usted
puede hacer esta sección en una base individual o en grupo.
Examen
Final: Si su grupo
está matriculado en este curso para los créditos y Diploma usted recibió un
examen final con este curso. Reproduzca una copia para cada estudiante y
administre el examen en la conclusión de este curso.
CURSO: LA BATALLA POR EL CUERPO
INTRODUCCIÓN
La Iglesia
Primitiva vio su experiencia espiritual por lo que se refiere a la guerra. La
terminología militar se usa a lo largo del Nuevo Testamento. Protección se vio
en la armadura de Dios. La Palabra de Dios se comparó a una espada. Los ataques
de Satanás se llamaron flechas ardientes. La fe era la “buena milicia” y se
dijeron a los creyentes que guerrearan una “buena batalla”. La Iglesia
Primitiva conocía que ella estaba comprometida en una intensa lucha espiritual.
La Biblia
declara que el pueblo de Dios es destruido debido a la falta de conocimiento
(Oseas 4:6).
Una de las
áreas en que se derrotan los creyentes debido a la falta de conocimiento es en
esta guerra invisible. Hay una gran guerra emprendiéndose en el mundo hoy. No
es un conflicto entre naciones, tribus, o líderes gubernamentales. No es una
rebelión o golpe. Es una batalla invisible importante en el mundo del espíritu.
La vida
cristiana es la guerra. Lo más pronto nosotros reconocemos y nos preparamos
para ella, lo más pronto nosotros experimentaremos la victoria. Un aspecto de
esta guerra invisible atinge el alma y el espíritu del hombre.
El Instituto
Internacional Tiempo de Cosecha tiene un curso titulado “Estrategias
Espirituales: Un Manual De Guerra Espiritual” que enfoca en esta porción de la
guerra invisible.
Pero hay otra
parte de esta guerra que se manifiesta en el reino físico. En este curso
nosotros la llamamos de la “Batalla Por El Cuerpo”. Satanás tiene por objetivo
atingir los cuerpos físicos de los creyentes porque él sabe que los guerreros
débiles y enfermizos no pueden emprender una batalla eficaz contra su reino.
Lucas 14:31
dice, “¿O qué rey, que sale a hacer guerra contra
otro rey, no se sienta primero y consulta si puede salir con diez mil al encuentro
del que viene con veinte mil?” Nadie debe entrar en la batalla en la
vida sin un examen cuidadoso de sus recursos y desarrollo de estrategias de
batalla.
En este curso
nosotros estamos haciendo una evaluación cuidadosa de las estrategias
disponibles para ganar la guerra contra Satanás en la batalla por su cuerpo.
Usted aprenderá a batallar por su cuerpo físico y ministrar estas verdades a
otros guerreros heridos en el ejército de Dios.
EL MANUAL
Este manual es
dividido en siete secciones:
PARTE UNO:
LA BATALLA POR EL CUERPO
discute la guerra invisible entre el reino de Dios y el Reino de Satanás.
Contiene un llamado a las armas para la batalla y provee la preparación
preliminar a la guerra.
PARTE DOS:
EL ATAQUE discute la
fuente, razones, tipos, y el resultado final de la enfermedad.
PARTE TRES:
EL CONTRAATAQUE presenta
las estrategias para derrotar al enemigo mientras usted gana entendimiento de
la base bíblica de la sanidad, los propósitos de la sanidad, y los dones de
sanidades.
PARTE
CUATRO: DESAFÍOS A VENCER trata con los desafíos difíciles de la sanidad y del ministerio de
liberación incluso las tradiciones de los hombres, el aguijón en la carne de
Pablo, y las preguntas sin respuestas.
PARTE CINCO:
ESTRATEGIAS PARA SANAR arma
usted con las estrategias para ministrar la sanidad, la continuación del
ministerio de sanidad, y la sanidad última.
PARTE SEIS:
ESTRATEGIAS PARA LIBERACIÓN enfoca en el ministerio de liberación en las lecciones “A Quien Satanás Ha Tenido Atado”, “Ministrando la
Liberación” y “La Continuación del Ministerio de Liberación”.
PARTE SIETE:
LA VIDA DEL REINO
contiene estrategias preventivas y curativas de la Palabra de Dios para
permitirle ser un guerrero sano, uno que está sanado en el cuerpo, alma, y espíritu,
y preparado para la batalla.
EL APÉNDICE de este manual proporciona estudios
bíblicos adicionales sobre la sanidad y el ministerio de liberación y un
formulario de análisis para habilitar el estudio adicional de las Escrituras
sobre el asunto. También incluye una análisis de diagnóstico para usar cuando
usted busca o ministra la sanidad.
LAS LECCIONES
Cada lección en
este manual está organizada como sigue:
OBJETIVOS: Éstas son las metas que usted debe
lograr estudiando la lección.
PROMESA DE
SANIDAD PARA REIVINDICAR: Ésta es una promesa especial de sanidad de la Palabra de Dios para usted
memorizar y reivindicar para su vida.
INTRODUCCIÓN: La introducción proporciona una apreciación global del contenido del
capítulo.
LECCIÓN: Ésta es la sesión de instrucciones
militares para el capítulo. Una sesión de instrucción es un tiempo antes de la
batalla que proporciona la información necesaria para emprender una guerra
eficaz.
PRUEBA
PERSONAL: La prueba
personal lo examina cuanto a los conceptos importantes de la lección.
COLOCANDO EN
ACCIÓN: La Biblia dice
para “colocar en acción su propia salvación con temor y temblor” (Filipenses
2:12 – Traducción del Original). Como usted aprenderá en este curso, sanidad es
parte de la salvación proporcionada a través de la muerte y resurrección de
Jesucristo. Fe y obras siguen juntas. La fe sin las obras está muerta, así como
las obras sin la fe es inútil (Santiago 2:17-26).
En la sección
titulada “Colocando en Acción” usted tomará los conceptos enseñados en la
lección y los aplicará personalmente. Ésta es una parte importante de la
lección. Si usted está enfermo, esto se diseña para ayudarle a recibir su
sanidad. Si usted está ministrando a
alguien que está enfermo, primero comparta el contenido de la lección con él y
entonces “colocaran en acción” para ayudarle a recibir la sanidad.
¿USTED ESTÁ LISTO?
Exponer el
enemigo y sus estrategias es una de las mayores revelaciones de la Palabra de
Dios. Este manual no es de manera alguna un estudio exhaustivo de la sanidad y
liberación, pero es un análisis bíblico con profundidad. Como en la guerra
natural, la habilidad en la batalla por el cuerpo es progresiva y desarrolla
mientras usted entra en la zona del combate y empieza a luchar.
OBJETIVOS DEL
CURSO
Al concluir
este curso usted será capaz de:
n
Demostrar
entendimiento de los reinos natural y espiritual.
n
Definir
“guerra espiritual”.
n
Identificar
la razón para la guerra invisible.
n
Declarar el
principio básico para la comprensión de la guerra espiritual.
n
Definir
“sanidad divina”.
n
Distinguir
entre sanidad y liberación.
n
Explicar
cómo sanidad y liberación se relaciona a la comisión para alcanzar el mundo con
el Evangelio.
n
Identificar
la fuente de la enfermedad.
n
Explicar las
razones para la enfermedad.
n
Identificar
los tipos de enfermedad.
n
Listar los
resultados finales de la enfermedad.
n
Resumir la
base bíblica de la sanidad.
n
Listar los
propósitos de sanidad.
n
Entender y
usar los dones de sanidades.
n
Responder a
las tradiciones de los hombres con respecto a la sanidad.
n
Tratara con
las cuestiones sin respuestas con respecto a la sanidad.
n
Ministrar y
recibir la sanidad.
n
Ministrar y
recibir la liberación.
n
Preparar las
personas para la sanidad última.
n
Conducir
ministerios de acompañamiento para la sanidad y liberación.
n Resumir las directrices para vivir como un
guerrero sano.
n Empeñarse en la guerra eficaz en la
batalla por el cuerpo.
PARTE UNO
LA BATALLA POR EL CUERPO
Hay una gran
batalla emprendiéndose en el mundo espiritual. Es una batalla personal interior
entre la carne y el espíritu. Es una batalla social con las fuerzas malignas
del mundo. Es una batalla espiritual con los poderes sobrenaturales malignos.
También es una batalla física, con ataques lanzados contra su cuerpo que es el
templo del Espíritu Santo.
En los tiempos
del Antiguo Testamento, una trompeta se usaba para convocar el pueblo de Dios
para batallar. Hoy, una convocación espiritual está sonando a lo largo de las
naciones del mundo. Es una convocación a la guerra invisible. Es la convocación
a las armas.
CAPÍTULO UNO
REINOS EN CONFLICTO
OBJETIVOS:
Al concluir
este capítulo usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Demostrar
entendimiento de los reinos natural y espiritual.
n
Definir la
palabra “rey”.
n
Definir la
palabra “reino”.
n
Identificar
los dos reinos espirituales.
n
Determinar a
que reino usted pertenece.
n
Identificar
las fuerzas espirituales del bien.
n
Identificar
las fuerzas espirituales del mal.
n
Explicar lo
que significa “guerra espiritual”.
n
Identificar
la razón para la guerra invisible.
n
Declarar el
principio básico para entender la guerra espiritual.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Diciéndole: --Si escuchas atentamente la voz de
Jehová tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus
mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a
Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15:26).
INTRODUCCIÓN
Hay una gran
guerra emprendiéndose en el mundo hoy. No es un conflicto entre las naciones,
tribus, o los líderes gubernamentales. No es una rebelión o un golpe. Es una
batalla invisible que tiene lugar en el mundo del espíritu. Este capítulo
introduce la guerra invisible en que cada creyente está comprometido. Es una
guerra dónde nadie lleva un uniforme, pero dónde todos somos un blanco. Los
registros históricos y proféticos de esta guerra están en la Palabra de Dios,
la Biblia.
LOS REINOS NATURAL Y ESPIRITUAL
Para entender
esta guerra invisible, usted debe entender los mundos natural y espiritual
primero.
El hombre
existe en dos mundos: El mundo natural y el mundo espiritual. El mundo natural
es lo que usted puede ver, sentir, tocar, oír o saborear. Es tangible y
visible.
El país, la
nación, ciudad o villa en la cual usted vive es parte del mundo natural. Usted
es un residente en el mundo natural localizado en uno de los continentes
visibles del mundo. Usted puede ver la gente que es parte de su ambiente. Usted
puede comunicarse con ellos. Usted puede experimentar los paisajes, sonidos, y
olores alrededor de usted.
Pero hay otro
mundo en que usted vive. Ese mundo es un mundo espiritual. Usted no puede verlo
con sus ojos físicos, pero es tan real como el mundo natural en que usted vive.
En 1 Corintios 15:40, Pablo habla de esta división de natural y espiritual. Él
dice que hay un cuerpo natural (terrestre) y hay un cuerpo espiritual
(celestial).
Todos los
hombres tienen un cuerpo natural que vive en el mundo natural, pero el hombre
también es un ser espiritual con una alma eterna y un espíritu eterno. El hombre
es cuerpo, alma, y espíritu. Su ser espiritual (alma y espíritu) es parte de un
mundo espiritual así como su cuerpo natural es parte del mundo natural.
EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL
Porque la
guerra espiritual simplemente es eso – espiritual – ella debe entenderse con
una mente espiritual.
En nuestro
estado natural, pecador, nosotros no podemos entender las cosas espirituales:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
Es necesario
usar el discernimiento espiritual para entender las cosas espirituales.
Quizás uno de
los mejores ejemplos de discernimiento natural y espiritual está registrado en
I1 Reyes capítulo 6. Registra la
historia de una batalla natural en la cual tropas de la enemiga nación
de Siria habían rodeado un pequeño
pueblo llamado Dotán donde el profeta Eliseo se estaba quedando.
Cuando el
siervo de Eliseo, Giezi, vio el gran ejército del enemigo sintió temor. Eliseo
oró para que Dios abriera los ojos espirituales de Giezi para que él pudiera
ver las huestes espirituales que los rodeaban y los protegían. En esta ocasión,
Dios abrió los ojos espirituales de Giezi y le permitió ver visiblemente las
fuerzas superiores de Dios alistadas para la batalla.
La historia de
esta batalla en Dotán es similar a las condiciones espirituales en la Iglesia.
Hay algunos, como Eliseo, que ven claramente dentro del reino del espíritu.
Ellos saben que hay un conflicto que está ocurriendo, han identificado al
enemigo, y reconocido las grandes fuerzas de Dios que aseguran la victoria. Hay
otros como Giezi, que con un poco de aliento, serán capaces de abrir sus ojos
espirituales y no serán más temerosos o
derrotados por el enemigo. Pero tristemente, hay muchas personas quienes, como
aquellos en la ciudad de Dotán, están durmiendo espiritualmente. Ellos no saben
incluso que el enemigo los ha rodeado y está posicionado para el ataque.
DOS REINOS ESPIRITUALES
Dentro de los
reinos natural y espiritual de los cuales estamos hablando existen reinos
separados que están gobernados por líderes naturales y espirituales.
Todos los
hombres viven en un reino natural en este mundo. Ellos viven en una ciudad o en
un pueblo lo cual es parte de una nación. Esa nación es un reino del mundo. Un
reino natural es un territorio o pueblo sobre el cual un rey o líder político
es el gobernante soberano. La Biblia habla de estos reinos naturales como los
“reinos del mundo”. Los reinos del mundo han venido a estar bajo el poder y la
influencia de Satanás:
“Otra vez lo llevó [a Jesús] el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,9 y le dijo: —Todo esto te daré, si postrado me adoras” (Mateo 4:8-9).
1 Juan 5:19
tristemente nos recuerda que “el mundo entero está bajo el control del
maligno”.
Reinos espirituales:
En adición a
los reinos naturales de este mundo hay dos reinos espirituales: el Reino de
Satanás y el Reino de Dios. Cada persona viva es una residente de uno de estos
dos reinos.
El Reino de
Satanás consiste de Satanás, seres espirituales llamados demonios, y todos
los hombres que viven en pecado y rebelión a la Palabra de Dios. Éstos, junto
con el mundo y la carne, son las fuerzas espirituales del mal que obran en el
mundo hoy.
El Reino de
Dios consiste de Dios el Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, seres
espirituales llamados ángeles, y todos los hombres que viven en justa
obediencia a la Palabra de Dios. Éstas son las fuerzas espirituales del bien.
El Reino de
Dios no es una iglesia denominacional. Las denominaciones son organizaciones de
hechura humana de grupos de iglesias. Han sido establecidas con propósitos
prácticos de organización y administración. Las denominaciones son
organizaciones como los Bautistas, Asambleas de Dios, Metodistas, Luteranos,
etc. La Biblia nos habla de la
verdadera Iglesia la cual no es una denominación u organización religiosa. La
verdadera Iglesia está compuesta de todos aquellos que se han convertido en
residentes del Reino de Dios.
En el tiempo
presente en el mundo natural, el Reino de Dios existe individualmente dentro de
cada hombre, mujer, niño o niña que haya hecho a Jesús el Rey de su vida.
Existe comunitariamente en la verdadera iglesia y dondequiera que las personas
hagan de este mundo el tipo de mundo que Dios quiere que sea. En el futuro,
habrá una manifestación visible del Reino de Dios.
LA GUERRA INVISIBLE
La guerra
espiritual invisible es una batalla que envuelve a todos los hombres y mujeres.
Puesto que el Reino de Satanás es un reino espiritual...
“...porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
La guerra
espiritual no es una batalla natural entre la sangre y la carne. No es una batalla
del hombre contra el hombre. No es una batalla visible. Es un conflicto
invisible en el mundo del espíritu. Es una batalla dentro y alrededor del
hombre. No es una guerra visible porque los espíritus están involucrados y
aprendemos de Lucas 24:39 que un espíritu no tiene carne ni huesos.
La guerra
espiritual es “multidimensional”, lo cual significa que es librada en
diferentes dimensiones. Es...
1.
Una batalla
social entre el creyente y el mundo: Juan 15:18-27
2.
Una batalla
personal entre la carne y el espíritu: Gálatas 5:16-26
3.
Una batalla
supernatural entre el creyente y los poderes sobrenaturales malignos: Efesios
6:10-27
Toda persona
viva está comprometida en esta guerra, se de cuenta o no. No hay campo neutro.
Los no creyentes están bajo el yugo del mal y han sido llevados cautivos por
las fuerzas del enemigo. Son víctimas de la guerra.
Los creyentes
han sido librados del enemigo mediante Jesucristo y son victoriosos,
pero están todavía comprometidos en la guerra. El versículo llave de este
capítulo indica que nosotros (todos los creyentes) combatimos contra fuerzas
espirituales malignas.
“Combatir”
implica contacto personal cercano. Ninguno está exento de esta batalla. Ninguno
puede verla desde la distancia. Usted está en el medio del conflicto ya sea que
lo reconozcas o no. Si no lo reconoces será mejor... usted está equivocado. La
guerra del cristiano nunca cesa.
DONDE LA BATALLA HACE FUROR
La guerra
invisible está siendo librada en la tierra:
“El ladrón [Satanás] no viene [a la tierra] sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
Satanás lucha
para mantener el control de los reinos del mundo. Él no quiere que estén bajo
la autoridad de Dios. La batalla también se efectúa dentro de los corazones,
mentes, y almas de los hombres y mujeres. Satanás ciega las mentes de los
hombres en áreas como la adoración, la Palabra, su caminar diario e su obra
para Dios. La batalla también se da en su cuerpo físico lo cual Satanás ataca a
través de enfermedades e dolencias.
COMO LA BATALLA EMPEZÓ
La batalla
invisible empezó en el Cielo con un ángel nombrado Lucifer que fue
originalmente un hermoso ángel creado por Dios y era parte del Reino de Dios.
Lucifer decidió que quería tomar el
control del Reino de Dios. Usted puede leer de su rebelión en Isaías 14:12-17 y
en Ezequiel 28:12-19. Usted estudiará sobre esto con más detalle después en
este curso. Un grupo de ángeles se unió a Lucifer (ahora llamado Satanás) en su
rebelión. Lucifer y los ángeles rebeldes fueron expulsados del cielo por Dios.
Ellos formaron su propio reino sobre la tierra:
“Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón [Satanás]. Luchaban el dragón y sus ángeles” (Apocalipsis 12:7).
“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9).
Lucifer llegó a
ser conocido como Satanás y los ángeles que lo siguieron en su rebelión como
demonios. Los espíritus demoníacos pueden entrar, atormentar, controlar, y usar
a los humanos que pertenecen al Reino de Satanás. Ellos motivan actos malignos
que son realizados por hombres y
mujeres. Satanás dirige a sus demonios en sus actividades malignas. Él combina
estas fuerzas poderosas con el mundo y la carne para batallar contra todo el
género humano.
RAZONES DETRÁS DEL CONFLICTO
El hombre fue
originalmente creado a la imagen de Dios y para la gloria de Dios (Génesis capítulo 2). La guerra
invisible contra el hombre comenzó con la primera tentación en el jardín del
Edén (Génesis capítulo 3). Satanás hizo pecar a Adán y Eva. Esto resultó en que
todo el género humano heredaría la naturaleza pecaminosa y realizara actos
individuales de pecado conforme a esta naturaleza:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).
También resultó
en la guerra invisible entre el hombre y las fuerzas del mal:
“Pondré enemistad entre ti [Satanás] y la mujer [género humano], y entre tu simiente [las fuerzas del mal] y la simiente suya [las fuerzas del bien representadas por el Señor Jesucristo]...” (Génesis 3:15).
A causa del
pecado, el hombre fue separado de Dios y condenado a la muerte. Pero Dios amó
al hombre tanto que ideó un plan especial para salvarlo del pecado:
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).
Mediante la fe
en Jesús, la confesión y el arrepentimiento del pecado, los hombres y mujeres
pueden ser liberados del poder del enemigo. La muerte y resurrección de Jesús
no solamente resultó en la salvación del pecado. También derrotó al enemigo,
Satanás:
“... Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8).
¿Pero si
Satanás está derrotado, porque entonces la guerra continúa? Seguido a cada
guerra quedan siempre residuos de resistencia enemiga, tropas rebeldes que no
se rendirán hasta que la fuerza los obligue a hacerlo. Aunque Jesús derrotó a
Satanás, estamos viviendo en territorio todavía ocupado por las fuerzas
enemigas de resistencia. Entender las estrategias de guerra espiritual nos da la habilidad de tratar con estos poderes
malignos.
Satanás está
tratando de mantener a los hombres cautivos en el pecado. Mediante métodos
engañosos está incitando a los hombres y mujeres a las lujurias de la vida
pecaminosa. Él apunta a los afectos del alma y el espíritu los cuales
legítimamente pertenecen a Dios:
“El ladrón [Satanás] no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
Satanás todavía
quiere ser el gobernante supremo. Está librando una batalla intensa por el
corazón, mente, alma y espíritu del hombre. Sus estrategias están dirigidas
contra Dios, Su plan, y Su pueblo.
EL
SIGNIFICADO DE LA GUERRA ESPIRITUAL
La guerra
espiritual es el análisis de y la participación activa en la guerra espiritual
invisible. Incluye el estudio de las fuerzas opuestas del bien y el mal, las
estrategias de Satanás y las estrategias espirituales para vencer a Satanás. La
guerra espiritual es más que un mero análisis de principios espirituales.
Incluye la participación activa en la guerra mediante la aplicación de estas
estrategias en la vida y el ministerio.
Una de las más efectivas estrategias de Satanás es mantener a los creyentes
ignorantes de sus engaños. Pablo dice
que es importante conocer las estrategias de Satanás...
“... para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11).
Debemos
aprender todo lo que podamos sobre las estrategias de ataque de Satanás.
Debemos también entender las bases bíblicas de la victoria sobre Satanás y las
fuerzas del mal. Estamos llamados a un combate inteligente. Básico al
entendimiento de la guerra espiritual es este principio llave:
Debes reconocer que todas las batallas de la vida, sean físicas, espirituales, emocionales, mentales, financieras o con personalidades humanas son solamente manifestaciones exteriores de una causa espiritual.
Aunque en el
mundo natural los problemas pueden parecer ocurrir a través de circunstancias
de la vida, la base de estas batallas
naturales está en el mundo espiritual. Lee la historia de Job (Job capítulos
1-2) que confirma este principio.
Hemos tratado de corregir los males de este mundo mediante la educación,
legislación y un ambiente mejorado. No ha funcionado porque los males visibles
de este mundo son el resultado de una causa espiritual subyacente. No pueden
ser corregidos por medios naturales.
¿A QUÉ REINO USTED PERTENECE?
En el reino
natural un rey es el soberano de un reino. Todo el territorio y el pueblo en el
reino pertenecen a él. Tiene el poder de la vida y la muerte sobre sus sujetos.
Lo mismo es cierto en el mundo espiritual. Usted es parte o del Reino de Dios o
del Reino de Satanás.. O Dios o Satanás tiene el poder sobre su vida.
Una de las parábolas de Jesús ilustra que todos los hombres o son parte del
Reino de Satanás o del Reino de Dios. Jesús comparó el mundo con un campo. La
buena semilla en el campo eran los hijos del Reino de Dios. La mala semilla, la
cual resultó en el crecimiento de malezas (cizañas), eran los hijos del
maligno:
“El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los hijos del malo” (Mateo 13:38).
La gente entra en el Reino de Satanás mediante el nacimiento natural. La
Biblia enseña que todos los hombres son nacidos en pecado. Esto significa que
ellos tienen una naturaleza básica de pecado o la “semilla” del pecado dentro
de ellos. Su inclinación natural es a hacer lo malo:
“En maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre” (Salmo 51:5).
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre [Adán] y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).
“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
Puesto que todos hemos nacidos con la naturaleza de
pecado, todos en algún tiempo hemos sido parte del Reino de Satanás. Todos los
que se mantienen pecadores continúan siendo parte del Reino de Satanás.
Todo el mensaje
de la Palabra escrita de Dios, la Santa Biblia, es la apelación al hombre de
trasladarse del Reino maligno de Satanás al Reino de Dios. Los hombres son
nacidos dentro del Reino de Satanás mediante el nacimiento natural. Deben ser
renacidos dentro del Reino de Dios a través del nacimiento espiritual. La
entrada en el Reino de Dios es por la experiencia del nuevo nacimiento
explicado en Juan capítulo 3.
Hay solamente
dos divisiones en la guerra invisible. Jesús dijo, “el que no está de mi parte,
está contra mi” (Lucas 11:23, NVI). Usted no puede ser neutral en esta guerra.
Usted está de un lado u otro en esta guerra espiritual. Incluso algunos
creyentes debido a su temor a la confrontación con el enemigo, tratan de
ignorar la guerra y tratan de hacer una tregua con el enemigo. Piensan que si ignoran
a Satanás, él no los molestará. Esta es una de las principales estrategias del
enemigo. Él trata de dejar inmóviles a los miembros del ejército de Dios
mediante sus tácticas de terror.
Pero no hay
neutralidad en esta guerra. Usted es o una víctima o un vencedor. El “llamado
espiritual a las armas” está sucediendo... ¿Usted está en el lado del bien o
del mal? ¿Usted es parte del Reino de Satanás o del Reino de Dios? ¿A qué reino
usted pertenece? ¿ Usted es víctima o vencedor en la guerra invisible?
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
2. ¿Qué dos
divisiones se hacen en 1 corintios 15:44-49?
________________________________________
________________________________________
3. ¿Cuáles son
los dos reinos invisibles en el mundo hoy?
________________________________________
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4. Liste las
fuerzas espirituales del mal.
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5. Liste las
fuerzas espirituales del bien.
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6. Defina la
palabra “rey”.
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7. Defina la
palabra “reino”.
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8. ¿Qué
significa el término “guerra espiritual”?
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9. ¿Cuál es la
razón detrás de este gran conflicto espiritual?
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10. ¿Cuál es el
principio básico para comprender la guerra espiritual?
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(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. La Biblia
dice para “colocar en acción su propia salvación con temor y temblor”
(Filipenses 2:12 – Traducción del Original).
Sanidad es
parte de la salvación proporcionada a través de la muerte y resurrección de
Jesucristo. Usted puede preguntar, “¿Si se proporciona a través de la
expiación, entonces cómo también se dice para “colocar en acción”?
Fe y obras van
de manos dadas. La fe sin las obras está muerta, así como las obras sin la fe
es inútil (Santiago 2:17-26). Usted debe ser un hacedor de la Palabra y no sólo
un oidor.
La promesa de
sanidad para esta lección revela que usted debe trabajar en cooperación con
Dios en el área de salud física:
“Diciéndole: --Si escuchas atentamente la voz de Jehová tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15:26).
En cada lección
en este manual, la sección “Colocando en Acción” toma los conceptos enseñados y
provee la oportunidad de ejercer su fe por la aplicación personal. Le ayuda a
volverse un hacedor de la Palabra, no sólo un oidor.
Esta sección es
una parte importante de la lección. Si usted está enfermo, se diseña para
llevarlo paso a paso para recibir su sanidad. Si usted está ministrando a alguien
que está enfermo, primero comparta el contenido de la lección con ellos y
entonces completen esta sección juntamente para llevarlos a recibir la sanidad.
2. Lea la
historia de Jesús y la mujer sirofenicia en Marcos 7:24-30. Éste relato revela
que sanidad es el “pan de los hijos”. Esto significa que la sanidad pertenece a
aquellos que son hijos del Reino de Dios. Dios sana a los incrédulos en
misericordia para atraerlos a la salvación, pero sanar realmente es para los
hijos de Dios.
Si usted
necesita de sanidad, el primero paso es volverse un hijo de Dios. Usted debe
arrepentirse de sus pecados y debe aceptar a Jesucristo como su Salvador
personal y sanador. Si usted aún no ha hecho esto, haga esta oración:
Estimado Señor, yo sé que yo soy un pecador y yo reconozco y me arrepiento de mis pecados. Yo creo que Jesucristo es el Hijo del verdadero y viviente Dios y que Él es el camino, la verdad, y la vida. Yo acepto el sacrificio de Jesucristo y creo que Él murió por mí en la cruz. Perdóneme y límpiame de todos mis pecados. En el nombre de Jesús, Amén.
3. Un buen
fundamento espiritual es necesario para emprender la guerra espiritual exitosa.
Si usted es un nuevo creyente, obtenga el curso del Instituto Internacional
Tiempo de Cosecha titulado “Fundamentos De Fe”.
4. ¿Usted
siente que usted ha sido una víctima de la guerra invisible? ¿En qué áreas de
su vida o ministerio usted siente que está perdiendo la batalla? Usted ha
estado perdiendo la batalla en la...
___ ¿Esfera
espiritual?
___ ¿Esfera
emocional?
___ ¿Esfera
física?
___ ¿Esfera
mental?
Mientras usted
estudia este manual, usted aprenderá las estrategias para ayudarlo en estas
áreas.
5. Repase la
historia en 2 Reyes 6 que se discutieron en esta lección. ¿Usted conoce personas
como Giezi o aquellos en la ciudad de Dotán que están desprevenidos o temerosos
de los ataques de Satanás en sus cuerpos físicos? ¿Cómo usted podría ayudarlos?
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6. Desde que la
guerra espiritual tiene muchas dimensiones, usted debe guerrear personalmente
contra el pecado, socialmente contra el mal en el mundo, y sobrenaturalmente a
través del ministerio de sanidad y liberación. Empiece a orar sobre su parte en
esta batalla espiritual. Si usted no está familiarizado con la guerra
espiritual, estudie más sobre ella en el curso del Instituto Internacional
Tiempo de Cosecha titulado “Estrategias Espirituales: Un Manual De Guerra
Espiritual”.
7. Estudie la
Biblia entera como un manual de guerra espiritual. Ella es el registro histórico
de la guerra espiritual, revocando las victorias y derrotas de las batallas del
pasado. También es profética, revelando la guerra futura hasta el tiempo del
conflicto final.
CAPÍTULO DOS
UN LLAMADO A LAS ARMAS
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
varios términos usados para sanidad.
n
Definir
sanidad divina.
n
Distinguir
entre sanidad y liberación.
n
Explicare
cómo sanidad y liberación se relacionan a la comisión para alcanzar el mundo
con el Evangelio.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Pero servirás a Jehová tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré las enfermedades de en medio de ti” (Éxodo 23:25).
INTRODUCCIÓN
En los tiempos
del Antiguo Testamento una trompeta se usaba para convocar el pueblo de Dios
para batallar. Hoy, un llamado espiritual está sonando a lo largo de las
naciones del mundo. Es un llamado a la guerra invisible. Es el llamado a las
armas. Esta lección emite un llamado para usted moverse de una vida de derrota
y esclavitud a una vida de victoria y libertad en Jesucristo.
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
Hay muchos
términos diferentes usados para la palabra sanidad:
Sanidad
Psíquica: Esto término
describe la mente sobre la materia, la brujería, Chamanismo, y las sanidades
ocultistas.
Sanidad
Sobrenatural: Hay
fuentes de sanidades sobrenaturales de que no Dios, por esto nosotros no
usaremos este término en nuestro estudio. Satanás puede realizar obras
sobrenaturales (Éxodo 7:8-13).
Sanidad
Médica: Este tipo de
sanidad es ayudado por doctores, enfermeras, hospitales, y las remedios. Como
nosotros aprenderemos, la sanidad médica legítima no está en conflicto con la
Palabra de Dios, pero es una extensión de Su bondad.
Sanidad
Natural: La sanidad
que ocurre a través de los procesos naturales del cuerpo realmente es Dios en
acción. Los procesos del cuerpo natural revelan Su naturaleza y Su gran
artesanía en el cuerpo humano. La sanidad natural también incluye el uso de
métodos naturales como dieta apropiada, vitaminas, reposo, etc.
(Nota: las
sanidades médicas y naturales son en cierto sentido divinas, porque en la
realidad es Dios que causa la sanidad)
Sanidad
por fe: Este término
es usado frecuentemente para significar sanidad por Dios. Nosotros no lo
usaremos, sin embargo, porque tiende a enfocar la atención en la fe de quién
ministra o del destinatario del ministerio.
Sanidad
Divina: La Palabra
“divina” enfoca la atención en Dios, no en las contestaciones de la fe por el
hombre. También la distingue de las practicas de las sanidades sobrenatural y
psíquica.
“Divina”
significa que pertenece al único verdadero Dios y Su naturaleza, como revelado
en Su Palabra, la Biblia Santa.
“Sanidad”
significa curar o hacer entero. La sanidad puede incluir el alivio de las
condiciones espirituales, físicas, emocionales, mentales, o demoníacas. Sanidad
no es inmunidad a la enfermedad.
Nuestros
cuerpos están en “proceso de decadencia” y abiertos a los ataques Satánicos con
tal que nosotros estemos en este mundo. La sanidad divina es cuando el
verdadero Dios revela Su naturaleza, cumple Sus promesas, y actúa en Su
provisión de la expiación de Cristo curando a una persona y haciéndola sana en
cuerpo, alma (mente, voluntad y emociones), y espíritu.
La sanidad
divina puede ser instantánea (milagrosa) o gradual (un proceso). Aunque la
sanidad milagrosa, instantánea demuestre la presencia divina y el poder de Dios
más llenamente, la sanidad divina que ocurre como un proceso no es menos
sanidad que aquellas que son instantáneas. (Vea a Marcos 8:22-25.)
SANIDAD Y LIBERACIÓN
Nosotros
usaremos los términos “sanidad” y “liberación” intercambiablemente en este
curso. Sanidad ministra al físico, emocional, y mentalmente enfermo, mientras
la liberación trata de las condiciones físicas y mentales causadas por
demonios.
Como usted
aprenderá después en este curso, porque el hombre es cuerpo, alma, y espíritu
condición mental causada por demonios puede producir una enfermedad física. Una
enfermedad física puede llevar a la opresión mental demoníaca. Así aunque
sanidad y liberación sean diferentes, ellas también están relacionadas debido a
la naturaleza triuna del hombre.
EL LLAMADO A LAS ARMAS
LA Iglesia
Primitiva vio su experiencia espiritual por lo que se refiere a la guerra. La
terminología militar se usa a lo largo del Nuevo Testamento. Protección está en
la armadura de Dios. La Palabra de Dios se compara a una espada. Los ataques de
Satanás se llaman flechas ardientes. La fe es la buena milicia y se dicen a los
creyentes que guerreen una buena batalla.
La vida
cristiana es todavía una guerra. Satanás continúa batallando por el alma y
espíritu del hombre. Él todavía ataca el cuerpo físico con enfermedad,
dolencias, y esclavitud. Dios está llamando a Su pueblo al combate inteligente.
El llamado está saliendo para los creyentes armarse con la Palabra de Dios y
llevar cura y liberación a esta generación.
En los Evangelios
en el Nuevo Testamento, Jesús nunca comisionó nadie para predicar el evangelio
sin también ordenarle a ministrar sanidad y liberación. Él dijo que “Y
cuando vayáis, predicad diciendo: 'El reino de los cielos se ha
acercado.' Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera
demonios. De gracia habéis recibido; dad de gracia” (Mateo 10.1, 7-8).
Mientras las
multitudes venían para recibir sanidad y liberación, la cosecha espiritual
empezó a multiplicarse tan rápidamente que nuevos obreros fueron necesarios. No
demoró para que 70 más discípulos fuesen necesarios y enviados para predicar,
enseñar, sanar y libertar.
Hay muchos
nuevos métodos que pueden ayudar a extender el Evangelio. Ellos incluyen las
cosas como prensas, computadoras, radios, televisiones, audio y video, y
satélites.
Los nuevos
métodos de transporte también ayudan las personas a viajar para extender el
Evangelio rápidamente. Estas nuevas tecnologías son todo útiles pero el poder
real del Evangelio todavía es interior. Por esto nosotros queremos decir que el
poder está en el propio Evangelio. Esto es lo que la parábola de la levadura
ilustra:
“Otra vez dijo: --¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado” (Lucas 13.20-21).
Éste pasaje
revela que la obra de Dios no procede con una gran cuantidad de clamor y
publicidad. Usted puede esperar que el Reino se extienda por medios externos
como sojuzgar ejércitos y conquistar continentes. Pero la diseminación del
Reino de Dios es como un poco de levadura en una masa de pan. La levadura puede
ser pequeña y oculta, pero ella tiene un potencial ilimitado. Como levadura, el
poder del Reino no es externo, antes, él es interno.
El Evangelio
del Reino de Dios se multiplicará para extenderse a lo largo del mundo entero
debido al poder interior del Reino que es como el fermento en la masa de pan.
En otro
ejemplo, Jesús comparó la diseminación del Evangelio del Reino de Dios a una semilla
de mostaza:
“Por lo tanto, él decía: --¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas” (Lucas 13.18-19).
Semejante a la
manera como la levadura se esparce, una pequeña semilla de mostaza se
desenvuelve para tornarse un gran árbol. Este ejemplo también ilustra la
silenciosa, pero poderosa manera como el Reino avanza.
En una otra
parábola, Jesús comparó la fe con la semilla de mostaza. Él dijo que nada es
imposible mismo con una pequeña cuantidad de fe. Esto significa que la
extensión del evangelio no está
limitado adonde las personas no tiene avanzadas tecnologías. Hasta mismo con
una pequeña cuantidad de fe, el reino avanzará.
La mayor
cosecha espiritual en la historia de la Iglesia aún permanece a ser recogida.
Como en los tiempos del Nuevo Testamento, se segará a través de la demostración
del poder de Dios en sanidad y liberación. Esto es por qué el Apóstol Pablo
dijo:
“Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Coríntios 2.4-5).
Cuando Él
volvió al Cielo, Jesús les dio una gran responsabilidad a los creyentes para
extender el Evangelio a las naciones del mundo:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).
Usted no puede
cumplir la responsabilidad sin la autoridad. Jesús también dio Su autoridad a
los seguidores para cumplir la responsabilidad. Esa autoridad incluye el poder
sobre todo el poder del enemigo:
“Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa venenosa, no les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:17-18).
¿Usted está
listo para responder al llamado espiritual a las armas y moverse de una vida de
enfermedad, dolencia, y esclavitud a una vida de victoria en Jesucristo? ¿Usted
está listo a ministrar en demostración del poder de Dios? ¿Usted está listo a
batallar para el cuerpo físico? ¿Usted quiere ver el enfermo hecho sano y
aquellos atados por los demonios liberados?
Éste es el
ministerio de sanidad y liberación. No es sólo para los líderes
denominacionales. No es sólo para los pastores y evangelistas. "Estas
señales seguirán a los que creen”.
¿Usted es un
creyente? En ese caso, usted, también, debe responder a este llamado espiritual
a las armas.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
2. Defina los
siguientes términos usados para sanidad:
Sanidad
psíquica:
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________________________________________
Sanidad
sobrenatural:
________________________________________
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Sanidad médica:
________________________________________
Sanidad
natural:
________________________________________
Sanidad por la
fe:
________________________________________
3. Defina la
sanidad divina.
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4. ¿Qué
diferencia hay entre sanidad y liberación?
________________________________________
5. ¿Cómo
sanidad y liberación se relacionan a la comisión para alcanzar el mundo con el
Evangelio?
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. “Estas señales
seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas
lenguas, tomarán serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa venenosa, no
les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:17-18).
¿Usted es un
creyente?
________________________________________
¿En ese caso,
están las señales siguiendo usted? ¿Está el enfermo sanándose y aquellos
afectados por demonios siendo liberados?
________________________________________
Si no, ore para
que mientras usted estudia este manual Dios le abra su corazón para recibir
este ministerio de sanidad y liberación que es legítimamente suyo.
2. Si usted es
pastor, evangelista, o maestro, considere estas palabras de Pablo:
“Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con
palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de
poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino
en el poder de Dios” (1 Corintios 2:4-5).
Predicación y
enseñanza sin poder resultan en hablar con “la sabiduría de los hombres” y encorajar
la fe en el hombre en lugar de Dios. ¿Usted puede imaginar a Pablo pesquisando
en los pergaminos ilustraciones cómicas para sus mensajes? ¿Usted puede
imaginarlo gastando el tiempo de ministerio narrando historias cómicas de lo
que pasó en Atenas o Corinto? ¿Usted puede visualizarlo planeando un programa
dramático? Pablo sabía que no eran palabras persuasivas, sabiduría de los
hombres, o entretenimiento que atraen los hombres a Dios. Es la demostración
del Espíritu y poder. ¿Cómo su ministerio es medido?
3. ¿Usted
necesita de sanidad o liberación? Estudie la definición de sanidad de nuevo:
“Sanidad
divina es cuando el verdadero Dios revela Su naturaleza, cumple Sus promesas, y
actúa en Su provisión de la expiación de Cristo curando a una persona y
haciéndola sana en cuerpo, alma (mente, voluntad y emociones), y espíritu”.
Nuestra oración
para usted es que antes de que usted concluya este curso, Dios habrá revelado
Su naturaleza, cumplido Sus promesas, y a través de la provisión de la
expiación de Cristo usted estará sano en el cuerpo, alma, y espíritu.
CAPÍTULO TRES
ANTES DE LA BATALLA
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Listar cuatro
contestaciones comunes a la sanidad y liberación.
n
Resumir las
advertencias dadas a los líderes que no ministran la sanidad.
n
Explicar la
necesidad para la enseñanza apropiada con respecto a la sanidad y liberación.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Hijo mío, pon atención a mis palabras; inclina
tu oído a mis dichos. No se aparten de tus ojos; guárdalos en medio de tu
corazón. Porque ellos son vida a los que los hallan, y medicina para todo su
cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la
vida” (Proverbios 4:20-23).
INTRODUCCIÓN
Antes de que
usted empiece su estudio de la sanidad y liberación es útil entender algunas de
las actitudes actuales que usted enfrentará mientras usted empieza a ministrar
en esta área. Con respecto a sanidad y liberación, muchos creyentes tienen...
IGNORADO:
Un teólogo
repasó unas 87,125 páginas de los escritos teológicos en las bibliotecas de
seminarios evangélicos. De estas páginas totales, había sólo 71 páginas
consagradas a sanidad; 131 páginas a los milagros; y 85 páginas a las señales y
maravillas. Cuando comparamos el número elevado de versículos consagrados a
estos asuntos en el Nuevo Testamento con el número bajo de las páginas escritas
sobre los mismos temas en la teología moderna, nosotros vemos una tendencia
para ignorar el asunto en muchos círculos evangélicos modernos.
Algunos ignoran
debido a las advertencias bíblicas contra los milagros falsos (Marcos
13:22-23). Ellos consideran esto como una advertencia sobre todos los milagros.
Algunos creen en sanidad en la teoría, pero la ignora en la práctica. Otros la
ignoran porque ellos no pueden contestar todas las preguntas asociadas con la
enfermedad y el sufrimiento. Algunos ignoran la sanidad debido al miedo de fracaso.
Nosotros parecemos tener un doble
patrón. Nosotros oramos confiadamente por las finanzas, sabiduría, etc., pero
nosotros somos temerosos para orar por sanidad. Otros no comprenden cómo el
racionalismo y el materialismo los han afectado. Muchos deben “ver para cree” y
son consumidos con el mundo natural, materialista en lugar del sobrenatural.
NEGADO:
Algunas
personas niegan que la sanidad y liberación sean para hoy porque ellas no
tienen ninguna teología, modelo, práctica, o experiencia con ella. Los Evangelios
contienen 26 relatos de sanidad física.
El libro de
Hechos contiene cinco. La sanidad física se menciona en 1 Corintios 12:8-11 y
28-30.
Santiago
5:13-16 da instrucciones específicas sobre cómo orar por el enfermo.
No hay nada en
las Epístolas que modifican lo que el Evangelio enseña sobre sanidad. Orar por
el enfermo se tomó por cierto en el momento en que las Epístolas fueran
escritas, y no hay ningún indicio que la sanidad divina era polémica en la
iglesia primitiva.
COMPLICADO:
Muchas personas
complican la sanidad y liberación con las tradiciones de los hombres contrarias
a la Palabra de Dios. Usted aprenderá sobre algunas de estas tradiciones en la
próxima lección.
Otros lo
complican con la experiencia porque en el pasado ellos oraron por sanidad y no
la recibieron. Pero nosotros debemos basar nuestras creencias en la Palabra de
Dios, no en la experiencia (excepto dónde la experiencia apoya la Palabra).
Modelos equivocados de sanidad
complican este problema para algunas personas pues ellas han observado cultos
de personalidad, personas que sanan por dinero, decepción, y enfoque indebido
en la sanidad física en lugar de la totalidad.
Sanidad y
liberación también son complicadas por el desequilibrio. Cualquier verdad, no
importa cuán válido, es enfatizada a la exclusión de otras verdades es un error
práctico.
RETARDADO:
Algunas
personas retardan en ministrar sanidad y liberación porque ellas no tienen las
respuestas a todo. Ellas no entienden por qué algunos se sanan y otros no.
(Usted estudiará más sobre esto en la próxima lección.)
No es necesario
entender todo sobre sanidad para ministrar o recibirla ya que usted no entendía
sobre la salvación cuando usted fue salvo y empezó a dar testimonio de a otros.
Algunas
respuestas vendrán mientras usted ministra y experimenta el poder sanador de
Dios. Otras preguntas nunca se contestarán. Si usted conociera entonces todos
los “por qué” y “cómo” sobre todo, usted no necesitaría de Dios. La Biblia
dice, “nosotros conocemos en parte”. La sanidad dice respecto a enfermedades y
sufrimiento y habrá siempre misterios porque el misterio de iniquidad está en
funcionamiento (2 Tesalonicenses 2:7).
LA NECESIDAD PARA LA ENSEÑANZA
APROPIADA
Una revisión de
las actitudes actuales hacia la sanidad y liberación ilustra por qué nosotros
necesitamos de la enseñanza apropiada en este asunto. Muchos están
destruyéndose físicamente y espiritualmente porque ellos no tienen conocimiento
de lo
que la Palabra
de Dios enseña con respecto a la sanidad:
“Mi pueblo es destruido porque carece de conocimiento...” (Oseas 4:6).
Sanidad
(totalidad) es parte del Evangelio del Reino que nosotros somos comisionados a
extender (Lucas 16:15-18). Jesús nos llamó a predicar, enseñar, sanar, y
libertar.
Sanidad y
liberación no deben omitirse, pero no se debe darlos énfasis a la exclusión de
los otros dos.
La Biblia
revela que nuestras iglesias deben ser centros de sanidad (Lucas 14:16-24).
Nosotros debemos ver las personas sanadas en lugar de rechazadas:
“Y enderezad para vuestros pies los caminos torcidos, para que el cojo no sea desviado, sino más bien sanado” (Hebreos 12:13).
Como creyentes,
es pecado si nosotros no compartimos las noticias buenas de sanidad y
liberación con un mundo perdido y agonizante. La Biblia dice:
“Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado” (Santiago 4:17).
Dios da algunas
advertencias duras a los líderes que ignoran la sanidad:
“No fortalecéis a las ovejas débiles ni curáis a las enfermas. No habéis vendado a la perniquebrada, ni habéis hecho volver a la descarriada, ni habéis buscado a la perdida. Más bien, las habéis dominado con dureza y con violencia. Buscaré a la perdida y haré volver a la descarriada. A la perniquebrada vendaré, y fortaleceré a la enferma. Y a la engordada y a la fuerte guardaré. Las apacentaré con justicia” (Ezequiel 34:4,16).
EMPEZANDO CON LA ACTITUD
APROPIADA
Mientras usted
acercase al asunto de sanidad y liberación, usted necesita hacer esto con una
actitud apropiada.
Usted debe
dejar de lado las experiencias pasadas y las tradiciones en las cuales usted ha
sido enseñado. Usted debe ser enseñable.
Una de las
marcas de la sabiduría de lo alto es que está abierta a la razón (Santiago 3:17
– “complaciente”). Usted está espiritualmente en peligro cuando usted deja de
ser enseñable.
Recuerde que el
pecado de presunción es poner a Dios en su molde pequeño. Los amigos de Job
pecaron vanidosamente de esta manera. La aplicación universal de la experiencia
individual es errada. Empiece este estudio como si usted nunca haya oído las
enseñanzas tradicionales de los hombres sobre él. Acepte lo que la Palabra de
Dios dice: Si dice que usted se sana, créalo. Si dice para poner las manos
sobre el enfermo, hágalo. Qué dice Dios que hará, espere que Él lo haga.
No busque
fórmulas y métodos para recibir o ministrar la sanidad. La Biblia no da ninguna
fórmula específica, aunque se revelan varios principios y nosotros trataremos
de éstos. En lugar de buscar fórmulas, comprenda que el Sanador está dentro de
usted. Busque aumentar su conocimiento de Él y su relación íntima con el
Sanador.
Jesús y el
Espíritu Santo habitan dentro de usted. Sanar no es algo que usted busca del
exterior, pero algo que usted aprende a soltarlo del interior. Usted sólo está
buscando entender los principios que liberan el poder dentro de usted.
EL MINISTERIO DE SANIDAD
Antes de usted
empezar el ministerio de sanidad y liberación, usted debe saber que si usted
está verdaderamente siguiendo el ejemplo del ministerio sanador de Jesús:
n
Usted será
un siervo en lugar de un “señor”: Marcos 10:44.
n
Usted
quedará cansado, no rico: Marcos 6:31; Juan 4:6; Hechos 3:6.
n
Usted
encontrará incredulidad en otros: Marcos 13:58.
n
Usted
experimentará persecución de los líderes religiosos: (Algunos de ellos son como
los Fariseos... más preocupados con la ley y tradición que con la vida): Lucas
6:6-9.
n
Usted
experimentará la persecución de los más íntimos a usted: Marcos 6:4 y Mateo 13:58.
n
Usted
evitará la publicidad en lugar de buscarla: Marcos 8:26; 17:36; Mateo 8:4.
n
Usted
rechazará el lucro personal o beneficios materiales del poder de Dios: Hechos
8:18-
n
Usted
rechazará la gloria personal: Hechos 14:8-18.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
2. Liste cuatro
contestaciones comunes hacia sanidad y liberación.
________________________________________
3. Resuma las
advertencias dadas a los líderes que no ministran la sanidad.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
4. ¿Por qué la
enseñanza apropiada con respecto a la sanidad y liberación es necesaria?
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Examine su
propia actitud con respecto a la sanidad. Marque aquellos que se aplican. Usted
tiene:
___ ¿Ignorado?
___ ¿Negado?
___ ¿Complicado
con las tradiciones, experiencias, modelos malos, y desequilibrio?
___ ¿Retardado?
2. Escriba un
plan para corregir su actitud:
________________________________________
3. Si usted es
un líder espiritual, ¿usted ha estado predicando, enseñando, y ministrando la
sanidad consistentemente? ________ Si no, escriba su plan para corregir esto:
________________________________________
4. Si usted ya
está ministrando la sanidad, cómo su ministerio se compara al de Jesús en
términos de:
n
Ser un
siervo en lugar de un “señor”: Marcos 10:44.
n
Quedarse
cansado, no rico: Marcos 6:31; Juan 4:6; Hechos 3:6.
n
Encontrar
incredulidad en otros: Marcos 13:58.
n
Experimentar
persecución de los líderes religiosos: (Algunos de ellos son como los
Fariseos... más preocupados con la ley y tradición que con la vida): Lucas
6:6-9.
n
Experimentar
la persecución de los más íntimos a usted: Marcos 6:4 y Mateo 13:58.
n
Evitar la
publicidad en lugar de buscarla: Marcos 8:26; 17:36; Mateo 8:4.
n
Rechazar el
lucro personal o beneficios materiales del poder de Dios: Hechos 8:18-
n
Rechazar la
gloria personal: Hechos 14:8-18.
5. Estudie la
promesa de sanidad para esta lección:
“Hijo mío, pon atención a mis palabras; inclina tu oído a mis dichos. No se aparten de tus ojos; guárdalos en medio de tu corazón. Porque ellos son vida a los que los hallan, y medicina para todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida” (Proverbios 4:20-23).
Note o que
usted debe:
n
Poner
atención a la Palabra de Dios.
n
Inclinar su
oído a la Palabra de Dios.
n
No apartar
Su Palabra antes de sus ojos.
n
Guardarla en
su corazón.
n
Guardar su
corazón con diligencia.
La Palabra de
Dios se relaciona a la salud. Sus mandamientos son:
n
Vida a
aquellos que los encuentran.
n
Salud a su
carne.
También note en
versículo 23 la relación de la condición de su corazón con los problemas de la
vida (la vida procede de su cuerpo físico).
6. Reconocer a
Jesucristo como la fuente de la verdadera sanidad divina es vital delante del
levantamiento de movimiento que se llama Nueva Era. Este movimiento usa
técnicas humanísticas y busca la ayuda de los poderes espirituales impíos. La
Nueva Era usa espíritus guías, cristales, hierbas, y otros rituales no-bíblicos
para efectuar la sanidad física. Tales métodos deben ser rechazados pues ellos
violan la Palabra de Dios.
PARTE DOS
EL ATAQUE
Un ataque es un
asalto poderoso y violento. El pecado es el ataque de Satanás en el alma y
espíritu del hombre.
La enfermedad
es su ataque al cuerpo físico.
Para luchar
eficazmente contra los ataques de Satanás en su cuerpo físico, usted debe
primero entender la enfermedad. En esta sección usted aprenderá sobre:
n
LA FUENTE DE
LA ENFERMEDAD.
n
LAS RAZONES
PARA LA ENFERMEDAD.
n
LOS TIPOS DE
ENFERMEDAD.
n
EL RESULTADO
FINAL DE LA ENFERMEDAD.
CAPÍTULO CUATRO
LA FUENTE DE ENFERMEDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Describir
cómo la enfermedad y la muerte entraron en el mundo.
n
Identificar
la fuente de la enfermedad.
n
Identificar
los elementos destructivos de la enfermedad.
n
Explicar
cómo Dios ve la enfermedad.
n
Explicar
cómo usted puede librarse de la maldición de la enfermedad y de la muerte.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley al
hacerse maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es
colgado en un madero)” (Gálatas 3:13).
INTRODUCCIÓN
Hay una fuente
de enfermedad, aunque hay razones variadas por qué una persona se enferma.
Pablo verificó
esto cuando él dijo, “Por eso hay entre vosotros
muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen” (1 Corintios 11:30).
Este capítulo trata con la fuente de enfermedad y el Capítulo Cinco examina las
razones para la enfermedad.
CÓMO LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE
ENTRARON EN EL MUNDO
Los capítulos
de Génesis 1 y 2 en la Biblia registran la historia de la creación del hombre.
Dios creó al hombre en Su propia imagen, sopló en él el soplo de vida, y el
hombre se tornó una alma viviente.
El hombre fue
creado con una naturaleza triuna de cuerpo, alma, y espíritu. El cuerpo es la
parte física del hombre. El alma y espíritu son las partes espirituales que le
permiten actuar, pensar, sentir, reaccionar emocionalmente, y espiritualmente
responder a Dios. Originalmente, cada parte de esta naturaleza triuna estaba en
armonía con los otros dos, y la naturaleza triuna entera del hombre estaba en
armonía con Dios.
El hombre era
puro y saludable en el cuerpo, alma, y espíritu.
El capítulo
Génesis 3 registra cómo el primer hombre y mujer, Adán y
Eva, pecaron contra Dios desobedeciendo a Su Palabra. Su pecado trajo la
maldición del pecado y de la muerte sobre todos los hombres:
“Por esta razón, así como el pecado entró en el mundo por medio de un solo hombre y la muerte por medio del pecado, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).
Esta maldición
de la muerte fue una separación espiritual entre el hombre y Dios así como la
muerte física que acabaría con la vida de un hombre. Nosotros podemos ver los
efectos de la maldición inmediatamente en el registro de Génesis. Adán y Eva se
escondieron de Dios debido a la enfermedad espiritual del pecado. Adán culpó
Eva, lo que fue es inicio de la enfermedad emocional que es el resultado de
desintegrar las relaciones.
Caín mató Abel
que es un ejemplo de la enfermedad social. La enfermedad física entra en el
registro a través de la esterilidad de Sara y la plaga en Abimelec.
SATANÁS: LA FUENTE
Cuando la
maldición de la muerte vino sobre el hombre, Satanás entró en el sistema
genético del cuerpo para empezar su misión destructiva. La Biblia confirma que
Satanás es la fuente del mal en el mundo. Jesús dijo que él es un ladrón y...
“El ladrón no viene sino para robar, matar y
destruir.” (Juan 10:10).
La enfermedad
destruye el cuerpo como el pecado destruye el espíritu. La enfermedad roba la
salud, felicidad, dinero, tiempo, esfuerzo, pensamiento, y fuerza. Mata y
destruye. Incluso los “accidentes” que dañan el cuerpo son agentes destruidores
de Satanás.
Porque la
fuente de enfermedad es Satanás, usted debe resistirlo así como usted hace con la tentación y el pecado.
Cuando usted
resiste a la tentación y al pecado usted está haciendo la guerra espiritual
contra los ataques de Satanás en su alma y espíritu. Cuando usted resiste a la
enfermedad usted está emprendiendo la guerra espiritual contra sus ataques en
su cuerpo físico.
LOS ELEMENTOS DESTRUCTIVOS DE LA
ENFERMEDAD
Cada enfermedad
viene de un germen de vida. Así como su espíritu da la vida al cuerpo, Satanás
proporciona los elementos destructivos de la enfermedad. En el mundo natural,
Dios toma una célula viviente y la multiplica para traer más vida y un nuevo
niño nace. Satanás falsifica este proceso positivo con un ciclo negativo de sí
propio. Él toma una célula viviente (el virus, el cáncer, etc.) y lo multiplica
para traer la muerte. Éste es el “espíritu de enfermedad” que trabaja en su
cuerpo cuando usted está enfermo. Cuando el espíritu de enfermedad es expulso,
la enfermedad en su cuerpo muere. Con tal de que ese germen exista en el
cuerpo, la enfermedad vive y continúa su trabajo destructivo.
Aunque cada
enfermedad no es un ataque directo de espíritus demoníacos, los elementos de la
enfermedad existen en el mundo debido a Satanás. Por ejemplo, usted podría
pegar un resfriado porque usted caminó descalzo en tiempo helado. Éste no es un
ataque directo de espíritus demoníacos, pero los elementos de la enfermedad que
resultaron en su resfriado existe en el mundo debido a Satanás. ¡(Usted también
debe usar mejor el sentido común! Más sobre eso en Capítulo Veinte.)
CÓMO DIOS MIRA LA ENFERMEDAD
Si usted
entiende cómo Dios mira la enfermedad usted nunca dudará de nuevo de su fuente.
Dios llama la cautividad de enfermedad:
“Jehová restauró a Job de la cautividad, cuando
él oraba por sus amigos...” (Job 42:10 – Traducción del Original).
Jesús vino a
predicar la liberación a los cautivos:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4.18).
Jesús llamó la
esclavitud de enfermedad:
“Y a ésta, siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha tenido atada por dieciocho años, ¿no debía ser librada de esta atadura en el día de sábado?” (Lucas 13:16).
Jesús vino a
poner a las personas libres con la verdad:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
La verdad es
que Jesús vio la enfermedad como opresión y sanó aquellos que estaban
oprimidos:
“Me refiero a Jesús de Nazaret, y a cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder. El anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38).
La Biblia
identifica la muerte como un enemigo:
“El último enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).
Se llama la
enfermedad de algo que inflama:
“Porque mis espaldas están inflamadas, y no hay parte sana en mi cuerpo” (Salmos 38:7).
También se ve
como algo abominable:
“Algo abominable se ha derramado sobre él. El que cayó en la cama no se volverá a levantar” (Salmos 41:8).
Hay versículos
en la Biblia que indican que Dios envió una plaga o enfermedad. Mientras Dios
no es el creador de tales males, Él a veces los usa para lograr Sus propósitos
ejecutando el juicio sobre el enemigo.
LA REDENCIÓN DE LA MALDICIÓN
Usted aprendió
en esta lección que la enfermedad y muerte son parte de la maldición de pecado,
pero Gálatas 3:13 declara, “Cristo nos ha redimido de la maldición de la
ley". Cuando Jesús murió en la cruz, Él tomó la maldición del pecado y de
la muerte sobre Él y...
“Así que, como la ofensa de uno alcanzó a todos los hombres para la condenación, así también la justicia realizada por uno alcanzó a todos los hombres para la justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:18-19).
Salvación y
sanidad son ambas beneficios de la expiación hecha por Jesús en la cruz de
Calvario. A través de Su muerte y resurrección, Jesús tomó la maldición del
pecado, de la enfermedad, y de la muerte en su lugar. Porque Él llevó la
punición por su pecado, usted no necesita más llevarla. Porque Él llevó su
enfermedad, usted no necesita más llevarla. ¡Porque Él resurgió en la vida de
resurrección, usted también resurgirá!
Satanás viene a
matar, robar y destruir, pero Jesús dijo...
“El ladrón no viene sino para robar, matar y
destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).
Cuando usted
recibe a Jesús como su Salvador, la maldición del pecado está rota. Aunque
usted vive en un cuerpo mortal que está sujeto a los ataques tanto del pecado
cuanto de la enfermedad, usted ya no es condenado por la maldición. ¡Jesús lo
ha redimido de la maldición de la ley!
¿Cuando usted
cuestiona la fuente de la enfermedad (o algo más) que entra en su vida,
pregúntelo, “mata, roba o destruye?” En ese caso, su fuente es Satanás. ¿Me
“permite que viva la vida más abundantemente?” En ese caso, su fuente es Dios.
También recuerde...
“Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17).
Pregunte: ¿este sufrimiento es un don bueno y
perfecto”? Si usted no puede contestar honestamente “sí”, entonces usted debe
aceptar lo que la Palabra dice... ¡La enfermedad no es de Dios!
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
2. ¿Cómo la
muerte y la enfermedad entraron en el mundo?
________________________________________
3. ¿Quién es la
fuente de la enfermedad?
________________________________________
4. ¿Cómo Dios
ve la enfermedad?
________________________________________
5. ¿Qué usted
aprendió en esta lección sobre los elementos destructivos de la enfermedad?
________________________________________
________________________________________
6. ¿Cómo usted
puede librarse de las maldiciones de la enfermedad y muerte?
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLANDO EN ACCIÓN
1. ¿Si usted
trae su opinión de la enfermedad en armonía con la opinión de Dios, cómo usted
verá la enfermedad?
________________________________________
2. Dios no es
la fuente del sufrimiento pero Él puede usarlo para lograr Sus propósitos.
Estudie ejemplos siguientes que ilustran esto:
n
Las plagas
del Egipto: Éxodo 7-11
n
La lepra de
Miriam: Números 12:10
n
La
enfermedad del Rey Joram: 2 Crónicas 21:18
n
La lepra de
Giezi: 2 Reyes 5:27
n
La muerte
del niño de David: 2 Samuel 12:18
n
La muerte de
los hijos de Elí: 1 Samuel 2:34
n
El
sufrimiento de Job: el libro de Job
n
Los
infortunios inmerecidos de José: Génesis 45:5-7
n
La
crucifixión de Jesús: Marcos 14:35-36 y Romanos 5:6-12
n
El
encarcelamiento de Pablo: Filipenses 1:12,19
n
El aguijón
en la carne de Pablo: 2 Corintios 12:7
3. Piense en un
tiempo cuando usted experimentó el sufrimiento. ¿Cómo Dios lo usó para Su
gloria?
________________________________________
4. ¿Dios no es
la fuente de su sufrimiento presente, pero cómo usted piensa que Él podría
usarlo para Su gloria? Ore sobre esto.
________________________________________
________________________________________
5. ¿Qué usted
aprendió en esta lección que usted puede usar para animar a alguien que está
sufriendo? Compártalo con él antes de que usted proceda a la próxima lección.
________________________________________
6. Haga las
preguntas siguientes con respecto a su enfermedad o de uno a quien usted está
ministrando:
n
¿Mata, roba
o destruye? En ese caso, su fuente es Satanás. (Juan 10:10)
n
¿Le permite
que viva la vida más abundantemente? En ese caso, su fuente es Jesús. (Juan
10:10)
n
¿Es un don
bueno y perfecto? Si no, no viene de Dios. (Santiago 1:17)
7. ¿Usted cree
que usted ha sido redimido de la maldición de la muerte y de la enfermedad?
_______ Si no, repase este capítulo de nuevo.
CAPÍTULO CINCO
LAS RAZONES PARA LA ENFERMEDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
cinco razones para la enfermedad.
n
Explicar
cómo la enfermedad es el resultado de una violación de leyes espirituales.
n
Explicar cómo
la enfermedad es el resultado de la actividad Satánica.
n
Explicar
cómo la enfermedad es el resultado de una violación de las leyes naturales de
Dios.
n
Explicar el
discernimiento inadecuado del Cuerpo de Cristo resulta en enfermedad.
n
Discutir
directiva bíblica para la destrucción de la carne con vistas a salvar el
espíritu.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Antes que fuera humillado, yo erraba; pero ahora guardo tu palabra... Bueno me es haber sido afligido, para que aprendiera tus leyes... Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas, porque con ellas me has vivificado” (Salmos 119:67,71,93).
INTRODUCCIÓN
Hay una fuente
de enfermedad y esa fuente es Satanás. Pero las razones porque las enfermedades
vienen sobre nosotros son variadas. Aquí están algunas razones para la
enfermedad:
LA VIOLACIÓN DE
LEYES ESPIRITUALES
Cuando el
hombre pecó, la muerte empezó a trabajar su corrupción en el cuerpo:
“Antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero como no había ley, el pecado no era tenido en cuenta” (Romanos 5.13).
“Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:23).
La enfermedad
es un resultado del pecado, pero la enfermedad de una persona necesariamente no
es causada por su propio pecado individual. Jesús hizo este claro en el ejemplo
del hombre ciego desde el nacimiento (Juan 9:1-3). Si Dios castigara el pecado con la enfermedad, cada pecador y
cada cristiano en pecado en el mundo estarían enfermos. Es verdad que el pecado
y la enfermedad tienen una conexión, pero nosotros debemos tener el cuidado de
la manera en que esto es individualmente aplicado. Puede usarse como una manera
conveniente de descuidar del enfermo y racionalizar nuestra propia ineficacia.
Uno de las
peores aplicaciones erradas de la Biblia Escritura es que la enfermedad existe
debido al pecado individual de una persona o falta de fe.
Es verdad que
si usted rompe la ley de Dios, usted sufrirá. Esto es sufrir por sus propios
actos pecadores. Para el pecador, éste es juicio. Para el creyente, es
corrección. Pero aun cuando usted guarda la ley de Dios, usted todavía puede
sufrir porque usted vive en un mundo pecador. El justo, así como el injusto,
sufre debido a la presencia de pecado en el mundo.
Un ejemplo de sufrir por su propio pecado
es alguien que adquiere SIDA a través de su propia inmoralidad pecadora. Un
ejemplo de sufrir debido a la presencia de pecado en el mundo es alguien que
adquiere SIDA a través de una transfusión sanguínea.
Varias
referencias de la Biblia confirman que enfermedad puede relacionarse al pecado
individual (vea a Marcos 2:1-12; Juan 5:1-11,14; Santiago 5:14-16; Salmos 38:3,7).
Romanos 6:19 confirma que las enfermedades vienen por la impureza (pecado).
Cuando nosotros violamos las leyes espirituales, nosotros caminamos bajo la
maldición descrita en Deuteronomio 28. También puede relacionarse la enfermedad
al pecado corporativo (vea Hechos 5:1-11; 1 Corintios 11:27-32).
La Sanidad
puede perderse volviendo a pecar:
“Después Jesús le halló en el templo y le dijo: --He aquí, has sido sanado; no peques más, para que no te ocurra algo peor” (Juan 5:14).
LA VIOLACIÓN DE
LEYES NATURALES
Un poco de
enfermedad nos viene porque nosotros violamos las leyes naturales de Dios. Por
ejemplo:
n
Dieta
impropia (sobrepeso, peso insuficiente).
n
Demasiada
actividad obrera, febril.
n
Reposo
impropio.
n
Falta de
autodominio que resulta en las emociones dañosas como el enojo, amargor, etc.
n
Falta de
relaciones positivas con otros (amargor, falta de perdón, etc.)
n
Ejercicio
(demasiado o demasiado poco).
n
Abuso de
drogas y alcohol: sustancias químicas tóxicas tomadas en el cuerpo.
n
Violar las
leyes naturales como la ley de gravedad, etc. (¡Si usted salta de un edificio,
usted puede herirse!)
n
Ponerse
deliberadamente en riesgo a través de actividades peligrosas y negándose a usar
los dispositivos de seguridad (es decir, cosas tales como cinturón de seguridad
en un auto, gafas en un taller, a yelmo en una construcción, etc.)
LOS ATAQUES SATÁNICOS
A veces la
enfermedad viene por un ataque directo de Satanás. Job es uno de los ejemplos
más buenos de esto (vea Job 1 y 2). Job experimentó la enfermedad física,
mental, y emocional debido a un ataque Satánico. Él no sufrió debido a su
propio pecado personal. El propio testimonio de Dios muestra que Job era un
hombre justo.
El pecado es el
ataque de Satanás al hombre espiritual. La enfermedad es su ataque al hombre
natural. En el Nuevo Testamento, así como en los tiempos modernos, el justo
sufre la mayoría de los ataques Satánicos porque nosotros hemos entrado en una
guerra con Satanás, y en cualquier guerra hay accidentes.
Satanás ataca su
cuerpo así como él hace a su mente. Su mente, cuerpo, y el viejo hombre de la
carne (los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de a vida),
son las maneras en que él ataca. Aunque él lo ataca físicamente así como él
hace espiritualmente, él no tiene ningún derecho para morar en su cuerpo físico
así como no tiene en su alma o espíritu.
El
funcionamiento de las fuerzas de Satanás en el cuerpo del creyente puede
compararse a la guerra de guerrilla. Ellos realmente no tienen en absoluto ningún
derecho jurídico en el territorio pero buscan operar allí, sin embargo.
En este mundo,
habrá siempre enfermedad así como habrá siempre pecado. Pero nosotros podemos
luchar contra la enfermedad así como nosotros luchamos contra el pecado a
través de la guerra espiritual.
NO DISCERNIR PROPIAMENTE EL
CUERPO DE CRISTO
Pablo dijo que
muchos eran débiles y enfermos porque ellos no discernieron el Cuerpo de Cristo
propiamente y tomaron la Comunión indignamente. La comunión es compartir el pan
y vino simbolizando el cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. Pablo advirtió:
“De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen” (1 Corintios 11:27-30).
Usted puede no
discernir el Cuerpo de Cristo de tres maneras:
EL
SIGNIFICADO DE LA SANGRE Y CARNE:
Usted no
discierne el Cuerpo de Cristo cuando usted no entiende que el significado del
fruto de la vid y del pan simboliza Su sangre y carne. Esto es lo que pasó
cuando Jesús dio esta enseñanza en Juan 6:66 y muchos retrocedieron de
seguirlo. Ellos no entendieron el significado espiritual de lo que Él estaba
enseñando. Mientras muchos disciernen la sangre para la remisión de pecados,
ellos no entienden a menudo el verdadero significado del cuerpo. El cuerpo era
para sanidad, para que nosotros pudiéramos comer de él y ser sanados. (Vea a
Juan 6:48-58 y Lucas 6:48-51.)
LA
DIVISIÓN EN EL CUERPO:
Nosotros a
veces no discernimos a nuestros hermanos y hermanas que son parte del Cuerpo de
Cristo y divisiones ocurren en la iglesia. Nosotros comemos y bebemos
indignamente si nosotros no discernimos propiamente (entendemos realmente)
nuestra unión con nuestros hermanos y hermanas en el Señor. Pablo explica en 1
Corintios 3:1-13 que los Cristianos carnales involucrados en la división no
pueden comer la carne (la carne, cuerpo) de la Palabra debido a su carnalidad.
COMIENDO
INDIGNAMENTE:
Nosotros
comemos indignamente cuando nosotros tomamos la comunión con una vida sin
examinar. El resultado es debilidad y enfermedad. Por esto Pablo dice para
examinarse espiritualmente y arrepentirse antes de tomar la Comunión.
LA DESTRUCCIÓN DE LA CARNE PARA
QUE EL ESPÍRITU SE SALVE
Dios permite
que algunos sean entregues a Satanás para la destrucción de la carne por
razones disciplinarias. Dios no pone la enfermedad en ellos, pero Él lo
permite. Usted puede leer sobre este proceso en 1 Corintios 5:1-7.
En “la
destrucción de la carne”, la Iglesia entrega un hombre pecador a Satanás para
la destrucción de la carne para que el espíritu pueda salvarse. La Biblia
revela:
Cómo será hecho:
1. En unidad.
2. En el espíritu y poder del Señor.
3. En el nombre del Señor.
Por qué será hecho:
1. Fornicación.
2. La conducta peor que la del mundo
(Gentiles).
3. Orgullo.
4. Falta de arrepentimiento.
5. El Mal en lo medio del pueblo de Dios.
Su propósito:
1. Individual: la destrucción de la carne
para que el espíritu pueda salvarse.
2. La sociedad: colocar el mal para fuera
antes que otros sean afectados.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
2. ¿Qué son las
cinco razones para la enfermedad discutidas en esta lección?
________________________________________
3. ¿Cómo la
enfermedad puede ser el resultado de una violación de las leyes espirituales?
________________________________________
4. ¿Cómo la
enfermedad es el resultado de la actividad Satánica?
________________________________________
5. ¿Cómo la
enfermedad es el resultado de una violación de las leyes naturales de Dios?
________________________________________
6. ¿Cómo no
discernir adecuadamente el Cuerpo de Cristo resulta en enfermedad?
________________________________________
7. Explique la
directiva bíblica para la destrucción de la carne para que el espíritu pueda
salvarse.
¿Cómo debe ser
hecha? ________________________________________
¿Por qué debe
ser hecha? ________________________________________
¿Cuál es el
propósito? ________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN
ACCIÓN
1. Piense sobre
la razón para su enfermedad o de alguien a quien usted está ministrando.
Podría ser
debido a...
n
¿Violación
de leyes espirituales?
n
¿Violación
de las leyes naturales de Dios?
n
¿Ataques
Satánicos?
n
¿No
discernir el Cuerpo de Cristo?
n
¿La
destrucción de la carne para que el espíritu pueda salvarse?
2. ¿Usted
piensa que usted está (o ha estado alguna vez) enfermo como resultado de una
corrección? ¿Qué usted debe hacer (o ha hecho) basado en Santiago 5:14-16?
________________________________________
________________________________________
3. ¿Si su
enfermedad o de alguien a quien usted está ministrando resulta de romper una
ley natural de Dios, lo que puede hacerse para corregir esto?
________________________________________
________________________________________
4. Si su
enfermedad o que de alguien a quien usted está ministrando resulta de romper
una ley espiritual, confiese y se arrepienta de su pecado y reivindique 1 Juan
1:8-9, o los lleve a hacer eso.
________________________________________
________________________________________
5. ¿Usted
piensa que usted o la persona a quien usted está ministrando ha discernido el
Cuerpo de Cristo inadecuadamente? En ese caso, arrepiéntase y pídale el perdón
a Dios, entonces ore para sanar de la condición física.
________________________________________
________________________________________
6. Si usted
cree que su enfermedad o de alguien a quien usted está ministrando ha sido
causada pro demonios, ate el espíritu de enfermedad en oración y libere el
poder sanador del Espíritu Santo.
________________________________________
________________________________________
7. Estudie la
Promesa de Sanidad para esta lección:
“Antes que fuera humillado, yo erraba; pero ahora guardo tu palabra... Bueno me es haber sido afligido, para que aprendiera tus leyes... Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas, porque con ellas me has vivificado” (Salmos 119:67,71,93).
Este pasaje
revela que David experimentó la aflicción debido a la violación de leyes
espirituales.
¿Qué él
aprendió de la experiencia? ¿Qué trajo la “vivificación” (sanidad) a su
condición? ¿Cómo usted puede aplicar lo que David aprendió a su propia vida?
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
CAPÍTULO SEIS
LOS TIPOS DE ENFERMEDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Listar cinco
tipos básicos de enfermedad.
n
Definir la
enfermedad espiritual.
n
Definir la
enfermedad física.
n
Definir la
enfermedad mental.
n
Definir la
enfermedad emocional.
n
Definir las
condiciones demoníacamente causadas.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque desfallezco. Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están abatidos. También mi alma está muy turbada; y tú, oh Jehová, ¿hasta cuándo? ¡Jehová ha escuchado mi ruego! ¡Jehová aceptará mi oración!” (Salmos 6:2-3,9 – Traducción del Original).
INTRODUCCIÓN
Cuando nosotros
hablamos de “enfermedad o dolencia” nosotros queremos decir que es cualquier
condición espiritual, mental, emocional, o física que no está en el orden
apropiado como él creada por Dios. Hay cinco tipos de enfermedad. Éstas son:
LA ENFERMEDAD ESPIRITUAL
La enfermedad
espiritual es el pecado. Si no se trata, es espiritualmente terminal. Ciencia
médica o la sanidad natural no pueden hacer nada para esta condición. Todos
somos afectados por la enfermedad espiritual porque todos han pecado. Sanidad
para la enfermedad espiritual viene de arrepentirse, de recibir el perdón del
pecado, y aceptar a Jesucristo como el Salvador personal.
LA ENFERMEDAD FÍSICA
La enfermedad
física puede ser el resultado de los desórdenes orgánicos. Ellos son problemas
que pueden observarse y pueden ser detectados por médicos. La estructura real o
el tejido del cuerpo se dañan de alguna manera. La enfermedad física también es
el resultado de los desórdenes funcionales. Ésta enfermedad es el resultado de
un funcionamiento defectuoso de un órgano o parte del cuerpo. Ellas incluyen
una variedad de problemas en que un problema en una parte perturba el organismo
entero. Más comunes son las enfermedades del corazón, tensión arterial alta,
diabetes, úlceras pépticas, y alergias.
Debido a la
naturaleza integrada de hombre, enfermedad en uno la parte afecta el cuerpo
entero. Por eso, enfermedades funcionales que continúan no examinadas pueden
producir la enfermedad orgánica.
LA ENFERMEDAD EMOCIONAL
La enfermedad
emocional es causada por las emociones negativas como el enojo, odio, amargor,
etc. Sanidad viene por el perdón y sanidad vertical y horizontal. El perdón
vertical resulta cuando usted le pide a Dios que lo perdone por las emociones
pecadoras. Cuando usted se arrepiente, Dios sana estas condiciones internas. El
perdón y sanidad horizontal resulta cuando usted perdona aquellos que lo
ofendieron. Algunos llaman esto de “sanidad interior”, aunque el término a
veces se ha abusado y se ha extendido para incluir experiencias que la Biblia
no enseña.
LA ENFERMEDAD MENTAL
La enfermedad
mental es una condición mental que ocurre del retraso, enfermedad, colapso
nervioso, defectos de nacimiento, y condiciones psicológicas no causadas
directamente por la presencia demoníaca.
LAS CONDICIONES DEMONÍACAS
Las condiciones
demoníacamente causadas incluyen la posesión, opresión, y las condiciones
físicas y mentales demoníacamente causadas. Las condiciones demoníacas
requieren un tipo especial de sanidad qué se llama “liberación”. La liberación
y sanidad están relacionadas, pero la Escritura diferencia entre ellos:
“Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos” (Lucas 9:1-2).
Usted aprenderá
más sobre las condiciones demoníacamente causadas en parte Seis de este curso.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. ¿Cuáles son
los cinco tipos básicos de enfermedad?
________________________________________
3. ¿Qué es la
enfermedad espiritual?
________________________________________
4. ¿Qué es la
enfermedad física?
________________________________________
5. ¿Qué causa
la enfermedad emocional?
________________________________________
6. ¿Qué es la
enfermedad mental?
________________________________________
7. ¿Qué son las
condiciones demoníacamente causadas?
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1.
Cuidadosamente analice su propia enfermedad o de alguien a quien usted está
ministrando.
¿De qué tipo de
enfermedad usted está tratando? Es...
___
¿Espiritual?
___ ¿Física?
___ ¿Mental?
___ ¿Emocional?
___
¿Demoníacamente causada?
2. Escriba la
razón porque usted cree que ella es...
Enfermedad
espiritual:
________________________________________
________________________________________
Enfermedad
física:
________________________________________
Enfermedad
mental:
________________________________________
Enfermedad
emocional:
________________________________________
Una condición
demoníacamente causada:
________________________________________
3. Debido a la
naturaleza integrada del hombre, la enfermedad en una parte afecta el cuerpo
entero. ¿Usted puede ver cómo esto es verdad en su propia enfermedad o de uno a
quien usted está ministrando?
¿Cómo una
condición física está afectando el espíritu, emociones, y mente?
________________________________________
¿Cómo una
condición espiritual está afectando el cuerpo, emociones, y mente?
________________________________________
¿Cómo una
condición emocional está afectando el cuerpo, mente, y espíritu?
________________________________________
¿Cómo una
condición mental está afectando el cuerpo, espíritu, y emociones?
________________________________________
4. Estudie los
versículos de sanidad para esta lección que se encuentra en Salmos 6:
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque desfallezco. Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están abatidos (versículo 2). También mi alma está muy turbada; y tú, oh Jehová, ¿hasta cuándo? (Versículo 3). ¡Jehová ha escuchado mi ruego! ¡Jehová aceptará mi oración!” (Versículo 9).
Versículo 2 indica una condición física: “Mis huesos
están abatidos”.
Versículo 3 indica una condición espiritual: “Mi alma
está muy turbada”. El Versículo 3 también indica que el Salmista tenía esperado
por su sanidad: “¿Oh Jehová, ¿hasta cuándo?” (¿Usted tiene hecho esta pregunta
con respecto a en la sanidad en su vida?)
Versículo 9 demuestra su fe en Dios: “Jehová ha
escuchado mi ruego” (“escuchado” es pretérito, tiempo pasado). “Jehová aceptará
mi oración” (“aceptará” es tiempo futuro). Su oración por sanidad se ha oído,
aunque su manifestación está todavía en el futuro.
CAPÍTULO SIETE
EL RESULTADO FINAL DE LA ENFERMEDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
los dos resultados finales de la enfermedad.
n
Identificar
dos tipos de muerte.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
1. ¿Usando lo que usted aprendió en esta dice Jehová, planes de bienestar y no de
mal, para daros porvenir y esperanza” (Jeremías 29:11).
INTRODUCCIÓN
Hay sólo dos
posibles resultados finales de una enfermedad. O será para la gloria de Dios o
será una enfermedad para muerte. En todo caso, Dios promete:
“Porque yo sé los planes que tengo acerca de
vosotros, dice Jehová, planes de bienestar y no de mal, para daros porvenir y
esperanza” (Jeremías 29:11).
UNA ENFERMEDAD PARA LA GLORIA
DE DIOS
Una enfermedad
para la gloria de Dios es una dónde una persona glorifica a Dios a través de su
testimonio, vida, y ministerio. Usted puede leer la historia de un hombre ciego
desde el nacimiento en Juan capítulo nueve.
Jesús dijo de
este hombre ciego:
“Respondió Jesús: - No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él” (Juan 9:3).
Cuando el
hombre ciego fue sanado, Dios recibió la gloria a través de su testimonio. Dios
siempre debe recibir la gloria para toda sanidad legítima. (Por “legítimo”
nosotros queremos decir sanidades que no se invocan Satánicamente.)
SANIDAD
NATURAL:
Dios
normalmente recibe el crédito por la sanidad divina, claro, pero la gloria
también debe ser dado a Él por lo que se llama sanidad natural del cuerpo a
través de sus propios procesos. Dios creó el cuerpo y exhibe Su naturaleza y
poder creador a través de los procesos corporales naturales.
SANIDAD
MÉDICA:
La alabanza
también debe ir a Dios por Su ayuda en sanar por los medios médicos. La Biblia
dice que cada buena dádiva viene de Dios (Santiago 1:17) y esto incluye los
remedios, vitaminas, y otras substancias que lo benefician físicamente. Muchos
remedios vienen de las substancias naturales en las plantas y elementos que fueron
creados por Dios en el primer lugar.
SANIDAD
INSTANTÁNEA Y TARDADA:
A veces una
persona se sana instantáneamente, pero otras veces la sanidad tarda y la
persona se sana después o gradualmente. Considere estos ejemplos:
n Zacarías no se sanó hasta el nacimiento de
Juan: Lucas 1:20.
n Ana no podría tener a un niño hasta el
tiempo de Dios: 1 Samuel 1:5-19.
n Abraham y Sara no podrían tener a un niño,
a pesar de la fe de Abraham, hasta el tiempo de Dios: Hebreos 11:11.
Si instantánea
o gradual, Dios debe recibir la gloria por la sanidad.
UNA ENFERMEDAD PARA MUERTE
En Juan 11:4
Jesús dijo que la enfermedad de Lázaro no era para muerte. Esto
significa que hay una enfermedad para muerte. La meta de la sanidad no es la
inmortalidad. La sanidad divina no logra esto más que la medicina lo hace.
Incluso aquellos que fueron eventualmente levantados de entre los muertos por
Jesús murieron, incluso Lázaro.
Hay dos tipos
de muerte mencionados en la Biblia. Una muerte prematura ocurre cuando
una persona se ha tronado a la destrucción de la carne y muere prematuramente
para que el espíritu pueda salvarse (1 Corintios 5:4-5). Usted estudió sobre
esto en Capítulo Cinco.
El segundo tipo
de muerte mencionado en la Biblia es una muerte designada. Cada hombre
tiene un tiempo designado para morir (Hebreos 9:2; Eclesiastés 3:2). Incluso
Eliseo, el gran profeta de Dios que hizo muchos milagros de sanidad, se puso
enfermo con la “enfermedad de la que moriría” (2 Reyes 13:14). En su momento
designado para morir es posible simplemente parar de respirar y no estar
enfermo:
“Escondes tu rostro, y se desvanecen; les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo” (Salmos 104:29).
Cuando ya era
un hombre viejo Moisés no tenía los efectos de la edad. Josué era “viejo y de
edad avanzada”. Dios conservó uno sobrenaturalmente, mientras el otro experimentó los resultados del
envejecimiento natural. Su espiritualidad no tenía nada que ver con eso. Dios
nos sostiene si nuestros cuerpos siguen los procesos naturales de la edad y de
la muerte por enfermedad o si ellos son sobrenaturalmente conservados.
Nosotros
cometemos el error de vivir limitados por el tiempo en lugar de por la
eternidad. Como creyentes, nosotros somos ya vivimos la vida eterna si nosotros
vivimos en esto o en el otro lado de la muerte. Cuando un creyente muere, es la
última sanidad dentro de los parámetros de la eternidad.
Recuerde... Usted
experimentará sanidad: Algunos la experimentarán de este lado de la muerte.
Dios lo levantará y usted lo glorificará por su testimonio, vida, y ministerio.
Otros recibirán
la sanidad final cuando ellos atravesaren la muerte y victoriosamente entraren
en la presencia del Señor con un cuerpo, alma, y espíritu los cuales estarán
absolutamente sanos.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
2. ¿Cuáles son
dos resultados finales de la enfermedad?
________________________________________
________________________________________
3. ¿Cuáles son
los dos tipos de muerte identificados en la Escritura?
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Si su
enfermedad o de uno a quien usted está ministrando es considerada terminal,
sólo Dios puede revelar si es una “enfermedad muerte” o para la “gloria de
Dios”. A menos que Dios revela que una enfermedad sea para muerte, entonces
continúe orando por sanidad según la voluntad de Dios.
2. Las
sanidades médicas y naturales son de Dios, así como la sanidad divina. El
problema se levanta cuando las personas dan el crédito a los remedios y
doctores en lugar de comprender que Dios es la fuente de toda la sanidad. Jesús
dijo de Israel:
“... no reconocieron que yo los sanaba” (Oseas 11:3).
Rey Asa murió
porque él sólo buscó la ayuda médica. Él descuidó de su condición espiritual y
no se volvió al Señor en su tiempo de necesidad (2 Crónicas 16:12).
3.¿Usted puede
recordar una enfermedad que usted experimentó donde la sanidad fue ayudada por
el uso de remedios, doctores, o los procesos naturales del cuerpo? _____ ¿Usted
dio gracias a Dios para esta sanidad? ________
Si no, hágalo hora.
4. ¿Cuándo
usted o alguien a quien usted está ministrando se sana, cómo usted usará esta
sanidad para glorificar Dios?
________________________________________
________________________________________
5. Si su
enfermedad es para muerte y es su tiempo designado para morir físicamente,
recuerda que usted ya está viviendo en los parámetros de la eternidad. Usted se
sanará. ¡Usted entrará en la presencia del Rey con la salud perfecta!
PARTE TRES
EL CONTRAATAQUE
Usted aprendió
mucho sobre el ataque del enemigo en el cuerpo físico mientras usted estudió en
la última sección sobre la fuente, razones, tipos, y el resultado final de la
enfermedad.
En esta sección
usted aprenderá cómo organizar un contraataque contra Satanás y batallar por el
cuerpo físico. Un contraataque es una contestación diseñada para neutralizar y
derrotar un ataque del enemigo.
Para responder
a los ataques de Satanás en el cuerpo físico usted debe entender:
n
LA BASE
BÍBLICA DE LA SANIDAD.
n
LOS
PROPÓSITOS DE LA SANIDAD.
n
LOS DONES DE
SANIDAD.
Éstos son los
asuntos de esta sección.
CAPÍTULO OCHO
LA BASE BÍBLICA DE LA SANIDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Explicar la
Parábola del sembrador como ella se relaciona a la sanidad.
n
Resumir lo
que el Antiguo Testamento enseña con respecto a la sanidad.
n
Usando los
ejemplos de Jesús y de la primera Iglesia, resuma lo que el Nuevo Testamento
enseña con respecto a la sanidad.
n
Identificar
la sanidad como un beneficio de la expiación de Jesucristo.
n
Resumir la
Gran Comisión con respecto a la sanidad y liberación.
n
Listar las
referencias de la Biblia que verifican que todos los creyentes deben estar involucrados en el ministerio sanidad
y liberación.
n
Identificar
las tres llaves del Reino que se relacionan a la sanidad.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados” (Isaías 53:5).
INTRODUCCIÓN
Con esta
lección usted empieza una jornada de fe sobre sanidad y liberación. La Biblia
es su pasaporte para esta jornada. En el mundo natural, un pasaporte verifica
su ciudadanía y garante los privilegios proveídos por su nación.
Como un
pasaporte espiritual, la Palabra de Dios verifica su ciudadanía en el Reino de
Dios. Garantiza que como un creyente renacido usted califica para los
privilegios proveídos por esta ciudadanía, incluso los privilegios de sanidad
divina y liberación.
LA PALABRA DE DIOS Y SANIDAD
Lea la parábola
del sembrador en Mateo 13:3-8, 18-23; Marcos 4:3-8, 14-20; y Lucas 8:5-8,
10-15. En esta parábola, Jesús explica que la “semilla” es la Palabra de Dios.
En el mundo natural una semilla tiene dentro de ella la capacidad de traer la
vida, pero es impotente hasta que se plante y sea nutrida.
El mismo es
verdad en el mundo espiritual. La semilla de la Palabra de Dios tiene la
capacidad de traer la vida espiritual. La semilla de la Palabra de Dios en la
sanidad tiene la capacidad de traer la liberación. Pero hasta que la Palabra de
sanidad sea sembrada en su vida, usted estará intentando segar sin sembrar.
Usted no puede
segar cuando usted no tiene sembrado. Esto es por qué usted debe estudiar la
base bíblica de la sanidad y liberación. Una ley de la cosecha es que para
segar, usted debe sembrar.
Otra ley de la
cosecha es que usted no siega en la misma estación en que usted siembra, pero
usted segará en la debida (apropiada) estación. Cuando usted empieza a sembrar
la Palabra de Dios en su vida, usted no puede experimentar la sanidad
inmediatamente o ver los resultados en aquellos a quienes usted ministra. Pero
si usted continúa sembrando la Palabra de sanidad, USTED EVENTUALMENTE SEGARÁ –
es la ley de la cosecha de Dios.
La parábola del
sembrador también contiene algunas advertencias de que usted debe estar
consciente mientras usted empieza su estudio de lo que la Biblia enseña sobre
la sanidad. Cuando la semilla de la Palabra de Dios es sembrada hay siempre
oposición de Satanás.
Alguna semilla
cae “junto al camino” de su vida y el maligno la roba de usted. Usted oye la
Palabra de Dios sobre sanidad y liberación, pero usted le permite sea
arrebatada de usted, quizás por la tradición o por la duda, crítica, e
incredulidad.
Alguna semilla
cae en “pedregales” y usted no le permite tomar raíz en su corazón. La tierra
pedregosa representa un corazón duro que no está abierto a la verdad de la
Palabra de Dios. La Palabra se recibe primero con la alegría, pero cuando la
aflicción viene (quizás en forma de un ataque físico) o la persecución (quizás
de aquellos que no creen en la sanidad divina) la Palabra seca y usted se
ofende. La semilla de la Palabra de Dios sobre sanidad también puede ser
lanzada entre los “espinos” en su vida. Los cuidados del mundo, las riquezas,
placeres, y lujurias estrangulan su crecimiento.
El hombre es
compuesto de una naturaleza triuna que consiste en cuerpo, alma, y espíritu. El
cuerpo es la parte física del hombre. El alma y espíritu son las partes
espirituales que le permiten que actúe, piense, sienta, reaccione emocionalmente,
y espiritualmente responda a Dios.
Todos éstos
están envueltos en el sembrar y segar de la verdad espiritual. A través de los
sentidos corporales de oír y ver usted recibe la semilla reproductiva de la
Palabra de Dios. Mientras usted lee y oye la Palabra ella entra en su espíritu.
Pero para reproducirse en su vida, la semilla debe entrar en su alma. El
proceso es semejante a la reproducción biológica en el mundo natural. Para que
los humanos se reproduzcan debe haber un varón, una hembra, y la semilla
biológica que se transmite a través de la intimidad.
Aplicando esto
espiritualmente, la Palabra de Dios es la semilla. El espíritu es la “porción
masculina” de la naturaleza espiritual y el alma es la “porción femenina”
(Nosotros sabemos que el alma es la parte femenina de la naturaleza espiritual,
porque David, según el original de la Biblia, usaba la palabra “alma” en el
femenino). Para reproducirse, la semilla debe entrar en el espíritu (el varón)
y ser transmitida al alma (la hembra).
La razón por la
cual la Palabra de Dios a menudo no efectúa cambios en nuestras vidas es que
nosotros sólo le permitimos entrar en nuestros espíritus. Nosotros nunca
realmente le permitimos penetrar los huecos profundos de nuestra naturaleza del
alma en la mente, voluntad, y emociones.
En el mundo
natural, cuando el varón y la hembra se unen y la semilla biológica se planta,
sus efectos son evidentes. Se producen las células de una nueva vida y un niño
nace. El mismo es verdad en el mundo espiritual. Cuando la Palabra de Dios con
respecto a la sanidad se transmite de los sentidos físicos del ojo u oído a su
espíritu y se planta entonces en su alma, sus efectos eventualmente se verán en
su cuerpo físico.
EL REGISTRO DEL
ANTIGUO TESTAMENTO
Nuestro estudio
de la base bíblica de la sanidad y liberación empieza en el registro del
Antiguo Testamento. (Mientras las varias referencias en esta lección se
discute, por favor léalos en su Biblia).
Originalmente,
el hombre fue creado puro y saludable en el cuerpo, alma, y espíritu. Usted ya
aprendió en Capítulo Cuatro que al muerte entró en el mundo como resultado del
pecado del primer hombre y mujer (Génesis 3). Usted también aprendió que cuando
la maldición de la muerte vino al hombre, Satanás entró en el sistema genético del
hombre y empezó su misión destructiva de enfermedad, dolencia, esclavitud, y
muerte.
Pero en este
momento oscuro de la historia, la primera promesa de sanidad espiritual y
física se dio. En Génesis 3:15 Dios dijo que la “semilla” de la mujer heriría
la cabeza de Satanás. Esta “semilla” era una promesa profética sobre Jesús que,
a través de Su ministerio terrenal, muerte, y resurrección, derrotaría a
Satanás.
El registro de
Génesis contiene dos relatos de sanidad divina. En Génesis 17:18-19 Dios
prometió sanar la esterilidad de Sara. En Génesis 21:1-7 esto se cumplió.
Génesis 20:17 sanidad de Abimelec.
En el libro de
Éxodo, enfermedad y sanidad divina entra más claramente en el registro bíblico.
Después de la
liberación de Israel del Egipto, las personas marcharon durante varios días sin
encontrar agua. Cuando ellas vinieron finalmente a Mara, ellas no podrían beber
del agua porque estaba amarga.
Dios le mostró
un árbol a Moisés que, cuando lanzado a las aguas, hizo las aguas dulcemente.
Siguiendo a
esto Dios se revela como el Sanador de Su pueblo. Él dijo:
“Diciéndole: --Si escuchas atentamente la voz de Jehová tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15:26).
Una traducción
más exacta de esto es “Yo soy el Señor su médico”. Esto indica una acción
habitual, continua. Porque esta promesa se dio primero a Israel en una
situación específica, algunos dicen que sólo se aplica a ellos y que los
Cristianos no puede exigirla. Nosotros debemos recordar, sin embargo, que los
nombres de Dios son revelaciones de Su naturaleza y carácter, y Dios no cambia.
Si Él era entonces por naturaleza médico y sanador, Él es el mismo hoy. Otras
referencias específicas sobre la sanidad en Éxodo son la sanidad de la mano
leprosa de Moisés (Éxodo 4:1-7) y la promesa de Dios para llevar la enfermedad
de entre su pueblo (Éxodo 23:25).
El libro de
Levítico podría llamarse el “manual de cuidado de la salud” de la Biblia. Dios
revela las regulaciones con respecto al tratamiento de la enfermedad (para un
ejemplo vea Levítico 13:1-46; 14:1-32) y da directivas que consideran el vivir
saludable (vea Levítico 15:1-33 para un ejemplo).
El libro de
Números registra la sanidad de la lepra de María (Miriam) y Aarón (Números
12:1-15) y la sanidad de plagas que afectaron Israel (Números 16:41-50 y
21:5-9).
Deuteronomio 28
es un capítulo muy importante relacionado a la sanidad. Explica la relación de
la obediencia a la salud física. Otros pasajes en Deuteronomio que enfatiza
esta verdad incluyen 7:15; 29:22; 30:20.
La esposa de
Manoa fue sanada de la esterilidad en Jueces 13:2-24. Hay varios registros de
sanidades en el libro de mí 1 Reyes. Hay historias sobre un hombre con la mano
marchitada en 1 Reyes 13:4-6 y la resurrección de un niño muerto en 1 Reyes
17:17-24. El registro continúa en 2 Reyes con la sanidad de un niño por Eliseo
en 2 Reyes 4:8-37 y la sanidad de Naamán en 2 Reyes 5:1-14. También estudie el
caso de Rey Azarias en 2 Reyes 15:1-12.
De la sanidad
de Ezequías en 2 Reyes 20:1-11 nosotros aprendemos que Dios puede sanar la
enfermedad terminal y puede agregar años a la vida (también vea 2 Crónicas
32:24-26 e Isaías 38:1-12,16). Nosotros también aprendemos de 2 Reyes 13:14 y
21 que esa muerte viene a todos los hombres, incluso a aquellos con un
ministerio de sanidad.
Una gran
oración de arrepentimiento relacionada a la sanidad se registra en 2 Crónicas
6:26-31. 2 Crónicas 20:9 nos promete que Dios oye cuando nosotros clamamos en
aflicción. En 2 Crónicas 16 usted puede leer la historia de Asa que murió
porque él no buscó sanidad de Dios. Su pecado no fue ir a los médicos, pero
ignorar a Dios y Su poder curativo. En 2 Crónicas 26 usted puede leer sobre la
lepra de Uzías y en 2 Crónicas 30:20 de la sanidad de personas a través de las
oraciones de Ezequías.
El libro de
Job, sobre todo los capítulos 1 y 2, nos permite ver para identificar la fuente
de los problemas de Job entre los bastidores, incluyendo su enfermedad. Estudie
el libro de Job para aprender sobre su contestación en tiempo de enfermedad, la
reacción de sus amigos, y cómo Dios lo sanó y liberó.
El libro de
Salmos contiene muchas promesas, revelaciones, y oraciones acerca de la
sanidad.
Estudie los
pasajes siguientes:
Salmos 6:2-3: “O Señor me sana”.
Salmos 27:1: “El Señor es la fuerza de mi
vida”.
Salmos 30:2: “Yo lloré y usted me sanó”.
Salmos 32:3-5: Reconocer el pecado produce
sanidad.
Salmos
34:19-20: “Muchos son las aflicciones del justo, pero el Señor lo libra de
ellas todas”.
Salmos 38:3,7:
El Enojo y el pecado afectan su salud; la enfermedad se llama “aborrecible”.
Salmos 41:1-8:
“Sana mi alma porque yo he pecado contra usted”. La enfermedad se llama malo.
Salmos 42:11; 43:5: Dios es la salud de
nuestro semblante.
Salmos 42:1-5: Sanidad hacia un espíritu
abatido.
Salmo 55:1-2: Oración perseverante y
sanidad.
Salmos 60:2: “Sane las brechas de la
tierra”.
Salmos 67:2:
“Para que sea reconocido en la tierra tu camino, y en todas las naciones tu
salvación”.
Salmos 72:13: Nosotros debemos tener
lástima del débil.
Salmos 91:9,10: “No te sobrevendrá mal, ni
la plaga se acercará a tu tienda”.
Salmos 103:1-5: “No se olvide de Sus
beneficios... el que sana todas tus dolencias”.
Salmos 105:37:
Israel caminó sin una persona débil entre ellos. Tres millones de personas
estaban todas bien y muy bien.
Salmos 107:17-20: “Él envió Su Palabra y
los sanó”.
Salmos 119:25-28: Nosotros nos
fortalecemos por la Palabra.
Salmos 119:67: “Antes de que yo fuera
afligido, yo estaba descaminado”.
Salmos 147:3: “Sana a los quebrantados de
corazón y venda sus heridas”.
Salmos 105:37: “Los sacó... no hubo entre
sus tribus enfermo”.
El libro de
Proverbios proporciona sabiduría que considera el vivir saludable. Proverbios
3:7-8 explica cómo ser saludable. Proverbios 4:20-23 revela que los problemas
de la vida son afectados por la actitud del corazón y las promesas de que Dios
trae vida y salud.
Proverbios 15:4
y 30 confirman que la charla sana resulta en salud y Proverbios 16:24 muestras
que la Palabra de Dios trae sanidad. Proverbios 16:24 indica que la Palabra de
Dios trae sanidad a los huesos y Proverbios 17:22 revela el físico es afectado
por los problemas espirituales.
Eclesiastés 3:3
confirma que hay un tiempo fijo para sanidad y Eclesiastés 5:17 demuestra cómo
frustración (aflicción en el original) y resentimiento se relaciona a la
enfermedad.
Isaías 6:10
explica la relación entre la comprensión espiritual, conversión, y sanidad.
Isaías 19:22 confirma que cuando suplicamos a Dios, Él sana (“suplicar”
significa pedir seriamente y solicitar urgentemente).
Isaías 32:3-4
es una gran promesa profética de sanidad siendo parte del Reino de Dios.
Isaías 33:24 y
35:5-6 registran la sanidad durante el Milenio y cómo los habitantes dirán que
“yo no estoy enfermo”.
En Isaías 53:5
nosotros recibimos la promesa de sanidad y liberación a través de la expiación.
Isaías 57:18-19 anima que nosotros nos acerquemos para sanidad e Isaías 58:8
confirma que nuestra “recuperación brotará con rapidez”.
En Isaías 61:1
nosotros aprendemos que Jesús fue enviado para vendar a los con el corazón
quebrantado. Esto habla de una sanidad interior, emocional.
En Jeremías
8:14-15; 20-22 el amargor del pecado se vincula a la enfermedad física y
Jeremías 15:18 explica cómo tratar con una herida incurable. Jeremías 17:14;
30:12-17; y 33:6 confirman que Dios es la fuente de la sanidad.
Lamentaciones
3:33 confirma que “Dios no aflige ni entristece por gusto”. Ezequiel 17:14;
30:17; y 33:6 confirman que Dios puede sanar y puede restaurar la salud.
Ezequiel
30:12-13 (según el original) habla de heridas incurables que remedios no pueden
sanar. Sólo la sanidad espiritual puede curar estos tipos de heridas. Ezequiel
34:4,16,21 y Zacarías 11:16 contienen advertencias a pastores (los líderes
espirituales) quién ha ignorado la oveja enferma (personas).
El capítulo 4
de Daniel registra la enfermedad y sanidad del Rey Nabucodonosor. Oseas 5:13
advierte del peligro de ir a otra parte en busca de sanidad y Oseas que 6:1 y
7:1 confirman que Dios puede y sanará las condiciones físicas y espirituales.
Oseas 11:3 registra las palabras tristes de Dios sobre Israel: “No reconocieron
que Yo los sanaba”. El registro del Antiguo Testamento sobre la sanidad
concluye con la promesa en Malaquías 4:2 que Jesús surgirá y "en sus alas traerá sanidad”.
EL REGISTRO DEL NUEVO TESTAMENTO
Sanidad y
liberación se extiende a una nueva dimensión en el registro del Nuevo
Testamento a través de los ejemplos de Jesús y de la primera Iglesia.
EL
EJEMPLO DE JESÚS:
En el Nuevo
Testamento, Jesús es el modelo del creyente de fe y práctica. Su ministerio de
sanidad y liberación es el modelo que usted debe seguir en su propio
ministerio. De 3,774 versículos en los cuatro Evangelios, 484 se relacionan
específicamente a la sanidad de enfermedades físicas y mentales y a la
resurrección de los muertos. En Marcos, 209 versículos de 666 se relacionan a
los milagros de Jesús. De 1,257 versículos narrativos en los Evangelios, 484
(38.5 por ciento) se consagra a describir los milagros de sanidad.
Jesús habló las
palabras de Dios en Su ministerio:
“Entonces Jesús les dijo: --Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; sino que estas cosas hablo, así como el Padre me enseñó” (Juan 8:28).
Jesús hizo el
trabajo y la volunta de Dios:
“Y ésta es la voluntad del que me envió: Que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final” (Juan 6:38).
“Me es preciso hacer las obras del que me envió, mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar (Juan 9:4).
“Jesús les dijo: --Mi comida es que yo haga la
voluntad del que me envió y que acabe su obra” (Juan 4:34).
El propósito de
Jesús era destruir las obras del enemigo incluso el pecado, enfermedad, y
esclavitud:
“El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8).
Las obras Jesús
dejó el Padre contento:
“Porque el que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él” (Juan 8:29).
Esto significa
que cuando usted ministra sanidad y liberación como Jesús hizo, usted está
agradando el Padre, hablando Su Palabra, haciendo Su voluntad, y destruyendo la
obras del enemigo.
Hay varias
referencias del Nuevo Testamento dónde Jesús sanó a todos que estaban
presentes:
n
Hechos 10:38
n
Lucas 4:40;
6:17-19; 9:11
n
Mateo
4:23-25; 9:6,35; 10:1; 12:15; 14:14,34-36
Jesús sanó
muchos tipos de enfermedades:
n
Epilepsia
n
Hidropesía
n
Sordez y
mudez
n
Parálisis
n
Hemorragia
crónica
n
Endemoniados
n
Mano
marchitada (deformidades o parálisis)
n
Ceguera
n
Enfermedades
n
Restauración
de una oreja que estaba cortada
n
Resurrección
de los muertos
n
Mutilados
(como usado en Marcos 9:43, claramente esto indica un miembro cortado)
La compasión
fue la emoción motivadora en el ministerio de sanidad de Jesús (para ejemplos
vea Mateo 9:36; 12:9-13; 14:14; 18:27; 20:29-34; 29:34; Marcos 1:41; 3:1-5;
5:19; Lucas 6:6-10; 7:12-15; 10:33; 14:1-6; y Juan 11:38-44). Otras emociones
que Jesús expresó en el ministerio de sanidad fueron aflicción, cólera, y
lamento.
Jesús usó
varios métodos de sanidad. A veces Jesús llamó el enfermo a Él (Marcos 3:1-6).
Otras veces ellos lo requirieron (vea la historia del siervo del Centurión en
Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10 y la sanidad de la hija de Jairo en Mateo 9:18-19;
23-26).
Jesús trató con
el hombre entero, no sólo con la
condición física. Él enseñó el perdón de pecado y sanidad juntos. A veces Él
sanó primero, entonces perdonó el pecado (vea a Lucas 17:9 y Juan 5:14). Otros
veces Él perdonó los pecados primero, entonces sanó (vea a Marcos 2:1-12).
A veces las
sanidades ocurrieron sin la fe por parte de la persona enferma (por lo menos no
fue mencionado):
n
Lázaro: Juan
11:1-44
n
La oreja de
Malco: Lucas 22:50-51
n
El maníaco
Gadareno: Marcos 5:1-20
n
El hombre
sordo y mudo: Marcos 7:32-35
n
La suegra de
Pedro: Lucas 4:38-39
n
El hijo de
la viuda: Lucas 7:12-15
n
El hombre
con la mano marchitada: Marcos 3:1-5
n
El hombre
nacido ciego: Juan 9:1-7
n
La hija de
Abraham: Lucas 13:10-13
n
El hijo del
noble: Juan 4:46-50
n
El siervo
del centurión: Mateo 8:5-13
n
La hija de
la mujer sirofenicia: Mateo 15:21-28
n
La hija de
Jairo: Marcos 5:35-43
A veces las
sanidades ocurrieron debido a la fe por parte de un individuo:
n
Dos hombres
ciegos: Mateo 9:27-31
n
Un leproso:
Mateo 8:2-4; 20:29-34; Marcos 1:40-44
n
Diez
leprosos: Lucas 17:11-19
n
Dos hombres
ciegos: Mateo 20:29-34
n
El ciego
Bartimeo: Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-43
n
La mujer con
el problema de la sangre: Mateo 9:20-22; Marcos 5:25-34; Lucas 8:43-48
A veces las
sanidades ocurrieron debido a la fe de otros:
n
El siervo
del Centurión: Mateo 8:5-13
n
El hijo del
noble: Juan 4:46-53
n
Cuatro
hombres quién trajeron al hombre paralizado: Mateo 9:1-8; Marcos 2:1-12; Lucas
5:17-26
n
La hija de
la mujer sirofenicia: Mateo 15:21-28
n
El mudo
poseído por demonios: Mateo 9:32-33
n
El poseso
sordo y mudo: Mateo 12:22-23
n
La hija de
Jairo: Marcos 5:35-43
n
El hombre
sordo y mudo: Marcos 7:32
n
El hombre
ciego: Marcos 8:22-26
Jesús usó
diferentes métodos verbales sanando. A veces Él sólo habló la palabra de
declaración:
n
La hija de
Abraham: Lucas 13:10-13
n
El hijo del
noble: Juan 4:46-50
n O ciego Bartimeo: Marcos 10:46-52
n
Los dos
hombres ciegos: Mateo 9:27-31
n
El siervo
del centurión: Mateo 8:5-13
A veces Él
habló la Palabra de orden:
n
El hombre
con parálisis: Lucas 5:17-26
n
La hija de
Jairo: Marcos 5:22-24, 35-43,
A veces Jesús
combinó palabra de orden y toque:
n
El leproso:
Mateo 8:2-4
n
Los dos
hombres ciegos: Mateo 9:27-31
n
La suegra de
Pedro: Lucas 1:38-39
n
El hombre
sordo y mudo: Lucas 7:32-35
n
El hijo de
la viuda: Lucas 7:12-15
n
La hija de
Abraham: Lucas 13:10-13
A veces Jesús
oró:
n
La suegra de
Pedro: Lucas 4:38-39
n
El hombre
sordo y mudo: Marcos 7:32-35
n
El hijo de
la viuda: Lucas 7:12-15
n
Lázaro: Juan
11:38-44
n
El hombre
con la mano marchitada: Marcos 3:1-5
No era
necesario para Jesús estar físicamente presente con el enfermo para sanar. Él
sanó a la distancia:
n
El siervo
del Centurión: Mateo 8:5-13
n
El hijo del
noble: Juan 4:46-50
n
La hija de
la mujer de sirofenicia: Mateo 15:21-28
Jesús ordenó a
menudo el enfermo para hacer algo como parte del proceso de sanidad:
n
Al hombre
con la mano marchitada fue dicho “Levántate y ponte
en medio”: Lucas 6:6-11.
n
Al hombre
paralizado en Betesda fue dicho “Levántate, toma tu
cama y anda”: Juan 5:1-9.
n
Al noble con
un hijo enfermo fue dicho, “Vé”: Juan 4:46-54.
n
Los diez
leprosos fueron mostrarse al sacerdote: Lucas 17:11-19
n
A un hombre
ciego fue dicho para lavarse en el estanque de Siloé: Juan 9:7
Jesús ministró
sanidad tanto en público (grupos y en la sinagoga) como en privado (casas y
contactos individuales).
Jesús usó
“material” poco común como:
n
Escupe
n
Barro
n
Dedos en las
orejas
n
Dobladillo
de Su vestido
n
Lavar en el
agua
A veces el
enfermo lo tocó:
n
La hija de
Jairo: Marcos 5:23-24
n
Las
multitudes: Lucas 6:17-19
n
Las
multitudes: Marcos 3:10
n
Quienquiera
que lo tocó: Marcos 6:56
A veces Él tocó
el enfermo:
n
Dos hombres
ciegos: Mateo 9:27-31
n
Las personas
con varias enfermedades: Lucas 4:40
n
El leproso:
Lucas 5:13
n
La mujer con
el espíritu de enfermedad: Lucas 13:10-13
Las
instrucciones que Jesús dio después de las sanidades fueran variadas. Por ejemplo,
la suegra de Pedro salió de su cama y ministró a aquellos en la casa. Jesús
requirió comida a ser dada a la hija de Jairo.
Las sanidades
de Jesús ocurrieron en varias situaciones:
n
En y
alrededor de casas
n
En reuniones
abiertas: En las calles, por las piscinas, las laderas, los barcos
n
En entierros
n
En
cementerios
n
En el Templo
n
En la hora
de comer
n
En camino a
otros destinos
n
En los
jardines
Había
contestaciones variadas a los milagros y sanidades:
n
Asombro
n
Miedo de
Dios
n
Controversia
n
Rechazo por
la familia y líderes religiosos
n
Demonios que
claman
n
Enojo
n
Popularidad
n
Dios
glorificado
n
Cuestionamiento:
“¿Qué es esto?"
n
Discusión
(informe y rumor)
n
Salvación de
la casa
En resumen,
cuando nosotros consideramos el ministerio de sanidad de Jesús como ejemplos
para nuestros propios ministerios nosotros encontramos que Jesús habló las
palabras de Dios e hizo las obras de Dios durante Su ministerio terrenal.
Sanidad y liberación sea parte de Sus palabras y trabajo.
A veces Jesús
sanó a todos presentes. En otros momentos, Él sanó a los individuos
específicos.
Él sanó muchos
tipos diferentes de enfermedades y usó varios métodos de ministerio. A veces
las sanidades ocurrieron sin la fe por parte del enfermo. En otros momentos
ocurrió debido a la fe del enfermo o sus amigos o parientes. Jesús ministró la
sanidad dondequiera que Él fue y Su ministerio era marcado por la compasión. Su
ministerio recibió una variedad de reacciones de las personas y de los líderes
religiosos y políticos del tiempo.
Este mismo
Jesús se mueve entre nosotros para salvar y sanar hoy. Recuerde que “todos los
que le recibieron... les dio derecho de ser hechos hijos de Dios” (Juan
1:12-13) y “todos los que le tocaban quedaban sanos” (Marcos 6:56).
EL
EJEMPLO DE LA IGLESIA PRIMITIVA:
El ejemplo de
la Iglesia Primitiva también provee un modelo de nuestra sanidad y ministerio
de liberación. Los discípulos fueran comisionados y enviados por Jesús al
ministerio de sanidad.
Los discípulos
hicieron según ellos habían sido comisionados para hacer, y esperó que Jesús
hiciera lo que Él prometió (para ejemplos vea Hechos 3:4-7; 8:4-8; 28:3-6).
El poder y a
autoridad con que los discípulos ministraron sanidad no era de ellos mismos
pero de Cristo (Hechos 3:4-7; 9:17-18). La oración era parte de su ministerio
de sanidad (Hechos 4:23-31; 9:40-41; 28:8; y Santiago 5:16). Había oraciones
intercesoras y de sanidad carismáticas (Hechos 3:4-7 y Santiago 5:14-16).
Los discípulos
experimentaron sanidades tardadas. Estudie los ejemplos de Epafrodito en
Filipenses 2:25-30; Timoteo en 1 Timoteo 5:23; y Trófimo en 2 Corintios
8:18-22.
Como Jesús, los
discípulos experimentaron la persecución debido a su ministerio de sanidad
(Hechos 4:3,29; 5:17-18; 6:9-15; 7:1-60).
Había varios
métodos de sanidad registrados en Hechos que incluían:
n
Imposición
de manos: 5:12; 14:3; 19:11; 28:8.
n
Palabras
combinaron con imposición de manos: El hombre Cojo, 3:1-10; los ojos de Pablo,
9:17-19.
n
Palabras
combinadas con levantar de manos: El hombre Cojo, 3:1-42; los ojos de Pablo,
9:36-43.
n
Hablar la
Palabra (orden de autoridad): La muchacha esclava, 16:18; o cojo de Listra,
14:10.
n
Oración: los
ojos de Pablo, 9:36-43; el padre de Publio, 28:8-9,
n
Vestes de
oración: 19:11-12
n
Sombra:
5:12-16
n
Abrazo:
19:12
n
Rodear:
14:19-20
n
Ningún
método en absoluto: 14:19-20
n
Palabra y un
orden para actuar: Eneas, 9:33-34; el hombre cojo, capítulo 3.
A veces a
sanidad resultaba porque:
n
El enfermo
tomó la iniciativa: el hombre cojo en la verja del templo, Hechos 3:3.
n
Los amigos
tomaron la iniciativa: Tabita, Hechos 9:38.
n
El apóstol
tomó la iniciativa:
o
Pedro: Eneas
en Lidia: Hechos 9:34
o
Pablo: El
cojo en Listra: Hechos 14:9
o
Pablo: La
muchacha esclava filipense: Hechos 16:18
o
Pablo:
Eutico: Hechos 20:10
o
Pablo: El
padre de Publio: Hechos 28:8
Los discípulos
ministraron a los individuos. Estudie el gráfico siguiente:
Sanidades Individuales Por los
Discípulos
Evento
Hechos
Tipo
Sanidad del mendigo cojo 3:1-4:22
Física
Los ojos de Pablo 9:10-19;
22:10-21 Física
Pedro sana Eneas 9:32-35 Física
Pedro sana a Dorcas (Tabita) 9:36-43
Resurrección
El hombre cojo en Listra 14:8-18
Física
Pablo levantado en Listra 14:19-20
Física
La muchacha esclava filipense 16:16-40
Demoníaca
La liberación Eutico 20:7-12
Resurrección
Pablo mordido de serpiente 28:3-6
Física
El padre de Publio 28:8-9
Física
Los discípulos
ministraron a los grupos. Estudie el gráfico siguiente:
Sanidades Colectivas Por los
Discípulos
Hechos
Muchas señales
y maravillas 2:42-47
Oración por la
confianza y señales de sanidad 4:23-31
Muchos sanados
en Jerusalén 5:12-16
Esteban realiza
muchos milagros 6:8-15
Felipe sana
muchos en Samaria 8:5-25
Pablo y Bernabé
obran las señales y maravillas 14:3
Pablo sana
enfermos en Efeso 19:11-12
Personas
enfermas sanadas en Malta 28:8-9
Hubo muchos
tipos de enfermedades sanadas. Estudie el gráfico lo siguiente:
Los tipos De Enfermedades
Sanadas
Hechos
Fiebre y flujo
de sangre: el padre de Publio 28:8
Ceguera: Pablo 9:8
Lesión de
cabeza (el muerto): Eutico 20:9
Enfermedad
fatal: Tabita 9:37
Parálisis:
Eneas 9:33
Cojera: muchos
cojos 3:2;
8:7; 14;8
La posesión
demoníaca: Filipos 16:16-40
La mordedura de
serpiente: Pablo 28:3-6
(También se
sanaron muchas otras enfermedades no identificadas en las muchedumbres.)
A veces se
realizaron las sanidades en contestación a una demanda:
n
De un hombre
enfermo cojo: Hechos 3:2
n
De amigos
(Tabita): Hechos 9:38
Sanidades
resultaban como la contestación a una necesidad:
n
Eneas el
paralítico: Hechos 9:33
n
Eutico:
Hechos 20:10
n
El padre de
Publio: Hechos 28:8
n
El enfermo
en Malta: Hechos 28:9
Sanidad
resultaba como una contestación a la fe:
n
El cojo en
Listra: Hechos 14:9
También sanidad
resultaba como una reacción a la molestia:
n
La muchacha
esclava de Filipos: Hechos 16:18
De los ejemplos
de los discípulos nosotros aprendemos que ellos fueran comisionados y enviados
por Jesús al ministerio de sanidad. Ellos entendieron que su poder y autoridad
era de Cristo. La oración era parte de su ministerio de sanidad y ellos
experimentaron tanto retardos como resultados instantáneos.
Como Jesús,
ellos experimentaron la persecución debido a su ministerio de sanidad. Ellos
usaron varios métodos de sanar y trataron con una variedad de enfermedades. A
veces sanidad resultaba porque el enfermo tomaba la iniciativa, los amigos
tomaban la iniciativa, o los apóstoles tomaban la iniciativa. Los discípulos
ministraron a grupos e individuos.
Del registro
del Nuevo Testamento, está claro que los milagros, sanidades, y liberaciones no
acabaron con el ministerio de Jesucristo. Estas señales “seguirán a los que
creen".
SANIDAD Y LA EXPIACIÓN
Nosotros
queremos considerar una de las referencias bíblicas más importantes sobre
sanidad en detalle:
“Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por azotado, como herido por Dios, y afligido. Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados” (Isaías 53:4-5).
Isaías 53 es un
capítulo profético que se refiere a Jesucristo. Los versículos cuatro y cinco
definitivamente unen la sanidad a la expiación de Jesús por Su muerte en la
cruz. El único uso de la palabra “ciertamente” en este capítulo, que es una
palabra de énfasis, precede esta provisión para nuestra salvación y sanidad.
El pecado y
enfermedad son los males gemelos de Satanás. Salvación y sanidad son
provisiones gemelos de Dios para la liberación. Antes del Calvario las personas
fueran salvas y sanadas esperándolo en fe.
Después,
salvación y sanidad viene de mirar atrás a él en fe.
La enfermedad y
muerte entró por el pecado y son penalidades para la iniquidad, así que su
remedio debe encontrarse en la expiación de Cristo. Jesús salvó llevó dolencia
y enfermedades al mismo tiempo y de la misma manera que Él salvó sus pecados.
“De modo que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, quien dijo: El mismo tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades” (Mateo 8:17).
Dios puso los
dos, el pecado y la enfermedad, sobre Jesús en la misma expiación. Pedro habla
de salvación y sanidad como siendo un hecho cumplido:
“El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero a fin de que nosotros, habiendo muerto para los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados” (1 Pedro 2:24).
Desde que Jesús
llevó sus pecados, debe ser la voluntad de Dios salvar cuando usted viene a Él.
Desde que Él llevó sus enfermedades, también debe ser Su voluntad sanar cuando
usted viene a Él. El mismo Dios que perdona todos sus pecados también sana
todas sus enfermedades:
“Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” (Salmos 103:2-3).
El nombre
redentor “Jehová-tsidkenu” revela la provisión redentora de Dios para su alma.
El nombre
redentor “Jehová-rapha” revela Su provisión redentora para su cuerpo.
La palabra
“salvo” en Romanos 10:9 es la misma palabra usada por Marcos cuando él dijo,
“todos que lo tocado fueron sanados”. La palabra griega “sozo” usada en
estos pasajes significa salvación del pecado y de su castigo. La enfermedad es parte
del castigo, así que la salvación es parte de la expiación para el pecado.
Mientras la
expiación de Cristo ha garantizado la perfección final del creyente, las
imperfecciones humanas físicas y espirituales continúan. El creyente continúa
sufriendo ataques de pecado y enfermedad. Los últimos beneficios de la
expiación de Cristo aún serán revelados:
“Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final” (1 Pedro 1:5).
Los beneficios
de la salvación a ser revelados en la eternidad son aquellos de perfección
física y espiritual.
¿Cuándo Jesús
murió en la cruz Él llevó sus pecados? Cómo un creyente, ¿usted aún lucha
contra el pecado? El mismo es verdad de la enfermedad. Jesús murió por su
enfermedad, pero con tal de que usted esté en un mundo imperfecto y Satanás no
está atado todavía, usted también debe guerrear contra la enfermedad.
Hay un tiempo
pasado, presente, y el futuro de salvación:
n
Pasado:
Usted es salvo del castigo de los pecados cometidos en el pasado.
n
Presente:
Usted es salvo del poder del pecado en el presente.
n
Futuro:
Usted se salvará de la presencia del pecado en el futuro (la eternidad).
El mismo es
verdad de la sanidad. Usted está salvo del castigo de la enfermedad por su
pecado. Usted puede vencer el poder de la enfermedad en el tiempo presente y
puede salvarse de la presencia real de enfermedad en la eternidad.
Desde que
sanidad es un beneficio de la expiación, usted no sólo debe aceptar a Jesús
como Salvador, pero también como Sanador. ¿Cómo Él puede mantenerlo alejado del
pecado si usted nunca lo ha aceptado como el Salvador?
¿Cómo Él puede
mantenerlo alejado de la enfermedad si usted nunca lo ha aceptado como Sanador?
LA COMISIÓN PARA SANAR
Jesús comisionó
a Sus seguidores para predicar y enseñar el Evangelio del Reino de Dios y
demostrar su poder de sanidad y liberación. Estudie el gráfico siguiente y
busque cada referencia en su Biblia:
Mateo
Marcos
Lucas
Hechos
Envío de 12 10:1-42
6:7-13 9:1-6
Envío de 70 10:1-24
Poder para atar y soltar 16:17-19
La comisión final 28:16-20
16:14-20 24:44-53 1:1-11
De los relatos
de Mateo 10:1-42; Marcos 6:7-13; y Lucas 9:1-6, aquí está una lista combinada
de las instrucciones dadas a los primeros doce discípulos comisionados:
n
Vaya de dos
en dos
n
Vaya a
Israel
n
Predique el
mensaje del Reino, incluso el arrepentimiento
n
Sane el
enfermo y cure todos los tipos de enfermedades
n
Levante el
muerto
n
Limpie a los
leprosos
n
Expulse los
demonios
n
No espere
preparar a ropa o el dinero para ir
n
Libremente
usted ha recibido, libremente dé
n
Recibieron
poder y autoridad sobre los espíritus malignos y Satanás
Lucas 9:6 y
Marcos 6:12-13 registran los resultados de su ministerio.
En Lucas
10:1-24, nosotros leímos de la comisión de los setenta discípulos. Las
instrucciones dadas fueran:
n
Vaya por su
camino: Su ministerio no se restringió a Israel. Ellos deberían ir a cada
ciudad adónde Él iría después.
n
Predique el
mensaje del Reino.
n
Sane el
enfermo.
n
No espere
preparar a la ropa y al dinero para ir.
n
Ellos
recibieron poder para pisar en las serpientes y sobre todo el poder del
enemigo, y nada los herirían.
Se registran
los resultados de su ministerio en Lucas 10:17 y la contestación de Jesús a él
en Lucas 10:18-20.
La comisión
final de Jesús a Sus discípulos se registra en Mateo 28:18-20; Marcos 16:16-20
(conocido como la Gran Comisión); y Lucas 24:44-53. Esta comisión será cumplida
por todos los creyentes. De las referencias combinadas, aquí está un resumen de
las instrucciones:
n
Vaya y
enseñe todas las naciones; en todo el mundo; entre todas las naciones,
empezando en Jerusalén; a cada criatura viviente.
n
Predique el
arrepentimiento y remisión de pecados en Su nombre.
n
Enseñe el
Evangelio, entonces después de la conversión enséñeles a los convertidos a
observar todas las cosas que Jesús ordenó.
n
Poder para
la tarea se promete. Estas señales seguirán aquellos que creen:
o
Expulsarán
los diablos, hablarán en nuevas lenguas, las serpientes no los causará daño,
beberán cosas mortales sin daño, pondrán las manos sobre los enfermos y ellos
sanarán.
o
Jesús estará
con aquellos que cumplen esta comisión.
Todo verdadero
creyente, nacido de nuevo, debe estar involucrado en cumplir esta comisión para
alcanzar las naciones con el Evangelio de salvación, sanidad, y liberación. La
sanidad y el ministerio de liberación no son optativos para la Iglesia. Es una
parte vital de la Gran Comisión.
LAS LLAVES AL
REINO
En las
enseñanzas del Nuevo Testamento, Jesús dio muchas verdades o “llaves” para
entender el Reino de Dios. Tres de éstas son vitales para ministrar y recibir
la sanidad. La primero es que si su preocupación primaria está con el Reino de
Dios, todas las otras cosas necesarias (incluso la sanidad) se proporcionarán a
usted:
“Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
El segundo es
que para recibir, usted debe dar:
“Dad, y se os dará...” (Lucas 6:38).
Si usted quiere
recibir la sanidad, empiece a ministrar la sanidad. Mientras usted da, usted
recibirá.
Abraham oró por
la esposa yerma de Abimelec y ella fue sanada a pesar del hecho que su propia
esposa, Sara, todavía era yerma. Después, Sara concibió y generó a Isaac.
El tercio
principio importante es que nada es imposible para Dios:
“El les dijo: --Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lucas 18:27).
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. Resuma lo
que o Antiguo Testamento enseña con respecto a la sanidad.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
3. Usando los
ejemplos de Jesús y de la primera Iglesia, resuma lo que o Nuevo Testamento
enseña con respecto a la sanidad.
________________________________________
________________________________________
4. De las
Escrituras, demuestre que sanidad es un beneficio de la expiación de
Jesucristo.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
5. Resuma La
Gran Comisión con respecto a sanidad y liberación.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
6. Liste las
referencias de la Biblia discutidas en esta lección que comprueba que todos los
creyentes deben estar involucrados en la sanidad y liberación.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
7. ¿cuáles son
las tres “llaves al Reino” relacionadas a la sanidad qué se discutió en esta
lección?
________________________________________
________________________________________
(As
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Use el
Apéndice de este manual para continuar su estudio de la base bíblica de a
sanidad.
Cuando usted
terminar las notas de investigación en el Apéndice, continúe extendiendo este
estudio agregando sus propias notas del estudio al Apéndice.
2. Nuestra
consideración de la base bíblica de a sanidad no estaría completa sin a
consideración a los registros de fracasos claros de aquellos involucrados en el
ministerio de sanidad.
Siempre
recuerde, al tratar con tales situaciones, que la interpretación de la
Escritura reposa en sus promesas y enseñanzas, no en la experiencia. Habrá
siempre fracasos en la parte de hombre.
Epafrodito
(Filipenses 2:25-27) vino cerca de la muerte con su aflicción. Al que parece él
no experimentó la sanidad inmediata, aunque puede asumirse que Pablo ministró a
él. Epafrodito eventualmente se recuperó, sin embargo. Recuerde que la toda
sanidad legítima viene de Dios, si instantánea, gradual, o a través de los
procesos naturales. Usted simplemente no ha fallado porque la sanidad divina no
es inmediatamente evidente.
2 Timoteo 4:20
habla de tener que dejar atrás a un hombre enfermo nombrado Trófimo. Su caso es
tan breve que poco puede recogerse de él. Pablo lo dejó enfermo, pero no nos
dice si él se sanó a una fecha más tarde.
Mateo 17:14-21;
Marcos 9:14-29; y Lucas 9:37-45 registran el fracaso de los discípulos para
ministrar la liberación a un joven que fue afligido por los poderes demoníacos.
La descripción combinada del muchacho de los tres registros bíblicos revela que
él era:
n
Un loco
(mentalmente desordenado).
n
Muy
molestado.
n
Cayéndose a
menudo en el fuego y en la agua.
n
Machucado y
dañado por el espíritu.
n
Mudo.
n
Roto por el
espíritu.
n
Rechinando
sus dientes.
n
Afectado
desde la niñez.
Según Jesús,
los discípulos fallaron en este caso debido a la incredulidad y porque ese tipo
particular de poder demoníaco sólo podría salir a través de la oración y ayuno.
Puede haber habido también el factor de un ambiente incrédulo, pues los
discípulos estaban rodeados por y en debate con los líderes religiosos en el
momento. Esta historia también demuestra que hay poderes demoníacos diferentes,
más poderosos que otros. También confirma que tratar con estos poderes
demoníacos requiere preparación espiritual especial.
Aquí está cómo
Jesús trató con esta situación. ¿Él le preguntó primero al padre, “Cuánto
tiempo él ha estado de esta manera?" El padre respondió que él había sido
afectado desde la niñez. Jesús reprendió el espíritu malo y le dijo para salir
y no entrar en nadie más. El espíritu derrumbó al muchacho joven y él cayó en
la tierra, revolcándose y espumando. Jesús llamó el espíritu de inmundo, sordo,
y mudo.
Algunos
pensaron que el joven estaba muerto, pero Jesús lo tomó por la mano y lo elevó.
El espíritu
partió, y él fue curado en esa misma hora.
Un cuidado
sobre este relato: Usted debe tener el cuidado para no clasificar todo sordo y
mudo y/o aquellos con la epilepsia como siendo poseídos de demonio. Todos que
son sordos y mudos no son poseídos de demonio. Ellos pueden haber sufrido
enfermedades o lesiones que causaron su condición.
Hay también una
condición llamada “epilepsia” que no es ninguna posesión demoníaca. Las señales
de epilepsia son similares (vea el gráfico debajo). La epilepsia es un síntoma
que es el resultado de una descarga súbita de energía por las células nerviosas
en el cerebro. Puede tener muchas causas. Hay algunas víctimas de la epilepsia
dónde la causa puede descubrirse (es decir, puede ser un tumor cerebral) y ser
corregida médicamente. En otros, la causa es desconocida:
Ataque Epiléptico
Ataque
del Muchacho
A menudo empieza en la niñez Empezó
en la niñez
Empieza de repente Empieza
de repente
Pérdida de la conciencia Se
puso inconsciente
Frecuentes lesiones Herido
frecuente en el fuego y agua
Soñoliento y exhausto después Exhausto...
algunos pensaron que él
estaba muerto
3. Sanidad no
sólo está disponible para las condiciones físicas. En el registro bíblico
nosotros encontramos:
n
Sanidad del
corazón roto: Salmos 147:3
n
Sanidad del
alma pecadora: Salmos 41:4
n
Sanidad de
los rebeldes: Jeremías 3:22; Oseas 14:4
n
Aguas
sanadoras: 2 Reyes 2:21,22; Ezequiel 47:8,9
n
Sanando el
pueblo de Israel y la ciudad de Jerusalén: 2 Crónicas 7:14; 30:20; Isaías 30:26;
57:18; Oseas 11:3
n
Promesa de
sanar el Egipto y los Gentiles: Isaías 19:22; 57:19
4. Se discutió
la naturaleza triuna del hombre – cuerpo, alma, y espíritu – brevemente en esta
lección. Para aprender más sobre este asunto, estudie las palabras “cuerpo,
alma, y espíritu” en la Biblia. Es importante para usted entender su cuerpo,
alma, y espíritu y sus funciones mientras usted busca ministrar y recibir la
sanidad.
5. Aquí está
una lista de algunas de las Escrituras principales sobre sanidad y liberación:
Referencias del Antiguo
Testamento
Génesis 17:18-19: Dios prometió sanar la
esterilidad de Sara.
Génesis 20:17: Dios sanó Abimelec.
Éxodo 4:6-7: La mano leprosa de Moisés.
Éxodo 15:25-26:
Dios revela Su nombre como “Jehová-Rapha" qué significa, “El Señor Tú
Sanador”. Él prometió que ninguna de las enfermedades de Egipto vendría sobre
Israel.
Éxodo 23:25: Dios prometió apartar la
enfermedad de entre Su pueblo.
Levítico 13:1-46: Regulaciones con
respecto a la lepra.
Levítico 14:1-32: Regulaciones con
respecto a la lepra.
Levítico 15:1-33: Regulaciones de Salud.
Levítico 16:29-30: Sanidad de pecados.
Números 12:1-15: La Lepra de María
(Miriam) y Aarón.
Números 16:41-50: Una plaga afecta Israel.
Números 21:5-9: Sanidad de la serpiente
simbólica de latón.
Deuteronomio 7:15: La obediencia a Dios
produce la salud.
Deuteronomio
28: La enfermedad resulta cuando nosotros no observamos la ley de Dios.
Deuteronomio 29:22: El Señor pone la
enfermedad en la tierra.
Deuteronomio 30:20: Dios es la vida y la
longitud de días.
Deuteronomio 32:39: Dios hiere y sana.
Deuteronomio 7:15; 28:60: Las Enfermedades
de Egipto.
Josué 5:8: La sanidad natural de heridas
de la circuncisión.
1 Samuel 6:3: Una violación de ofrenda
trajo la sanidad.
1 Samuel 16:14-23: Un espíritu malo
perturba a Saúl.
1 Reyes 5:23; 2 Crónicas 16:12:
Enfermedades en los pies.
1 Reyes 8:37-40: Plagas en la tierra.
1 Reyes 13:4-6: Un hombre con una mano
marchita.
1 Reyes
17:17-24: Elías resucita a un niño de la muerte. (El mensajero y el mensaje se
confirman por la sanidad.)
2 Reyes 1:2; 8:8-9: ¿Yo recuperaré de esta
enfermedad?
2 Reyes 2:19-22: Sanidad de aguas por
Eliseo.
2 Reyes 4:8-37: Resurrección del hijo de
la Sunamita.
2 Reyes 5:1-14: La sanidad de Naamán.
2 Reyes 13:14,21: Eliseo está enfermo con
una enfermedad hacia la muerte.
2 Reyes 20:1-11: La enfermedad de
Exequias.
2 Crónicas 6:26-31: Oración de
arrepentimiento y enfermedad.
2 Crónicas 7:14: “yo sanaré su tierra”.
2 Crónicas 16:12: Un hombre con una gran
enfermedad no busca Dios.
2 Crónicas 20:9: Dios oye cuando nosotros
lloramos en aflicción.
2 Crónicas 21:12-30: Una enfermedad
incurable de los intestinos.
2 Crónicas 24:25: La enfermedad es llamada
de grave.
2 Crónicas 26:19: la lepra de Uzías.
2 Crónicas 30:20: Sanidad del pueblo por
las oraciones de Ezequías.
2 Crónicas 32:24-26: la enfermedad de
Ezequías.
Job 1-2: Estos
capítulos revelan las fuentes de los problemas de Job, incluyendo su
enfermedad.
Job 5:18; 30:18: Job habla sobre su
enfermedad.
Salmos 6:2-3: “O Señor me sana”.
Salmos 27:1: “El Señor es la fuerza de mi
vida”.
Salmos 30:2: “Yo lloré y usted me sanó”.
Salmos 32:3-5: Reconocer el pecado produce
sanidad.
Salmos
34:19-20: “Muchos son las aflicciones del justo, pero el Señor lo libra de
ellas todas”.
Salmos 38:3,7:
El Enojo y el pecado afectan su salud; la enfermedad se llama “aborrecible”.
Salmos 41:1-8:
“Sana mi alma porque yo he pecado contra usted”. La enfermedad se llama malo.
Salmos 42:11;
43:5: Dios es la salud de nuestro semblante.
Salmos 42:1-5:
Sanidad hacia un espíritu abatido.
Salmo 55:1-2:
Oración perseverante y sanidad.
Salmos 60:2:
“Sane las brechas de la tierra”.
Salmos 67:2:
“Para que sea reconocido en la tierra tu camino, y en todas las naciones tu
salvación”.
Salmos 72:13:
Nosotros debemos tener lástima del débil.
Salmos 91:9,10:
“No te sobrevendrá mal, ni la plaga se acercará a tu tienda”.
Salmos 103:1-5:
“No se olvide de Sus beneficios... el que sana todas tus dolencias”.
Salmos 105:37:
Israel caminó sin una persona débil entre ellos. Tres millones de personas
estaban todas bien y muy bien.
Salmos
107:17-20: “Él envió Su Palabra y los sanó”.
Salmos
119:25-28: Nosotros nos fortalecemos por la Palabra.
Salmos 119:67:
“Antes de que yo fuera afligido, yo estaba descaminado”.
Salmos 147:3:
“Sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas”.
Salmos 105:37:
“Los sacó... no hubo entre sus tribus enfermo”.
Proverbios
3:7-8: Cómo ser saludable.
Proverbios
4:20-23: Los problemas de la vida son afectados por la actitud del corazón.
Las promesas de
Dios son “vida a los que los hallan, y medicina para todo su cuerpo”.
Proverbios
12:18: La lengua del rey sabio trae la sanidad.
Proverbios
13:17: Un embajador fiel se compara a la salud.
Proverbios
15:4, 30: Una lengua sana es vida; una buena noticia sana los huesos.
Proverbios
16:24: La Palabra de Dios trae sanidad a los huesos.
Proverbios
17:22: Un espíritu roto afecta los huesos.
Eclesiastés
3:3: Hay un tiempo para sanar.
Eclesiastés
5:17: Se relacionan el dolor e ira a la enfermedad.
Isaías 6:10:
Entendimiento, conversión, sanidad.
Isaías 19:22:
Cuando alguno suplica a Dios, Él sana. (Suplicar significa pedir seriamente y
solicitar urgentemente.)
Isaías 32:3-4:
Profecía de sanidad siendo parte del Reino de Dios.
Isaías 33:24:
“Ningún morador dirá: Estoy enfermo”.
Isaías 35:5-6:
Sanidad en el Milenio.
Isaías
38:1-12,16: la enfermedad de Exequias y su retorno a la salud.
Isaías 53:5:
Nosotros recibimos promesas de sanidad y liberación a través de la expiación.
Isaías
57:18-19: Acercarse para sanidad.
Isaías 58:8: La
salud saltará.
Isaías 61:1:
Jesús fue enviado para ligar al corazón destrozado (sanidad emocional).
Isaías 58:8:
Salud que brotará rápidamente.
Jeremías 3:22:
Dios sana recayendo cuando nosotros devolvemos a Él.
Jeremías
8:14-15; 20-22: Un tiempo de sanar. El amargor del pecado está atado a la salud
física.
Jeremías 15:18:
Cómo tratar con una herida incurable.
Jeremías 14:19:
¿No hay ninguna sanidad para nosotros?
Jeremías 17:14:
“Sáname y yo me sanaré”.
Jeremías 30:12-17:
Dios restaurará la salud.
Jeremías 33:6:
“Yo los curaré”.
Jeremías 46:11:
“No hay sanidad para ti”.
Jeremías
51:8-9: Sanidad de Babilonia.
Lamentaciones
2:13: “¿Quién puede sanarla?”
Lamentaciones
3:33: “Dios no aflige de buena gana”.
Ezequiel 14:19:
“¿No hay ninguna sanidad para nosotros?”
Ezequiel 17:14:
“Sáneme y yo me sanaré”.
Ezequiel 30:17:
“Yo restauraré la salud”.
Ezequiel
30:12-13: Heridas incurable que las remedios no pueden sanar.
Ezequiel 30:21:
Lo que Dios quebranta no puede sanarse.
Ezequiel 33:6:
“Yo los sanaré”.
Ezequiel
34:4,16,21: Una advertencia a los pastores que no han sanado.
Ezequiel 46:11:
“Usted nos será sanado”.
Ezequiel
47:8-12: Sanidad de las aguas.
Daniel 4:34,36:
La sanidad de Nabucodonosor.
Oseas 5:13:
Yendo a otro lugar para sanidad. El hombre no puede curar una herida infligida
por Dios.
Oseas 6:1: “Él
arrebató, pero nos sanará; él hirió, pero nos vendará”.
Oseas 7:1:
Sanidad para Israel.
Oseas 11:3:
“Ellos no supieron que yo los sané”.
Oseas 14:4: “Yo
los sanaré de su infidelidad”.
Nahúm 3:19: Una
condición terminal.
Zacarías 11:16:
Una advertencia a los pastores que no sanan.
Malaquías 4:2:
Sanidad en Sus alas.
Referencias del Nuevo Testamento
Mateo 8:13: El
punto de contacto establece el tiempo.
Mateo 8:17:
Jesús llevó nuestras enfermedades.
Mateo 10:1:
Poder sobre la enfermedad y los demonios se da a los discípulos.
Mateo 18:19-21:
Cualquier dos estando de acuerdo reciben lo que pidieron.
Marcos 2:17:
Cristo vino a sanar a los pecadores.
Marcos 3:15-17:
Cristo da el poder para sanar el enfermo.
Marcos 4:18-19:
La sanidad es parte de la unción; Jesús fue enviado a sanar.
Marcos 11:24:
Si nosotros creemos cuando nosotros oramos (no después de que usted recibe),
usted recibirá. Marcos 16:18: Aquellos que creen en el nombre de Jesús sanarán
a los enfermos y expulsarán los demonios.
Lucas 5:31: Los
enfermos necesitan de un médico.
Lucas 7:6:
Indignidad se ve por Jesús como fe.
Lucas 7:22-23:
El argumento más convincente es la experiencia.
Lucas 17:6: La
fe pequeña puede traer grandes resultados.
Lucas 18:7-8:
No se rinda antes de que su respuesta venga.
(La historia de
Daniel en el Antiguo Testamento también ilustra la importancia de prevalecer en
la oración: Dios oyó a Daniel desde el primero día, pero Satanás impidió
durante unos 21 días.)
Juan 6:53-58:
El cuerpo y la sangre de Jesús trae vida.
Juan 10:10:
Jesús vino para que nosotros pudiéramos tener vida. Satanás vino a matar,
robar, y destruir.
Juan 11:1-45:
Una enfermedad no sanada en el momento da camino a un milagro mayor.
Juan 14:12-13:
Las obras que Jesús hizo, nosotros debemos hacer.
Juan 15:7: La
importancia de permanecer pidiendo y recibiendo.
Juan 16:24:
Pídale en Su nombre y usted recibirá.
Romanos 2:4: La
bondad de Dios lleva al arrepentimiento. (Nota que la enfermedad no lleva al
arrepentimiento; es la bondad de Dios.)
Romanos
8:19-23: El mundo entero está en proceso de decadencia.
2 Corintios
4:16: Nuestro hombre exterior perece, pero el hombre interior puede renovarse.
Efesios
3:20-21: Dios tiene el poder para trabajar en nosotros mucho más abundantemente
de lo que nosotros pedimos o pensamos.
Filipenses
2:25-27: La enfermedad de Epafrodito.
Colosenses
4:14: Lucas, un médico, era parte del equipo de evangelización de Pablo.
2 Timoteo 4:20:
El caso de Trófimo es tan breve, poco puede descubrirse sobre él. Pablo lo dejó
enfermo, pero no nos dice si él fuera sanado después instantáneamente o
gradualmente, o lo que podría haber impedido su sanidad.
Hebreos 4:15:
Él se compadece con nuestras enfermedades.
Hebreos 11:1:
Fe es la evidencia de cosas (sanidades) no vistas.
Santiago 1:8:
Nosotros debemos pedir en fe y no debemos vacilar.
Santiago 1:17:
Cada buena dádiva (sanidad) es de Dios.
Sanidad
5:14-15: Llamar a los presbíteros para ungir con aceite, oración de fe, sanidad
y perdón.
1 Pedro 2:24:
Nosotros nos sanamos por Sus heridas.
1 Juan 3:22:
Cualquier cosa que nosotros pedimos nosotros podemos recibir si nosotros somos
obedientes.
3 Juan 1:2: Se
relaciona la salud a la condición de su alma.
Marcos 7:36;
8:26; Mateo 8:4: No transforme la sanidad en espectáculo.
Apocalipsis
20:2-3: Cuando Satanás es atado, no hay más ninguna enfermedad y muerte.
Apocalipsis
21:4: La última sanidad: Ninguna enfermedad y muerte.
6. Dios ha
prometido sanidad y liberación. Aquí son algunos versículos con respecto a las
promesas de Dios: Romanos 1:16; 1 Reyes 8:56; Proverbios 4:22; 2 Corintios
1:20.
CAPÍTULO NUEVE
LOS PROPÓSITOS DE LA SANIDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
nueve propósitos para la sanidad.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó fuera a los espíritus y sanó a todos los enfermos, de modo que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, quien dijo: El mismo tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades” (Mateo 8:16-17).
INTRODUCCIÓN
El propósito
más obvio de la sanidad está en hacer el enfermo bien. Pero la sanidad y
liberación sirven a otros propósitos más allá de hacer las personas sanas.
Sanidad también:
DEMUESTRA EL CARÁCTER DE DIOS
Sanidad
demuestra que Dios es cortés, bueno, misericordioso, y compasivo:
“Clemente y compasivo es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y su misericordia está en todas sus obras” (Salmos 145:8-9).
“Jesús, movido a compasión, extendió la mano, le tocó y le dijo: --Quiero; sé limpio” (Marcos 1:41).
GLORIFICA A DIOS
Sanidad resulta
en alabanza y gloria a Dios:
“Entonces se acercaron a él grandes multitudes que tenían consigo cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó; de manera que la gente se maravillaba al ver a los mudos hablar, a los mancos sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y glorificaban al Dios de Israel” (Mateo 15:30-31).
“... porque todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido” (Hechos 4:21).
CONFIRMA A JESÚS COMO EL
SALVADOR Y MESÍAS
Lea Mateo
8:14-17 en su Biblia. Las sanidades registradas aquí confirman las palabras del
profeta:
“... El mismo tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades” (Mateo 8:17).
En Lucas
5:18-26 la sanidad de un hombre cojo y el perdón de sus pecados confirman a
Jesús como el Salvador así como sanador. Aquí están algunas otras referencias
dónde sanidad y liberación confirmaron a Jesús como el Salvador:
“Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre” (Juan 10:37-38).
“Por cierto Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas cosas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30-31)
CONFIRMA EL MENSAJERO Y EL
MENSAJE
Lea la historia
de la sanidad del joven en 1 Reyes 17. Cuando este muchacho fue sanado, su
madre dijo a la profeta Elías:
“Entonces la mujer dijo a Elías: ¡Ahora reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca!” (1 Reyes 17:24).
La sanidad verificó al mensaje y el
mensajero.
“Con todo eso, ellos continuaron mucho tiempo hablando con valentía, confiados en el Señor, quien daba testimonio a la palabra de su gracia concediendo que se hiciesen señales y prodigios por medio de las manos de ellos” (Hechos 14:3).
“Con todo eso, ellos continuaron mucho tiempo hablando con valentía, confiados en el Señor, quien daba testimonio a la palabra de su gracia concediendo que se hiciesen señales y prodigios por medio de las manos de ellos” (Hechos 4:13)
La Biblia
registra que después de un gran milagro de sanidad, los líderes espirituales y
políticos...
“Y viendo la valentía de Pedro y de Juan, y teniendo en cuenta que eran hombres sin letras e indoctos, se asombraban y reconocían que habían estado con Jesús” (Hechos 4:13).
ANIMA LA RECEPTIVIDAD AL
EVANGELIO
Es fácil de
decirles a las personas sobre el Evangelio después de que ellas se han sanado.
Hay varios ejemplos de esto en el libro de Hechos. Las sanidades abrieron la
puerta para el Evangelio ser compartido para la salvación, la llenura del
Espíritu Santo, y al crecimiento de la iglesia. Vea Hechos 2:42-47 y 5:14 para
ejemplos.
Aunque sanidad
anima la receptividad al Evangelio, siempre recuerde que no se reemplaza la
predicación del Evangelio de salvación. La Palabra debe enseñarse juntamente
con la demostración de poder a través de sanidades y liberaciones para traer
las personas a una relación correcta con Dios. Siempre recuerde que es la
Palabra que crea la fe para la salvación, sanidad, y liberación.
Sanidad es una
herramienta poderosa de evangelización. En las sanidades registradas en la
Escritura:
1. En 17 casos, las sanidades sucedieron
en ocasiones de evangelización:
n Mateo 4:24; 8:16; 9:2-8; 9:32-33
n Marcos 1:23-28; 9:14-27; 10:46-52
n Lucas 8:42-48; 13:10-13,16; 14:1-4; 17:11-19
n Juan 4:28-30; 5:1-9, 14; 9:1-7
n Hechos 3:1-10; 8:5-8; 14:8-10
2. En 16 casos, las sanidades tuvieron un
resultado evangelista:
n Mateo 9:2-8; 9:32-33; 12:9-13
n Marcos 1:23-28; 5:1-13, 18-20; 7:32-37; 9:14-27
n Lucas 5:12-14; 13:10-13,16; 17:11-19
n Juan 4:28-30; 9:1-7
n Hechos 3:1-8; 8:5-8; 9:32-35; 14:8-10
3. En 21 de 26 sanidades, hubo una ocasión
o resultado evangelista.
ESTABLECE EL REINO DE DIOS
Las sanidades y
liberaciones hechas por Jesús y Sus discípulos fueron la primera fase del
establecimiento del Reino de Dios:
“Sanad a los enfermos que haya allí y decidles: 'El reino de Dios se ha acercado a vosotros” (Lucas 10:9).
“Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mateo 12:28).
Mientras usted
ministra la sanidad, recuerde que el Reino no está presente aún en su llenura.
En la llenura del Reino habrá ausencia completa de enfermedad y muerte. El
cuerpo, así como el alma, no está redimido ahora como estará en la llenura del
Reino.
Usted está
salvo de la penalidad del pecado en el pasado y puede ser salvo de su poder en
el presente. En el futuro, usted será salvo de la presencia del pecado. El
mismo es verdad de la enfermedad. La enfermedad no es una penalidad para
nuestros pecados pasados. Nosotros podemos ser redimidos de su poder en el
presente, pero no de su presencia hasta la eternidad futura.
DEMUESTRA EL JUICIO SOBRE EL
ENEMIGO
Cuando usted
pone las manos sobre el enfermo usted está declarando que el príncipe de este
mundo se ha juzgado y el poder de la dolencia y enfermedad ha sido destruido
(Juan 16.11). Recuerde que es el poder de la enfermedad que se destruye, no su
presencia. Nosotros sólo seremos redimidos de su presencia cuando adentrarnos
en la llenura del Reino de Dios.
AUMENTA A LOS LÍDERES
ESPIRITUALES
Sanidad se ha
usado para levantar a los grandes líderes espirituales. Pablo fue llamado para
ser un apóstol del Evangelio en el momento de Su sanidad (Hechos 9).
RESULTA EN GRAN ALEGRÍA
Lea Hechos
8:5-25. Este pasaje explica la gran alegría que vino a los individuos y
comunidades dónde la sanidad y la liberación habían sido ministradas.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
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________________________________________
2. ¿Cuáles son
los nueve otros propósitos de la sanidad además de la sanidad física,
discutidos en esta lección?
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________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
Dios tiene
otros propósitos en su sanidad además de la sanidad física. Entender estos
propósitos le ayudará a pedir la sanidad en confianza, conociendo que ella es
la voluntad de Dios. Piense sobre cómo su sanidad...
Demostraría el
carácter de Dios:
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________________________________________
Glorificaría a
Dios:
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Confirmaría a
Jesús como el Salvador y Mesías:
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________________________________________
Confirmaría el
mensajero y el mensaje que usted enseña:
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Animaría la
receptividad al Evangelio:
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________________________________________
Establecería el
Reino de Dios:
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________________________________________
Demostraría el
juicio sobre el enemigo:
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________________________________________
Produciría gran
alegría:
________________________________________
________________________________________
CAPÍTULO DIEZ
LOS DONES DE SANIDADES
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
el Espíritu Santo como parte de la Trinidad de Dios.
n
Resumir el
ministerio del Espíritu Santo.
n
Definir “don
espiritual”.
n
Definir los
“dones de sanidades”.
n
Listar los
dones espirituales específicos que complementan el don de sanidades.
n
Identificar
quién debe estar involucrado en el ministerio de sanidad.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo. Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu” (1 Corintios 12:7-9).
INTRODUCCIÓN
La Biblia
comisiona a todas los creyentes a estar involucrados en el ministerio de la
sanidad y liberación, pero la Palabra también confirma que hay dones especiales
de sanidades dados a algunos creyentes por el Espíritu Santo. Esta lección
introduce el Espíritu Santo como la parte de la Trinidad de Dios, resume Sus
ministerios, define los dones espirituales, y específicamente enfoca en los
dones de sanidades y los dones espirituales relacionados.
EL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu
santo es parte del Trinidad de Dios que consiste en Dios el Padre, el Hijo
Jesucristo, y el Espíritu Santo. Se revela la naturaleza triuna de Dios en los
siguientes pasajes:
Mateo 3:16-17;
Juan 15:26; Romanos 8:2-3; 2 Corintios 13:14; Efesios 2:18; 1 Pedro 4:14; y
Hechos 2:33. El Espíritu Santo es omnipresente, lo que significa que Él está
presente por todas partes (Salmos 139:7). Él es omnisciente, lo que significa
que Él sabe todas las cosas (1 Corintios 2:10-11).
Él es
omnipotente, lo que significa que Él es todo poderoso (Salmos 62:11). Él es
eterno, lo que significa que Él es para todo siempre (Hebreos 9:14).
EL MINISTERIO DEL ESPÍRITU
SANTO
El Espíritu
santo tiene muchos ministerios. Aquí está un resumen de lo en que la Biblia
dice sobre Su papel:
Creación: Él estaba activo en la creación de la
tierra.
Escrituras: Él ministró por originalmente revelar e
inspirar las Escrituras y continúa ministrando y iluminando nuestros corazones
para entender la Palabra.
Israel: El Espíritu Santo vino sobre los líderes
de Israel, los guió a la tierra prometida, lleno sus lugares de adoración, y
vendrá sobre ellos en el futuro durante la tribulación y milenio.
Jesús: Jesús fue concebido, ungido, sellado,
guiado, capacitado, lleno, ofrecido a la muerte, y levantado de los muertos por
el Espíritu Santo.
Pecadores: Los pecadores son convencidos de pecado
y llevados al Evangelio por el Espíritu Santo.
Satanás: El poder de Satanás es reprimido por el
poder del Espíritu Santo.
Iglesia: El Espíritu Santo formó la Iglesia, Él
inspira su culto, dirige sus actividades misioneras, selecciona su ministerio,
unge a sus predicadores, guías sus decisiones, y la bautiza con poder.
Creyentes: El Espíritu Santo convence a los
creyentes de pecado, santifica, bautiza con poder, mora dentro de, fortalece,
une, intercede, guías, demuestra el amor, conforma a la imagen de Cristo,
revela la verdad, enseña, da convicción de salvación, da libertad, consuela,
vivifica, habla a través de y a ellos, demuestra el poder de Dios, inspira la
adoración, capacita para dar testimonio, y desarrolla el fruto espiritual y los
dones espirituales. Una función importante del Espíritu Santo en la vida del
creyente y de la Iglesia que se relaciona a sanidad y liberación es dar los
dones espirituales.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Los dones
espirituales son habilidades sobrenaturales dadas por el Espíritu Santo a un
creyente para ministrar como parte del Cuerpo de Cristo. Hay una diferencia
entre el “don” del Espíritu Santo y los “dones” del Espíritu Santo. El “don”
del Espíritu Santo se dio en Pentecostés y se registra en Hechos 2. Los “dones”
del Espíritu Santo son habilidades sobrenaturales dadas a aquellos que han
recibido el don del Espíritu Santo. Estos dones les permiten a los creyentes
que ministren eficazmente tanto dentro del Cuerpo de Cristo como a los
incrédulos.
Un don
espiritual no es un talento o habilidad natural. Es una habilidad sobrenatural
dada por el Espíritu Santo. Una persona no opera o desarrolla los propios dones
espirituales en él. Los dones son habilidades sobrenaturales dadas a y operadas
a través de él por el Espíritu Santo. Usted puede leer sobre los dones
espirituales en los siguientes pasajes:
n Romanos 12:1-8 1
n 1 Corintios 12:1-31
n Efesios 4:1-16
n 1 Pedro 4:7-11
Como usted
descubrirá en estos versículos, hay muchos dones espirituales dados a la
Iglesia. Nuestro enfoque del estudio presente, sin embargo, es los dones de
sanidades.
LOS DONES DE SANIDADES
Pero la
manifestación del Espíritu se da a cada hombre para el provecho de todos.
“Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo. Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu” (1 Corintios 12:7-9).
Un creyente con
los dones de sanar tiene la habilidad de permitir el poder de Dios fluir a
través de él para restaurar la salud aparte del uso de métodos naturales. Todos
los creyentes son comisionados para orar por el enfermo, pero un creyente con
los dones de sanidades es usado específicamente y de forma consistente por Dios
en esta área de ministerio.
Hay una
variedad de dones de sanidades porque la palabra “dones” es plural. Hay maneras
diferentes en que la sanidad viene y varios métodos de usar los dones. Piense
en las varias maneras que Dios trabaja para traer a una persona a la salvación.
¿No puede ser que Él también trabaja de varias maneras para traer la sanidad?
Métodos o dones
en sí mismos no sanan más que ellos salvan. Ellos son sólo canales a través de
que el poder de Dios se manifiesta.
En la Biblia
nosotros encontramos dones de sanidades manifestados por:
1. El ministro
tocando al enfermo.
2. Las personas
tocando al ministro.
3. Hablando la
Palabra de sanidad de una distancia.
4. Hablando la
Palabra de sanidad en la presencia del enfermo.
5. Tratando
directamente con una persona.
6. Sanidad
debido a la intercesión por otro.
7. Orando.
8. Sanidad que
ocurrió a través de un acto de fe por la persona enferma.
9. Los varios
tipos de fe:
n
La fe de uno
que ministra.
n
La fe de uno
buscando sanidad.
n
La fe de
amigos.
n
La fe de
parientes.
10. Agentes
diferentes de sanidad. No hay nada sagrado sobre ellos, pero ellos fueron
usados como un punto de contacto:
n
Escupe
n
Barro
n
La ropa de
oración
n
Una
cataplasma de higos
n
El
dobladillo del vestido del ministro
n
Las sombras
del ministro
n
Aceite
n
Dedos en la
oreja
n
Agua
11. Los
milagros especiales:
Dios unge a
algunas personas con la por sanidades especiales. Por ejemplo, Dios usa a
algunas personas para ministrar sobre todo a los pacientes de cáncer. Esto no
significa usted no debe ministrar en todas las áreas de sanidad, pues el orden
es sanar el enfermo en general. Pero el Espíritu Santo puede ministrar de forma
consistente a través de usted a las enfermedades particulares.
LOS DONES ESPIRITUALES
RELACIONADOS
Todos los dones
espirituales son importantes y necesarios en el Cuerpo de Cristo, pero aquí
está una lista de algunos de los dones espirituales que sobre todo complementan
los dones de sanidad:
Enseñando
Y Exhortación: Basado en la Palabra, ellos aumentan la
fe por sanidad.
Profecía,
Lenguas, Interpretación: Puede traer una palabra directa de Dios con respecto a la enfermedad y/o
sanidad.
Don de
Discernimiento de espíritus: Permite determinar si sanidad o liberación se necesita y conocimiento de
los espíritus en funcionamiento.
Don De Fe: Imparte una confianza especial para actuar en el
conocimiento proporcionado por el discernimiento y orar la oración de fe.
Palabra
De Conocimiento: Da conocimiento de la causa raíz de la
enfermedad. Es especialmente útil con la sanidad emocional o cuando se
relaciona la enfermedad física a un problema demoníaco. Puede dar la visión
sobre pecados que necesitan ser confesado, las fuerzas demoníacas involucradas,
y las actitudes mentales que pueden estar bloqueando la sanidad.
Palabra
De Sabiduría: Le permite usar el conocimiento que Dios
cede en una “palabra de sabiduría” (instrucción) a la persona enferma.
Don De
Milagros: Las
sanidades instantáneas y creativas, es decir, el crecimiento de un miembro,
etc. Ellos son eventos para los cuales ninguna explicación natural puede darse,
algo que de ninguna manera podría ocurrir por los medios naturales. Usted puede
aprender más sobre estos dones en el curso del Instituto Internacional Tiempo
de Cosecha titulado “El Ministerio Del Espíritu Santo”.
BUSCANDO LOS DONES
ESPIRITUALES
La Biblia
enseña que por lo menos cada creyente tiene un don espiritual:
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10).
“Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo. Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él designa” (1 Corintios 12:7,11).
Porque cada
creyente tiene por lo menos un don espiritual, cada uno de nosotros tiene una
responsabilidad para descubrir y usar su don. La Biblia dice que nosotros
debemos buscar los dones espirituales:
“Con todo, anhelad los mejores dones” (1 Corintios 12:31).
Cuando usted
ora por los dones de sanidades, usted está preguntándole a Dios para
desarrollar lo que ya está en usted, pues todos los creyentes tienen el
potencial y a autoridad para poner las manos sobre el enfermo para sanidad.
Jesús aumentó los recursos que a Él fue dado (Lucas 5:22) y a Timoteo fue dicho
para avivar el don dentro de él (2 Timoteo 1:3).
EL MINISTERIO DE LA IGLESIA
Todos los
creyentes son comisionados para sanar el enfermo, y aunque Dios mueve a través
de algunos en los dones especiales de sanidad, todos los creyentes deben estar
involucrados en el ministerio de sanidad. Aquí está una lista de aquellos que
la Biblia dice que deben estar involucrados al en la ministrar la sanidad:
n
Pastores y
pastores (los líderes espirituales): Ezequiel 34
n Presbíteros / diáconos: Santiago 5:14
n
Creyentes
comunes: Lucas 16:15-18; Santiago 5:16
n
Aquellos con
los dones especiales de sanar: 1 Corintios 12:9
n
La Iglesia
entera (debe ser un centro sanador): Lucas 14:16-24
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
2. ¿Quién el
Espíritu Santo es?
________________________________________
________________________________________
________________________________________
3. Resuma lo
que usted aprendió sobre el ministerio del Espíritu Santo en esta lección.
________________________________________
________________________________________
4. ¿Qué es un
don espiritual?
________________________________________
5. Defina los
“dones de sanidades”.
________________________________________
6. ¿Qué dones
espirituales específicos complementan sobre todo el don de sanidad?
________________________________________
7. ¿Quién
deberá estar involucrado en ministrar la sanidad?
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. ¿Usted tiene
dificultad en cree para un milagro para su propia condición física o de alguien
a quien usted está ministrado? Dios ha creado un orden natural, pero Él no está
limitado por tal orden. Los milagros ocurren cuando Dios sobrenaturalmente se
mueve más allá de los límites del orden natural. Realmente, las sanidades
milagrosas son una restauración a la normalidad. Es la enfermedad y la posesión
demoníaca que son antinaturales y contrarias a las leyes originales de Dios.
Así realmente, sanidades milagrosas, liberaciones, etc., es un retorno a la
normalidad. En la realidad, no es milagros que son raros, pero su ausencia de
nuestro ministerio.
2. En el libro
de Hechos, note las personas diferentes que Dios usó en los dones de sanidades:
n
Hechos
3:1-11: Pedro y Juan (apóstoles)
n Hechos 5:15; 9:32-34: Pedro (apóstol)
n
Hechos
8:5-7: Felipe (evangelista y diácono)
n
Hechos
9:17-18: Ananías (un creyente desconocido)
n
Hechos
14:8-10; 28:7-9: Pablo (apóstol)
3. El Espíritu
Santo es el dador de dones espirituales. Aquí está cómo recibir el bautismo del
Espíritu Santo:
n
Arrepiéntase
y sea bautizado: Hechos 2:38
n
Crea que es
para usted: Hechos 2:39
n
Deséelo:
Juan 7:37-39
n
Acéptelo
como un don: Hechos 2:38
n
Ríndase a
Dios: Isaías 28:11; Hechos 2:4
n
Pida las
oraciones de otros creyentes: Hechos 2,4,10
4. Repase los
pasajes de nuevo sobre los dones espirituales:
n Romanos 12:1-8
n 1 Corintios 12:1-31
n Efesios 4:1-16
n 1 Pedro 4:7-11
Usted ha
descubierto su propio don(es) espiritual(es)? ________ ¿En ese caso, usted está
usándolo para ministrar a otros activamente? ________ ¿Si usted no está usando
su don, cómo usted puede empezar a usarlo? ________________________________
5. Para estudio
adicional del Espíritu Santo y los dones espirituales, obtenga el curso de la
Red Internacional Tiempo de Cosecha titulado “El Ministerio Del Espíritu
Santo”.
CAPÍTULO ONCE
LAS TRADICIONES DE HOMBRES
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Responda a
las siguientes tradiciones de los hombres acerca de la sanidad:
o
Sanidad y
los milagros no son para hoy.
o
¿Por qué no
se levantan todos los muertos?
o
¿Por qué
Cristianos mueren?
o
La medicina
moderna hace la sanidad divina innecesaria.
o
La sanidad
divina es enseñada por los cultos falsos.
o
El cuerpo es
más enfatizado el alma.
o
Usted está
enfermo debido a su pecado.
o
Es la
voluntad de Dios para usted estar enfermo.
o
Ésta es una
aflicción del justo.
o
La sanidad
divina es rara.
o
Su
enfermedad es su cruz.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Mi alma está pegada al polvo; vivifícame según tu palabra. Mis caminos te declaré, y me respondiste; enséñame tus leyes. Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas. Mi alma llora de ansiedad; sostenme conforme a tu palabra” (Salmos 119:25-28).
INTRODUCCIÓN
Tradiciones son
creencias, reglas, y principios de los hombres. Nuestras tradiciones y
creencias impiden la obra de la Palabra de Dios. Jesús les dijo a los líderes
religiosos de Su tiempo:
“... Así habéis invalidado la palabra de Dios por causa de vuestra tradición” (Mateo 15:6).
Si la fe viene
por oír la Palabra de Dios, entonces ella irse por oír y aceptar las
tradiciones y doctrinas de los hombres que destruyen la fe.
Esta lección
discute tradiciones comunes de los hombres acerca de la sanidad. Una
contestación bíblica a cada tradición se presenta desde que el mejor remedio
contra el error no es el silencio, pero la proclamación de la verdad de la
Palabra de Dios. Cuando nosotros quitamos las tradiciones y objeciones acerca
de la sanidad nosotros quitamos las barreras que bloquean la sanidad divina de
ocurrir.
El Salmista
David indicó que aunque él previamente declaró sus propios caminos ahora él
deseaba aprender los caminos de Dios:
“Mi alma está pegada al polvo; vivifícame según tu palabra. Mis caminos te declaré, y me respondiste; enséñame tus leyes. Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas. Mi alma llora de ansiedad; sostenme conforme a tu palabra” (Salmos 119:25-28).
David reemplazó
las tradiciones con la Palabra de Dios, y haciendo así, su alma fue vivificada
(sanada y renovada).
Aquí están
algunas tradiciones comunes de los hombres acerca de la sanidad:
"SANIDAD Y MILAGROS NO
SON PARA HOY"
Algunas
personas reivindican que la sanidad sólo era para los tiempos de la Biblia o
para el futuro cuando Jesús retornar.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Dios dice:
“... Yo soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15:26).
“Yo soy” está
en el tiempo presente. ¿Cómo nosotros podemos cambiarlo a “Yo fue” en el pasado
o “Yo seré” en el futuro? La Biblia enseña que Dios no cambia:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17).
“Porque yo, Jehová, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos!” (Malaquías 3:6).
Dios no ha cambiado desde el principio de
los tiempos:
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!” (Hebreos 13:8).
Si el día de
los milagros es pasado, entonces lo mismo sucedió con el día de salvación, pues
no hay ningún milagro mayor que la salvación. Algunos dicen que la sanidad es
para el futuro cuando Jesús retornar a la tierra. Si esto es verdad, entonces
el ministerio de maestros, pastores y otros líderes también deben ser para ese
tiempo futuro porque el don de sanidad es un don espiritual así como estos
otros dones.
El argumento
más convincente contra las demandas que los milagros no son para hoy es el
registro documentado de la experiencia. Hay siete “dispensaciones” o “edades”
en que Dios ha tratado con el hombre de maneras especiales. Éstas son:
n
La edad de
la inocencia: Génesis 1:28
n
La edad de
la conciencia: Génesis 3:23
n
La edad del
gobierno humano: Génesis 8:20
n
La edad de
la promesa: Génesis 12:1
n
La edad de
la ley: Éxodo 19:8
n
La edad de
la gracia: Juan 1:17
n
La edad del
Reino: Efesios 1:10
La venida de
Jesús introdujo la última edad, la edad del Reino. Al principio de esta edad,
Jesús realizó milagros y sanidades:
“Y respondiendo les dijo: --Id y haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio” (Lucas 7:22).
El libro de
Hechos registra los milagros y sanidades en la Iglesia Primitiva. El registro
documentado de la historia de la Iglesia moderna también confirma muchas
sanidades y milagros.
"¿POR QUÉ NO SE LEVANTAN
TODOS LOS MUERTOS?”
Algunas
personas preguntan, “¿Si sanar es para hoy, por qué los creyentes no pasan
levantando todos aquellos que están enfermos y muertos?”
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Levantar el
muerto no fue parte de la Gran Comisión dada a la Iglesia. Se ordenó a los
discípulos cuando ellos fueron enviados en un viaje de predicación para
anunciar el Reino. La resurrección de los muertos fue las primicias de la
resurrección de Jesús que estaba para venir.
Hay una
diferencia entre los milagros especiales y los milagros del pacto. Se
realizaron milagros especiales como una señal en circunstancias especiales,
como volver el agua en vino, caminando sobre el mar, multiplicar los panes y
peces, abrir el Mar Rojo, y levantar los muertos.
Sanidad es un
milagro del pacto del Antiguo Testamento, no un milagro especial. Dios todavía
levanta los muertos, pero esto es determinado por Su soberanía y no es una
parte general de nuestra comisión para sanar.
"¿POR QUÉ CRISTIANOS
MUEREN?"
Mientras
nosotros estamos en el asunto de al muerte, algunos escépticos reivindican que
si la sanidad divina siempre funcionase, ningún cristiano moriría.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Las Escrituras
no hacen tal demanda. La Biblia sólo provee la salud divina dentro de la
duración de la vida normal. Aunque la expiación de Cristo compró nuestra
redención eterna de la muerte, estos cuerpos mortales morirán en el futuro a
menos que Jesús vuelva primero y el rapto ocurra. La misma Biblia que enseña la
sanidad también establece un límite en la longitud de la vida del hombre:
“Los días de nuestra vida son setenta años; y en los más robustos, ochenta años” (Salmos 90:10).
“Entonces, tal como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio” (Hebreos 9:27).
“LA MEDICINA MODERNA HACE LA
SANIDAD DIVINA INNECESARIA”
La tradición
dice: “No había ayuda médica competente por el tiempo de Jesús. Ahora que la
ayuda está disponible, se espera que nosotros la usemos en lugar de orar a Dios
por sanidad”.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Ya en 400 a.C.
había una ciencia médica de sanidad. Hipócrates (460-370 a.C.), el padre de la
medicina, desarrolló la ciencia de medicina a un estado relativamente alto.
Algunas de sus técnicas aún se usan hoy. Grecia, Egipto, y Roma tenían muchos
practicantes competentes por el tiempo de Jesús.
La sanidad
divina no tiene nada que hacer con la competencia o incompetencia de la ciencia
médica. Es una bendición proporcionada en la expiación. Cada buena dádiva viene
de Dios, así es aceptable usar los recursos médicos legítimos. Recuerde, sin
embargo, que la medicina no es una suplente para la promesa del pacto de
sanidad.
A pesar de los
progresos de la medicina hay aún muchas enfermedades incurables, así la sanidad
divina aún se necesita. También muchas personas están más allá del alcance de
la ayuda médica. Por ejemplo, en África se ha estimado que unos 80% de las
personas no tienen siquiera el cuidado médico elemental.
“LA SANIDAD DIVINA ES
ENSEÑADA POR LOS CULTOS FALSOS”
La tradición
dice: “La sanidad divina sólo se enseña por los cultos falsos”.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Wesley, Lutero,
y Zinzendorf, líderes de las iglesias Metodista, Luterana, y Moravia,
respectivamente, todos ellos enseñaron la sanidad divina. Aquellos que lo
enseñan hoy, junto con el poder salvador de la sangre de Jesús y la deidad de
Cristo, nos son menos ortodoxos que estos líderes.
Algunos cultos
falsos enseñan la sanidad, pero no es ninguna verdadera sanidad bíblica. Es
sanidad “psíquica” o de la “mente sobre la materia” que sana de otra fuente que
Dios a través de Jesucristo.
Satanás es un
engañador e imitador. Nosotros no eliminamos la sanidad divina simplemente
porque él engaña y sana a través de los poderes malos. Satanás engaña muchos a
creer que lavándose en el Río Ganges en India ellos se limpiarán del pecado.
¿Nosotros dejaremos de predicar la salvación sólo porque Satanás la imita? El
hecho de Satanás imitar la sanidad divina es otra indicación de que hay una
verdadera sanidad.
"EL CUERPO ES MÁS
ENFATIZADO QUE EL ALMA"
La tradición exige: “La sanidad divina
pone más énfasis en el cuerpo que en el alma”.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Algunos en los
ministerios de sanidad han entrado en este modelo pero éste no es el modelo
bíblico de sanar. El modelo bíblico trata del hombre entero, cuerpo, alma, y
espíritu.
Sanidad no es
un Evangelio de sí misma, es un aspecto del Evangelio de Cristo. Nunca debe
predicarse aparte de la expiación para la salvación de las almas de los
pecadores. La concentración de la iglesia en el espíritu y la preocupación de
la medicina con el cuerpo los dos han perdido el concepto de la persona entera
cómo es presentado en la Biblia.
"USTED ESTÁ ENFERMO
DEBIDO A SU PECADO"
Una demanda a
menudo oída es que “usted está enfermo porque usted pecó o tiene pecado en su
vida”.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Nosotros ya
hemos cubierto este asunto en la discusión sobre la fuente y razones para la
enfermedad en Capítulo Dieciséis. Mientras toda la enfermedad está en el mundo
debido al pecado, una persona no está necesariamente enferma debido al pecado
personal.
"ES LA VOLUNTAD DE DIOS
PARA USTED ESTAR ENFERMO"
“Es la voluntad
de Dios para usted estar enfermo. Es para Su gloria”. ¿Usted ha oído esta
demanda alguna vez?
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
Muchos no
cuestionan si Dios puede o no sanar, pero si Él está deseoso. La Biblia indica
que nosotros somos imprudentes si nosotros no entendemos la voluntad de Dios:
“Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad del Señor” (Efesios 5:17).
Conocer la
voluntad de Dios acerca de la enfermedad proporciona una tierra fecunda en que
la fe puede crecer. La oración de fe es la única oración que es eficaz para
obtener la sanidad. No podemos orar mientras estemos preguntándonos si sanar es
la voluntad de Dios.
Si usted
realmente cree que es la voluntad de Dios para usted estar enfermo, entonces es
equivocado pedir a alguien para orar por su sanidad. Si la enfermedad fuese de
Dios, entonces los doctores serían del diablo porque ellos están intentando
librar as personas de la enfermedad. Los hospitales estarían en pecado porque
ellos están buscando librarse de las enfermedades en rebelión contra la
voluntad de Dios. Cada enfermera estaría desafiando a Dios con cada esfuerzo
para aliviar el sufrimiento.
Aquellos que
creen la enfermedad es la voluntad de Dios no deben aceptar tratamiento médico
para librarse de ella.
Ellos no deben
permitir a un doctor operar y quitar la voluntad de Dios de su cuerpo. Si usted
realmente cree que la enfermedad es la voluntad de Dios para usted como un
creyente, usted debe detenerse de tomar los remedios y ver los doctores porque
usted está luchando contra la voluntad de Dios.
Pero nosotros
sabemos que los doctores, remedios, hospitales, y la ciencia médica son una
extensión legítima de la bondad de Dios. Desde que la enfermedad es de Satanás,
cada manera legítima de aliviar el sufrimiento es de nuestro Padre Celestial.
(Por legítimo nosotros queremos decir los métodos que no involucran medios
Satánicos o violan la Palabra de Dios.)
Es verdad que
nuestros cuerpos fueron comprados con un precio y nosotros debemos glorificar a
Dios en ellos, si nosotros estamos enfermos o bien. Pero en el registro
bíblico, Dios se glorificó cuando se las personas fueron sanadas. Si la
enfermedad glorifica Dios, entonces Cristo robó la gloria de Dios sanando el
enfermo. Si la enfermedad glorifica Dios, nosotros todos debemos orar para
estar enfermos. Dios no se glorifica por la enfermedad en el cuerpo así como no
se glorifica por la enfermedad del pecado en el espíritu.
A veces Dios
permite que un creyente tenga una enfermedad, pero siempre recuerde que Satanás
es la fuente. (Job es un ejemplo de esto.)
A veces Dios
permite que un creyente tenga una enfermedad, pero siempre recuerde que Satanás
es la fuente. (Job es un ejemplo de esto.) Dios no colocará la enfermedad en un
creyente. Él tiene conocimiento del ataque por Satanás y Él usa todas las cosas
(incluso el malo) para cooperar para su bien. Por esto incluso durante la
enfermedad usted puede estar más cercano al Señor. Dios siempre está buscando
sacar el bien del mal.
Dios siempre
está buscando sacar el bien del mal. Él usó los efectos del pecado para
remediarlo por la muerte de Jesús. Dios no es la fuente de la enfermedad en la
vida de un creyente, pero Él toma algo que Satanás intenta para el mal y
trabaja en usted para lograr victorias espirituales mientras usted sufre el
ataque.
Pablo predicó
en Galacia por primera vez debido a un cambio en la agenda debido a la
enfermedad (Gálatas 4:13-15).
La enfermedad
de Trófimo lo impidió de ir a Roma con Pablo y sufrir un destino similar (2
Timoteo 4:20). Se usó la enfermedad para impedir el pecado en Génesis 12 y 20.
Aunque estos ejemplos ilustran cómo Dios lo usa, recuerda que...
“Porque no aflige ni entristece por gusto a los hijos del hombre” (Lamentaciones 3:33).
La enfermedad
sola no produce a santos. Puede producir amargor, quejas, personas descreídas.
Es la Palabra que santifica y produce el crecimiento (Juan 17:17). Mientras es
verdad que usted se acerca más a la Palabra durante una enfermedad, no es
necesario tener la enfermedad para crecer espiritualmente.
Es útil
recordar esto: La voluntad de Dios para los creyentes es la semejanza con
Cristo en carácter.
Todo lo demás,
incluso la enfermedad y salud, deriva su importancia con respecto a esta meta
divina (Romanos 8:28-29).
En el caso de
los incrédulos, la enfermedad es el resultado del pecado y el juicio inherente
de Dios que viene del pecado. Pero Dios puede usar esto incluso para el bien,
pues cuando la sanidad y la liberación son ministradas, la salvación puede
resultar. Dios ha dado muchas promesas en Su Palabra con respecto a la sanidad
y liberación. ¿Por qué Dios daría éstas en Su Palabra si Su voluntad para usted
es la enfermedad? ¿Si un creyente dice, “yo no sé si es la voluntad de Dios
para sanarme”, pregúntele, “¿Es la voluntad de Dios mantener Sus promesas?”
Jesús dijo, “Si
usted me ha visto, usted ha visto el Padre”. Él dijo esto porque Él hizo la
obra y la voluntad del Padre (Juan 14:9). Si usted alguna vez se pregunta si
Dios quiere o no sanar, usted sólo tiene que mirar las acciones de nuestro
Señor.
Cuando usted
ora por sanidad, ore “Tu voluntad se hará” o “Según Tu voluntad”. No diga “Si
es Tu voluntad” cuando usted está orando por sanidad y liberación. ¡Un pecador
no ora, “Señor, si es Tu voluntad, sálvame!”. Sanidad es parte de la expiación
así como la salvación. “Si” implica en duda que Dios quiera hacernos sanos.
“Según Tu voluntad” proyecta la fe segura, mientras dejamos el método, alcance,
y el momento adecuado a Él.
Incluso en los
casos de enfermedad hacia la muerte, ore “Según Tu voluntad” no “Si es Tu
voluntad sanar”. "Según Tu voluntad” deja el tiempo y las condiciones con
Dios. Él puede escoger la última sanidad a través de muerte que libra a un creyente
de la presencia de la enfermedad para toda la eternidad.
Jesús nos
enseñó a orar “Sea hecha Tu voluntad, como en el cielo así también en a
tierra”. No hay dolencia y enfermedad en el Cielo, por esto nosotros podemos
orar confiadamente contra ellos en la tierra conociendo que ellos no son Su
voluntad en el Cielo. Jesús nunca oró, “sana si es tu voluntad, Dios”. La única
vez que Él oró “Si es Tu voluntad” fue con relación a Su propia sumisión al
plan de Dios para Su vida - no por sanidad.
"Si es Tu
voluntad” destruye la fe. Cuando se usó por un leproso que no conocías la
voluntad de Cristo sobre la sanidad, Jesús corrigió su incertidumbre
asegurándolo, “Yo quiero”.
Nunca convierta
los hechos de Dios en esperanzas o preguntas. Actúe sobre ellos como realidades
y usted descubrirá que ellos son poderosos.
Simplemente
porque alguien no se sana inmediatamente o porque él muere de una enfermedad
hacia la muerte no significa que no era la voluntad de Dios sanarlo. Nosotros
vemos las cosas por lo que se refiere al tiempo, mientras Dios las ve por lo
que se refiere a la eternidad. Usted debe recordar que hay sanidades que son
tardadas. Algunas son:
Tardadas
en el tiempo mortal:
Sara no se sanó inmediatamente de su esterilidad. Job no fue sanado
inmediatamente. El padre de Juan Bautista no se sanó de su mudez hasta un
tiempo fijo. Jesús oró dos veces por un hombre ciego que recibió sólo la
sanidad parcial en la primera vez.
A veces se
tardan las curaciones para traer una gloria mayor a Dios. Un ejemplo bueno de
esto es la historia de la resurrección de Lázaro.
Tardadas
en la eternidad: La muerte es simplemente un evento dentro
del reino de la eternidad en la vida de un creyente. Incluso una enfermedad
hacia la muerte es sorbida en victoria porque la muerte para un creyente es la
última sanidad. Cuando nosotros entramos en la presencia del Señor nosotros
somos hechos sanos y ya no padecemos de pecado o enfermedad. Hablando de la
muerte, Pablo dice que nosotros estamos preparados para este propósito: “Pues
confiamos y consideramos mejor estar ausentes del cuerpo, y estar presentes
delante del Señor” (2 Corintios 5:6-9).
Si usted no
cree que la sanidad es para todos, entonces usted debe creer que la sanidad se
gobierna por la revelación directa en cada caso acerca de si es o no la
voluntad de Dios sanar. Usted está entonces confiando en la revelación directa
para el hombre en lugar de la Palabra escrita de Dios. Usted no tendrá ninguna
base para la fe hasta que usted reciba una revelación especial en cada caso que
el enfermo está entre los favorecidos a ser sanados.
"ÉSTA ES UNA AFLICCIÓN
DEL JUSTO"
Algunas
personas exigen: "Muchas son las aflicciones del justo. Su enfermedad es
una aflicción que usted debe llevar porque usted es justo”.
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
El significado
de la palabra “aflicciones” usadas en Salmos 34:19, de dónde esta tradición
desarrolló, no se refería a la enfermedad, pero a las pruebas, penalidades,
persecuciones, o tentaciones. Aun cuando se refirió a la enfermedad, el resto
del versículo indica que el Señor quiere librarnos.
En Santiago
5:13-16 una diferencia es nombrada entre las aflicciones y enfermedades. Si
usted se aflige con las pruebas, persecuciones, y tentaciones, usted debe orar
por usted (Santiago 5:13).
Aunque usted
pueda pedir a otros para orar con usted, ellos no son llamados a orar para que
todos sus problemas se vayan.
La Escritura le
dice que ore cuando usted está afligido porque usted necesita aprender a ser un
victorioso que ora a través de las pruebas y tentaciones. En los casos de
enfermedad, sin embargo, los ancianos serán llamados para orar (Santiago 5:14).
El enfermo será salvo (de su enfermedad física), levantado (el retorno de la
fuerza), y perdonado de pecado (la sanidad espiritual).
“LA SANIDAD DIVINA ES RARA”
Algunos objetan
que la sanidad divina es rara. Ellos preguntan, “Por qué sólo se levanta la
esperanza de personas para defraudarlas?"
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
La sanidad
divina no es rara. Las páginas del Nuevo Testamento están llenas con historias
de sanidades y liberaciones. El registro de historia de la iglesia también
tiene médicamente muchos documentado las sanidades divinas.
"SU ENFERMEDAD ES SU
CRUZ"
"Su
enfermedad es su cruz. Usted debe aprender a vivir con ella”. ¿Usted ha oído
esta demanda alguna vez?
NUESTRA
CONTESTACIÓN:
La demanda que
la enfermedad es su cruz es fácilmente tratada. La cruz no es los problemas,
dolencias, y aflicciones que vienen sobre nosotros sin ninguna opción de
nuestra parte. Jesús aclaró que “tomar la cruz” es un acto voluntario, no algo
que nosotros aceptamos porque nosotros no tenemos opción. Jesús no trató la
enfermedad y la muerte como una cruz enviada de Dios. Él los trató como un
enemigo. ¿Si usted cree que la enfermedad es su cruz, entonces por qué usted
busca ayuda médica para librarse de ella?
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
2. Escriba su
contestación a lo siguientes tradiciones de hombres:
Sanidad y
milagros no son para hoy:
________________________________________
¿Por qué todos
los muertos no se levantan?
________________________________________
¿Si la sanidad
divina siempre funciona, por qué los Cristianos mueren?
________________________________________
La medicina
moderna hace la sanidad divina innecesaria:
________________________________________
La sanidad
divina es enseñada por los cultos falsos:
________________________________________
En la sanidad
divina, el cuerpo recibe más énfasis que el alma:
________________________________________
Usted está
enfermo debido a su pecado:
________________________________________
Es la voluntad
de Dios para usted estar enfermo:
________________________________________
Ésta es una
aflicción del justo:
________________________________________
La sanidad
divina es rara:
________________________________________
Su enfermedad
es su cruz:
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
¿Cuáles de las
siguientes tradiciones usted tiene oído que expresa su propia enfermedad o de
alguien a quien usted está ministrando? Marque aquellas que aplican:
___ Sanidad y
milagros no son para hoy.
___ ¿Por qué
todos los muertos no son resucitados?
___ ¿Si sanidad
divina funciona, por qué los Cristianos mueren?
___ La medicina
moderna hace la sanidad divina innecesaria.
___ Sanidad
divina es enseñada por los cultos falsos.
___ El cuerpo
recibe más énfasis que el alma.
___ Usted está
enfermo debido a su pecado.
___ Es la
voluntad de Dios para usted estar enfermo.
___ Esta es una
aflicción del justo.
___ Sanidad
Divina es rara.
____ La
enfermedad es su cruz.
Escriba la
contestación que usted usará contra estos desafíos cuando ellos se expresaren
de nuevo en el futuro:
________________________________________
CAPÍTULO DOCE
UN AGUIJÓN EN LA CARNE
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
qué era el agujón en la carne de Pablo.
n
Identificar
lo que la Biblia indica que era el aguijón.
n
Explicar por
qué fue permitido.
n
Describir lo
que hizo.
n
Resumir cómo
fue manifestado.
n
Explicar los
resultados del aguijón en la carne de Pablo.
PROMESA
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“... Se convertirán a Jehová, quien atenderá a sus súplicas y los sanará” (Isaías 19:22).
INTRODUCCIÓN
En la última
lección usted estudió algunas tradiciones de los hombres que crean problemas
para los creyentes que buscan sanidad y liberación. Esta lección involucra una
tradición que centra en el aguijón en la carne de Pablo descrita en 2 Corintios
12. Porque él es a menudo debatido y tan crítico al problema de la sanidad,
nosotros hemos consagrado una lección entera a él.
Se han enseñado
muchas personas que el aguijón de Pablo era la enfermedad y que así como él oró
tres veces por él sin resultados, ellos se destinan a tener su propio “aguijón
en la carne” de enfermedad. La tradición dice, “Su enfermedad es un
aguijón en la carne como Pablo y usted
tendrá que aprender a vivir con él”.
La tradición
del “aguijón en la carne” es un bloqueo mayor que impide muchos de recibir la
sanidad. Se ha empleado mal para intentar explicar por qué las personas no
recibieron una sanidad visible y como una excusa para nuestra ineficacia.
Mientras usted empieza esta lección, coloque al lado todo lo que usted tiene
aprendido del hombre acerca de este problema pues nosotros examinamos
exactamente lo que las Escrituras enseñan.
EL AGUIJÓN EN LA CARNE DE
PABLO
Aquí está lo
que la Biblia enseña sobre el espino en la carne de Pablo:
Lo Que Era:
La Biblia dice
que era “un mensajero”. La palabra griega “mensajero” aparece siete veces en el
Nuevo Testamento. Se traduce “ángel” 181 veces. Todo las 188 veces está
hablando de una personalidad, no una dolencia o enfermedad. Un “mensajero” es
una personalidad.
El uso de la
palabra “aguijón” en el Antiguo Testamento también apoya esto. La palabra
aguijón es usada en Números 33:55 y Josué 23:13 para describir a los habitantes
de la tierra de Canaán. En los dos casos no era una aflicción física, pero un
golpe por un enemigo.
De Quién Era:
La Biblia dice
que era un mensajero de Satanás.
POR QUÉ
FUE PERMITIDO:
El aguijón se
permitió por tres razones principales:
1. Prevenir
el Pecado:
Pablo dijo que
aguijón se permitió debido a la abundancia de las revelaciones que él recibió y
su tendencia hacia el orgullo. Antes de cualquiera reivindicar tener un aguijón
en la carne él debe considerar cuántas revelaciones y visiones él ha tenido.
¿Él se califica para un aguijón? La mayoría de las personas que piensan que
ellos tienen un aguijón en la carne no han tenido cualquier clase de revelación
o visión.
2. Cumplir
la Profecía:
El aguijón
también era parte de un cumplimiento profético. Cuando Pablo se convirtió, Dios
dijo...
“Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:16).
3.
Proporcionar Fuerza:
Los problemas
creados por el “aguijón” proveyeron la oportunidad para la fuerza de Dios ser
manifestada.
LO QUE
HIZO:
El aguijón
golpeaba Pablo. “Golpear” significa “dar golpes repetidos, una y otra vez”. La
palabra “golpear” no se refiere a un estado permanente de enfermedad pero a os
golpes repetidos. El mensajero fue enviado para golpear a Pablo para intentar
detener la Palabra de Dios de predicarse.
CÓMO FUE
MANIFESTADO:
Aquí están algunos ejemplos de las varias
maneras que este aguijón avivó la oposición
para golpear a Pablo:
1.
Los judíos
determinaron matar a Pablo poco después de su conversión: Hechos 9:23.
2.
Pablo se
unió a los creyentes: Hechos 9:26-29.
3.
Él sufrió
oposición por Satanás: Hechos 13:6-12.
4.
Él sufrió
oposición por los judíos en una chusma: Hechos 13:44-49.
5.
Él fue
expulso de Antioquia en Pisidia: Hechos 13:50.
6.
Él fue
asaltado y expelido de Iconio: Hechos 14:1-5.
7.
Él huyó de
Listra y Derbe dónde él fue apedreado y dejado cómo muerto: Hechos 14:6-19.
8.
Él estaba
disputando continuamente con los hermanos falsos: Hechos 19:8.
9.
Él fue
rendido y encarcelado en Filipos: Hechos 16:12-40.
10. Él fue agredido y expelido de Tesalónica:
Hechos 17:1-10.
11. Él fue agredido y expelido de Berea:
Hechos 17:10-14.
12. Él fue agredido en Corinto: Hechos
18:1-23.
13. Él fue agredido en Efeso: Hechos 19:23-31.
14. Hube un complot contra su vida por los
judíos: Hechos 20:3.
15. Él fue agarrado por los judíos, agredido,
probado en la corte cinco veces, y sufrió otras penalidades: 2 Corintios
11:23-33.
Nunca una vez,
en todos sus escritos, Pablo nombró la enfermedad como un golpe que él sufrió.
En 1 Corintios 4:11, Pablo mostró que su idea de golpear no era una enfermedad
permanente. Él dijo, “Hasta la hora presente sufrimos hambre y sed, nos falta
ropa, andamos heridos de golpes y sin dónde morar”. Pablo experimentó a
enfermedad como indicado en Gálatas 4:13-16, pero ésta no era su aguijón porque
no era una condición permanente. Él dijo que él sólo lo tenía al principio.
Algunos creen
que el aguijón de Pablo era los ojos defectivos, pero sus ojos se sanaron de
ceguedad (Hechos 9:18). Creer que él continuó teniendo problemas en los ojos
desacredita el poder sanador de Dios. También, ¿tendría razón llamar los
problemas de los ojos de pablo, que eran el resultado de ver la gloria de Dios,
de mensajero de Satanás? El propio Pablo nos dice en el año 60 d.C., cuando él
escribió esta epístola, que fue circa de 14 años atrás que él recibió la
revelación abundante que produjo o aguijón en la carne. Esto fue 12 años
después de su experiencia de conversión en que él vio la gloria de Dios.
Cuando Pablo
usa la frase en Gálatas 4:15, “habríais sacado vuestros ojos para dármelos”, es
una figura hebrea de lenguaje. Es similar a frases usadas en algunos lugares
hoy para expresar intenso deseo. Por ejemplo, “Yo daría mi brazo derecho”. Si
Pablo tuviera la enfermedad oriental de oftalmia con pus corriendo de sus ojos
como algunos reivindican, es extraño que esto inspirase las personas a la fe
por milagros especiales.
SUS
RESULTADOS:
Pablo habla de
su “debilidad física” que significa, “carencia de fuerza, debilidad, una
incapacidad para producir resultados a través de sus propias habilidades
naturales”. A través de esta debilidad, se manifestaron el poder y la fuerza de
Dios.
CONCLUSIÓN
La conclusión
con respecto al aguijón de Pablo es que aunque nosotros no podamos saber con
toda seguridad exactamente lo que el aguijón era, si usted fue enseñado que era
una enfermedad, tenga en la mente lo siguiente: El aguijón de Pablo produjo el
poder de Dios demostrándose en Su vida. Algunas personas usan “el aguijón en la
carne” como excusa para postrarse en enfermedad. Ellas deben recordar que el
único ejemplo bíblico de tal aguijón en la carne escribió, predicó, y viajó con
todos sus compañeros en el ministerio. El aguijón no impedía su servicio
dinámico para el Reino ni la demostración del poder de Dios a través de él.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. ¿Qué era el
aguijón en la carne de Pablo?
________________________________________
3. ¿Según la
Biblia, lo que era el aguijón en la carne de Pablo?
________________________________________
4. ¿Por qué
este aguijón en la carne fue permitido?
________________________________________
5. ¿Qué el
aguijón hizo a Pablo?
________________________________________
6. ¿Cómo el
aguijón en la carne de Pablo fue manifestado?
________________________________________
________________________________________
7. ¿Cuál fue
los resultados del aguijón en la carne de Pablo?
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. ¿Usando lo
que usted aprendió en esta lección, cómo usted respondería a alguien que
reivindica que su enfermedad es una “aguijón en la carne” de la parte Dios?
________________________________________
________________________________________
2. Estudie la
promesa de sanidad:
“... Se convertirán a Jehová, quien atenderá a sus súplicas y los sanará” (Isaías 19:22).
“Suplicar"
significa pedir seriamente y solicitar urgentemente. Dios promete que Él sanará
aquellos que lo ruegan.
3. Aunque el
aguijón de Pablo no era ninguna enfermedad, usted puede reivindicar la misma
fuerza que Dios proporcionó a él si en golpear externo o la debilidad física
mientras usted espera la sanidad total. Dios le dijo a Pablo:
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en tu debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo” (2 Coríntios 12.9).
La contestación
de Pablo a esto fue...
“Por eso me complazco en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por la causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10).
4. Piense sobre
su propia condición física o de alguien a quien usted está ministrando la
sanidad:
¿Cuáles son sus
debilidades presentes?
________________________________________
¿Cómo la fuerza
de Dios puede manifestarse en estas debilidades?
________________________________________
________________________________________
¿Mientras
esperando la sanidad, lo que puede hacerse para traer la gloria a Dios?
(Incluso si postrado o en una silla de ruedas algo puede ser hecho – ellos
pueden volverse un intercesor en la oración.)
________________________________________
________________________________________
5. ¿Está usted
experimentando el golpear externo de Satanás además de sus problemas físico? ¿Qué
problemas usted está experimentando presentemente?
________________________________________
________________________________________
¿Cómo la gloria
de Dios puede manifestarse en estas circunstancias?
________________________________________
________________________________________
CAPÍTULO TRECE
LAS PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Definir
“variables”.
n
Discutir las
siguientes variables que afectan la sanidad:
o
Falta de
enseñanza
o
Incredulidad
o
Falta de fe
o
Falta de
poder
o
Pecado
personal no confesado
o
Rechazo para
ser hecho sano
o
Falta de
decisión y deseo
o
Problemas
con la petición
o
Falta de
perseverancia
o
Desobediencia
en el proceso de sanidad
o
Discernir
inadecuadamente el Cuerpo de Cristo
o
El espíritu
maligno no expulso
o
Neutralizando
la obra de Dios
o
La violación
de las leyes naturales
o
El tiempo
fijado para morirse
n
Responder a
estas variables.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29).
INTRODUCCIÓN
¿Por qué más
personas no se sanan? ¿Por qué algunos se sanan mientras otros no son sanados?
¿Por qué los cristianos superficiales y mundanos se sana a veces mientras las
personas más sinceras y capacitadas no han recibido aún la sanidad divina?
Éstas son
algunas de las preguntas que usted enfrenta cuando usted empieza a ministrar
sanidad y liberación. Esta lección trata con las variables que afectan la
sanidad. Una “variable” es un factor que causa variaciones o resultados
diferentes.
Dios prometió
sanar en Su Palabra. Nosotros debemos recordar, sin embargo, que cada promesa de
Dios es condicional a la contestación del hombre. Por esto es importante
entender las variables que afectan la sanidad.
ENTENDIENDO Y RESPONDIENDO A LAS
VARIABLES
Las variables
en el ministerio de sanidad son las razones por qué algunas personas se sanan y
otras no. Antes que usted empiece este estudio, es importante recordar que
usted nunca tendrá las respuestas a cada pregunta que usted encuentra en la
sanidad y liberación.
Es la
naturaleza humana querer entender todo. La primera tentación centró en este
mismo problema. Este deseo de saber todo fluye de la rebelión de tener
preguntas sin contestaciones. Este problema de la naturaleza humana es uno que
usted debe vencer para ministrar sanidad y liberación eficazmente.
La Biblia
revela algunas variables que afectan la sanidad y liberación, pero usted nunca
tendrá las respuestas a cada pregunta. Si usted hiciera, usted tendría ninguna
necesidad de Dios o de fe. La Biblia es clara en que algunas cosas se revelan a
nosotros, mientras otras no son:
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29).
Sanidad y
liberación, usted debe aprender a colocar al lado las preguntas sin
contestaciones y dejar las cosas secretas con el Señor.
Sanidad y la
liberación son parte del Evangelio así como la salvación. Cuando usted ministra
sanidad y liberación y algunos no reciben, usted será tentado a desistir. Pero
considera esta pregunta: ¿Usted deja de predicar la salvación sólo porque todos
que oyen el mensaje no se salvan? ¿Por qué nosotros debemos tan rápidamente
entonces dejar de ministrar sanidad y liberación porque no todos las reciben?
Es probablemente que sea porque en la sanidad y liberación, el orgullo entra en
escena. Nosotros tememos ser avergonzados cuando nosotros oramos para una
persona visiblemente enferma y ella no se sana. Otros pueden ver esto porque es
externo. Si alguien responde a la salvación pero realmente no se salva, las
personas no pueden verlo porque es interior. Nuestro orgullo es afectado por
qué las personas puede ver externamente.
Usted nunca
tendrá las respuestas para todas las variables que afectan la sanidad más que
usted tendrá para los factores que afectan las contestaciones a la salvación.
Algunos se salvan y algunos no. Algunos se sanan, algunos no.
La Biblia
revela algunas variables que afectan la sanidad y liberación, sin embargo. Es
importante para usted entender éstos para que usted pueda ayudar a otros a
trabajar a través de ellas para recibir la sanidad.
Aquí están
algunas de estas variables:
FALTA DE ENSEÑANZA
Falta de
conocimiento sobre sanidad, sus principios, fuente, cómo ejercer la fe, y
recibir, todos estos pueden afectar la sanidad. Dios dijo:
“Mi pueblo es destruido porque carece de conocimiento” (Oseas 4:6).
Jesús dijo que
nosotros erramos cuando nosotros no entendemos la Palabra de Dios y Su poder:
“Entonces respondió Jesús y les dijo: --Erráis porque no conocéis las Escrituras, ni tampoco el poder de Dios” (Mateo 22:29).
Algunas
personas no reciben la sanidad porque ellas no entienden la Palabra de Dios y
Su poder. La fe para sanidad viene por oír la Palabra de Dios acerca de la sanidad
(Romanos 10:17). La Biblia llama la Palabra de Dios de semilla. Algunas
personas intentan segar una cosecha de sanidad sin la Palabra de sanidad al ser
plantada en sus corazones. La semilla no puede trabajar a menos que esté en
nosotros. Antes de decir, “Yo soy el Señor tu sanador”, Dios dijo primero, “Si
escuchas atentamente la voz de Jehová tu Dios y haces lo recto ante sus ojos;
si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes”. La Palabra
precedió la sanidad.
¿Cuántas
personas se salvarían si ellas nunca escuchasen un mensaje sobre la salvación?
O cuántos si salvarían si los puntos principales de un mensaje de la salvación
fuesen:
n Tal vez no sea la voluntad de Dios
salvarlo.
n Su pecado es para la gloria de Dios.
n El día de salvación es pasado.
Todavía
nosotros oímos hablar estas declaraciones sobre la sanidad qué también es parte
de la expiación de Cristo:
n Tal vez no sea la voluntad de Dios
sanarlo.
n Su enfermedad es para la gloria de Dios.
n El día de sanidad es pasado.
Deben enseñarse
las personas en la Palabra de Dios con respecto a la sanidad así como ellas son
enseñadas sobre la salvación. Es la semilla de la Palabra que trae la cosecha
de sanidad.
INCREDULIDAD
Otra variable
que afecta la sanidad es la incredulidad. La incredulidad puede resultar de...
n Pensar que Dios no puede sanar.
n Pensar que Dios puede sanar, pero Él no
puede escoger sanarme.
n Pensar que Dios puede sanar, y que Él
puede sanarme, pero no ahora.
n Un ambiente de incredulidad que impide la
sanidad.
Hay varios
ejemplos Bíblicos de cómo la incredulidad impidió el trabajo de Dios. En la
ciudad de Nazaret Jesús...
“Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos” (Mateo 13:58).
Jesús se
maravilló, o estaba asombrado, que las personas no creerían:
“Estaba asombrado a causa de la incredulidad de ellos...” (Marcos 6:5-6).
La Biblia dice:
“Pero pida con fe, no dudando nada. Porque el que duda es semejante a una ola del mar movida por el viento y echada de un lado a otro. No piense tal hombre que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inestable en todos sus caminos” (Santiago 1:6-8).
Lea la historia
de la sanidad de la hija de Jairo en Marcos 5:35-40. Usted descubrirá que
aquellos que impedirían el ambiente de fe fueron colocados para fuera del
cuarto mientras Jesús ministraba la sanidad.
La incredulidad
colectiva es una de las razones principales que nosotros no vemos la sanidad y
liberación fluyendo en nuestras iglesias como Dios piensa. Nosotros somos
miembros unos de los otros. Si parte de nuestro Cuerpo no cree en sanidad, esta
incredulidad puede impedir el flujo de su poder en nuestro medio.
La Biblia dice,
“Estas señales seguirán a LOS que creen”. Este versículo está hablando de
creyentes (la iglesia). El versículo no lo dice “lo que cree”, refiriéndose a
un individuo. No fue la fe de un o dos evangelistas solitarios que produjo las
sanidades registradas en Hechos. Fue la fe de una Iglesia llena del Espíritu como
un todo.
¿Si Jesús no
pudiera hacer obras poderosas en Nazaret debido a su (colectiva) incredulidad,
también no es nuestra incredulidad colectiva impide la sanidad? Hoy una parte
grande de la Iglesia está oponiéndose a lo que la Iglesia temprana prevaleció
en oración. Ellos no han aceptado la actitud bíblica hacia la enfermedad. Ellos
no han sido enseñados en la Palabra de Dios sobre sanar. Todavía, ellos apuntan
a aquellos que no reciben la sanidad para acusar a los que han intentado
ministrar sanidad. Pero es un fracaso por lo que ellos – colectivamente – son
grandemente responsables.
Aquellos que
predican el Evangelio lleno de salvación con sanidad y liberación son
frecuentemente obligados a laborar en una “Nazaret” de incredulidad. Nosotros
vemos más salvaciones porque hay una aceptación casi universal de la doctrina
de salvación en las iglesias fundamentales. Pero nosotros no vemos muchas
sanidades porque nosotros nos compelemos para laborar ante la tradición,
rechazo, e incredulidad en muchas denominaciones. ¿Si la incredulidad colectiva
no afecta el flujo del ministerio de sanidad, por qué Jesús no prosiguió y
ministró en llenura en Nazaret?
FALTA DE FE
La incredulidad
es la actitud de que Dios no puede o no hará algo. La ausencia de incredulidad
necesariamente no significa que usted tiene fe. Por ejemplo, un ateo no cree en
Dios. Un agnóstico es neutro. Un creyente tiene fe. La falta de incredulidad
por parte de un agnóstico no significa que él tiene fe.
Usted debe
reemplazar la incredulidad con la fe en Dios porque es la oración de fe que
levanta el enfermo (Santiago 5:15). Usted debe apelar en fe, debe hablar
palabras de fe, y debe actuar en fe. Usted debe caminar por la fe y no por la
vista (mirando a la condición del cuerpo o síntomas).
Satanás intenta
impedir la sanidad consiguiendo que usted camine por la vista en lugar de la
fe. Él hace usted mirar a los síntomas. Él hace usted mirar a otros que
reivindican que fueron sanados, pero no fueron. No es la fe en su fe o fe en la
fe de otro. La fe solo no sana. Es Dios que sana. Pablo percibió que el cojo
tenía fe para ser sanado por Dios (Hechos 14:8-10).
No tome una
gran cantidad de fe para ser sanado. Jesús dijo que hasta la fe del tamaño de
una semilla de mostaza era muy poderosa. Jesús se encuentra con las personas al
nivel de su fe. Donde ellas sintieron que era necesario tener Su presencia
corporal, Él fue. Donde ellas tenían la fe que no era necesario, Él habló la
Palabra de una distancia y sanidades ocurrieron.
Cuando el
enfermo no se sana, las personas normalmente intentan culpar la falte de fe
como la razón. Pero como usted está aprendiendo en esta lección, hay muchas
otras variables para considerar. Jesús nunca condenó a las personas que
buscaron sanidad por su falta de fe.
A veces en el
registro Bíblico, la fe era un factor de sanidad, mientras otras veces no
parece ser un factor.
_______________________
(Nota: (Hoy,
generalmente nosotros damos testimonio de más sanidades en naciones del Tercero
Mundo que en las naciones Occidentales porque hay una actitud de creencia
colectiva. Lo que Dios ha dicho, ellos creen. Ellos esperan el sobrenatural
como parte de sus vidas cotidianas. Muchas personas en el mundo Occidental no
son tan receptivas debido a su orientación materialista y razonamiento
humanístico.)
FALTA DE PODER
Jesús les dijo
a Sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que ellos fueran dotados con
el poder por el Espíritu Santo. A veces la sanidad no ocurre debido a la falta
de poder de quien ministra.
Quizás ellos no
han recibido el revestimiento de poder por el Espíritu Santo descrito en Hechos
4. Quizás ellos sustituyen el amor y la simpatía por el enfermo en lugar del
poder. Ellos pueden orar oraciones de consuelo en lugar de oraciones sanidades.
Su falta de poder puede ser el resultado de error doctrinal o tradición.
EL PECADO PERSONAL NO CONFESADO
La Biblia
confirma una relación directa entre el pecado individual y la enfermedad en
algunos casos:
“Por tanto, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros de manera que seáis sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho” (Santiago 5:16).
David dijo, “Si
yo considero la iniquidad en mi corazón, el Señor no me oirá”. Dios no ha prometido
destruir las obras del Diablo en el cuerpo mientras nosotros estamos
aferrándonos a las obras del Diablo en nuestra alma. Si hay iniquidad en el
corazón del que está enfermo, él no puede sanarse. Si hay iniquidad en el
corazón del que ministra, la sanidad no puede ocurrir porque el Señor no está
oyéndolo.
Un espíritu
rencoroso o guardar rencor impide la sanidad. Jesús dijo, “si perdonáis a los
hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros”.
Si Dios no puede perdonarnos cuando nosotros no perdonamos a otros, Él tampoco
puede sanarnos, pues la sanidad involucra la totalidad del alma , espíritu, y
cuerpo.
RECHAZO PARA SER HECHO SANO
Jesús preguntó
al hombre cojo en el pozo de Betesda:
“Cuando Jesús lo vio tendido y supo que ya había pasado tanto tiempo así, le preguntó: --¿Quieres ser sano?” (Juan 5:6).
A menudo,
nosotros buscamos sólo la sanidad o liberación. Dios quiere tratar con el
hombre entero y sanar cuerpo, alma, y espíritu. Porque el hombre es cuerpo,
alma, y espíritu, el concepto de totalidad implica el trato con todos éstos.
Nosotros no podemos dar énfasis a la salud física aparte del alma y del
espíritu, sanidad aparte de la salvación.
Dios es un
espíritu. Él se relaciona con usted a través de su espíritu. Su espíritu
gobierna su vida física, mental, espiritual, y emocional. Su vida entera es
espiritualmente basada. Porque usted es un ser básicamente espiritual, sanidad
del cuerpo empieza en el espíritu.
Cuando Dios
creó al hombre, Su espíritu debería ser el poder gobernante de su vida en la
tierra. Debería tener la supremacía sobre la mente y cuerpo y reunirlos en un
hombre unificado sano en que Dios viviría. Originalmente, en el Jardín de Edén,
el hombre estaba en relación espiritual íntima con Dios.
Prohibiendo el
árbol de conocimiento en el Jardín, Dios estaba prohibiendo al hombre vivir al
nivel del conocimiento físico e intelectual. Cuando el hombre pecó, su espíritu
fue sumergido y él escogió vivir por su intelecto. Cuando la mente ascendió sobre
el espíritu y tomó el control, la parte espiritual del hombre murió (o dejó de
funcionar como la fuente de su contestación a Dios y a la vida). Desde ese
tiempo, hube una separación de espíritu, mente, y cuerpo, lo que produjo una
falta de armonía en el ser humano entre el hombre, su ambiente, y su Creador.
FALTA DE DECISIÓN Y DESEO
Jesús le
pregunta al hombre cojo a Betesda:
“¿Quieres ser sano?” (Juan 5:6).
A estas
alturas, el hombre cojo tenía que tomar una decisión. Algunas personas no
quieren ser sanadas. Ellas disfrutan de la simpatía y de la atención que ellas
reciben de estar enfermo. Algunos reciben los beneficios médicos a través de
las pensiones o los pagos legales y ellos no quieren perderlos. Otros tienen un
gran deseo de ir estar con el Señor y no quieren ser sanados.
PROBLEMAS CON NUESTRA PETICIÓN
Hay varios
problemas con nuestras peticiones por sanidad que pueden impedir su
manifestación:
NO PEDIR:
Primero, y lo
más básico, a veces es que nosotros no pedimos por sanidad. Nosotros nos
volvemos a la medicina para ayuda o a los amigos para consuelo:
“No tenéis, porque no pedís” (Santiago 4:2).
NO PEDIR
ESPECÍFICAMENTE:
A veces, se
impiden las oraciones porque ellas no son específicas:
“Pedís, y no recibís; porque pedís mal...” (Santiago 4:3).
Cuando usted
está mal, usted no es específico en sus oraciones. Usted no da en el blanco.
PEDIR CON
EL MOTIVO ERRADO:
A veces,
nosotros oramos con el motivo errado:
“Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastarlo en vuestros placeres” (Santiago 4:3).
Algunas
personas quieren ser sanadas, pero no quiere cambiar su estilo de vida pecador,
mundano, imparcial. Ellas quieren estar bien para que ellas puedan después
regresar a sus caminos. ¿Las personas deben considerar estas preguntas: “¿Cuál
es su motivo para querer sanarse? ¿Es para que usted pueda volver a su vivir
egoísta? ¿Así que usted pueda apresurarse alrededor para hacer buenas obras en
lugar de lograr el propósito específico de Dios para usted?”
SU
ORACIÓN SE IMPIDE:
La Biblia
identifica varios otros factores que impedirán recibir las respuestas a sus
oraciones:
n
El pecado de
cualquier categoría: Salmos 66:18; Proverbios 28:9; Isaías 1:15; 59:1-2.
n
Los ídolos
en el corazón: Ezequiel 14:1-3.
n
Un espíritu
rencoroso: Marcos 11:25; Mateo 5:23.
n
Egoísmo,
motivos malos: Proverbios 21:13; Santiago 4:3.
n
Hambre de
Poder, oraciones manipuladoras: Santiago 4:2-3.
n
Tratamiento
malo del cónyuge: 1 Pedro 3:7
n
Auto
justicia: Lucas 18:10-14.
n
Incredulidad:
Santiago 1:6-7.
n
No
permanecer en Cristo y Su Palabra: Juan 15:7.
n
Falta de
compasión: Proverbios 21:13.
n
Hipocresía,
orgullo, repetición sin sentido: Mateo 6:5; Job 35:12-13.
n
No pedir
según la voluntad de Dios: Santiago 4:3.
n
No pedir en
el nombre de Jesús: Juan 16:24.
n
Los estorbos
Satánicos: Daniel 10:10-13; Efesios 6:12.
n
No buscar el
Reino en primero lugar: Mateo 6:33.
FALTA DE PERSEVERANCIA
A veces
nosotros no perseveramos (continuamos) en la oración tiempo bastante. El propio
Pablo había predicado al principio “mientras estando enfermo” (Gálatas 4:13-
14) y se sanó después. La oración aparentemente no tuvo el efecto inmediato en
Epafrodito que casi murió (Filipenses 2:27) y Trófimo que fue dejado atrás
enfermo (2 Timoteo 4:20). Todavía ellos se recuperaron en el futuro. (También
note que Pablo continuó orando por el enfermo a pesar de que en estos casos no
hube ninguna sanidad inmediata).
Algunas
personas piensan que si usted pide la sanidad más de una vez es falta de fe.
Jesús no enseñó que persistir en oración era mostrar incredulidad o falta de
fe. Él lo animó. Lucas 11:1-13 enseña la importancia de persistir en la oración
en las parábolas del amigo inoportuno (versículo 5-8) y la viuda y el juez
(versículos 1-8). El ejemplo de Daniel también anima la perseverancia. Dios oyó
sus oraciones de la primera vez él oró, pero Satanás impidió el ángel traer la
respuesta.
No se rinda si
la sanidad no ocurre en la primera vez que usted ora. Recuerde que hay niveles
de oración de “pedir, llamar, buscar”. A veces usted pide y consigue una
respuesta inmediata. A veces usted tiene que buscar y continuar llamando antes
de recibir una respuesta a otras oraciones. El Profeta Elías oró un tiempo para
el fuego caer del Cielo. Él tuvo que orar siete veces para la lluvia caer.
Continúe
perseverando en la oración hasta que usted sepa que su petición fue oída.
Cuando usted tiene la confirmación en su espíritu, entonces empiece a alabar a
Dios aun cuando usted aún no ve los resultados visibles:
n
Josafat y
los hijos de Israel empezaron alabando a Dios en una voz fuerte antes de que
ellos realmente recibiesen la respuesta a sus oraciones.
n
Jesús
agradeció a Dios antes de que hubiera levantado Lázaro.
n
Una vez que
Abraham tuvo convicción de la promesa de un hijo, él no siguió orando. Él creyó
y glorificó Dios.
LA DESOBEDIENCIA EN EL PROCESO
DE SANIDAD
A veces Dios da
instrucciones especiales en el proceso de sanidad. Por ejemplo, a través del
profeta Eliseo, Dios dijo a Naamán ir lavarse en el río barroso para recibir la
sanidad (2 Reyes 5:1-14). A veces un acto muy simple de obediencia es todo que
está entre usted y un milagro.
DISCERNIR INADECUADAMENTE EL
CUERPO DE CRISTO
La debilidad y
enfermedad resultan porque nosotros no discernimos el Cuerpo de Cristo
propiamente. Discernir es “aprender y entender algo examinando, investigando, y
diferenciando”.Lea 1 Corintios 11:27-30. Para el fondo adicional también lea a
Lucas 22:2-20, Mateo 26:27-29, y Marcos 14:22-25. Nosotros no podemos discernir el Cuerpo de Cristo de tres
maneras:
EL SIGNIFICADO DE LA SANGRE Y CARNE:
Nosotros no
discernimos cuando nosotros no entendemos que el significado del fruto de la
vid y del pan simboliza Su sangre y carne. Esto es lo que pasó cuando Jesús dio
esta enseñanza en Juan 6:66 y muchos retrocedieron de seguirlo. Ellos no
entendieron el significado espiritual de lo que Él estaba enseñando. Mientras
muchos disciernen la sangre para la remisión de pecados, ellos no entienden a
menudo el verdadero significado del cuerpo. El cuerpo era para sanidad, para
que nosotros pudiéramos comer de él y ser sanados. (Vea a Juan 6:48-58 y Lucas
6:48-51.)
LA DIVISIÓN EN EL CUERPO:
Nosotros a
veces no discernimos a nuestros hermanos y hermanas que son parte del Cuerpo de
Cristo y divisiones ocurren en la iglesia. Nosotros comemos y bebemos
indignamente si nosotros no discernimos propiamente (entendemos realmente)
nuestra unión con nuestros hermanos y hermanas en el Señor. Pablo explica en 1
Corintios 3:1-13 que los Cristianos carnales involucrados en la división no
pueden comer la carne (la carne, cuerpo) de la Palabra debido a su carnalidad.
COMER INDIGNAMENTE:
Nosotros
comemos indignamente cuando nosotros tomamos la comunión con una vida sin
examinar. El resultado es debilidad y enfermedad. Por esto Pablo dice para
examinarse espiritualmente y arrepentirse antes de tomar la Comunión.
EL ESPÍRITU MALO NO SE EXPULSA
Algunos no
reciben la sanidad porque su enfermedad es obra de un espíritu malo que debe
lanzarse fuera. Ellos necesitan más de una oración por sanidad. En condiciones
causadas por un espíritu malo, la Biblia registra que el enemigo fue lanzado
para que la sanidad pueda ocurrir.
NEUTRALIZANDO LA OBRA DE DIOS
Si usted está
orando por sanidad mientras complaciendo en prácticas dañosas, usted puede
estar neutralizando la obra de Dios. Por ejemplo, si usted retiene el amargor y
cólera, eso puede afectar la sanidad de desórdenes físicas relacionadas, como
las úlceras, la tensión arterial alta, la tensión nerviosa, etc.
LA VIOLACIÓN DE LAS LEYES
NATURALES
El mismo Dios
que dijo, “yo soy el Señor Tu sanador” también dio muchas leyes naturales de
salud y limpieza a Su pueblo. Algunas personas no reciben la sanidad porque
ellas violan estas leyes naturales. Por ejemplo, una persona puede continuar
bebiendo alcohol y maravillarse por qué ella no se sana de su hígado enfermo.
Muchos pueden continuar fumando cigarros y maravillarse por qué Dios no sana su
cáncer pulmonar.
EL TIEMPO FIJADO PARA MORIR
La Biblia
enseña que hay un tiempo designado para morir (Eclesiastés 3:2 y Hebreos 9:27).
Incluso el gran profeta Eliseo que hizo muchos milagros de sanidad y
liberación, se puso “enfermo con la enfermedad de la que moriría” (2 Reyes
13:14). Usted aprenderá a tratar con esta variable cuando usted aprender a
ministrar al terminalmente enfermo como parte de las instrucciones sobre
ministrar la sanidad en Capítulo Dieciocho.
UN ÚLTIMO RECUERDO
Nosotros
abrimos esta lección con varias preguntas:
¿Por qué más
personas no se sanan? ¿Por qué algunos se sanan mientras otros no son sanados?
¿Por qué los cristianos superficiales y mundanos se sana a veces mientras las
personas más sinceras y capacitadas no han recibido aún la sanidad divina?
Las variables
que usted estudió en esta lección son simplemente algunos de los factores que
pueden afectar la sanidad y liberación. Siempre recuerde, sin embargo...
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29).
La fe
simplemente requiere eso: Fe. Si usted tiene todas las respuestas, usted no
necesita de fe. Dios sólo pide que usted actúe basando en la fe en Su palabra,
no que proporcione las respuestas.
Para concluir,
aquí está una declaración importante con respecto a las variables de la
sanidad. Fue hecha por un famoso ministro que ministró durante muchos años
sanidad y liberación:
"Yo,
solamente por uno, predicaré todo el Evangelio mismo si yo nunca mirar a otro
hombre salvo o sanado mientras yo vivir. Yo me determino a basar mis doctrinas
en la Palabra inmutable de Dios, no en los fenómenos (la experiencia).”
F.F.
Bosworth
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
2. Defina
“variables”.
________________________________________
________________________________________
3. Resuma en
una hoja de papel separada las siguientes variables que afectan la sanidad:
Falta de
enseñanza:
Incredulidad:
Falta de fe:
Falta de poder:
El pecado
personal no confesado:
Rechazo para
ser hecho sano:
Falta de
decisión y deseo:
Problemas con
la petición:
Falta de
perseverancia:
Desobediencia
en el proceso de sanidad:
Discernir
inadecuadamente el Cuerpo de Cristo:
El espíritu
malo no se expulsa:
Neutralizar la
obra de Dios:
Violación de
las leyes naturales:
El tiempo
fijado para morir:
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Aprenda más
sobre el interés bíblico con la salud:
n
Mientras los
hombres quisieron sólo sanar, Jesús quiso tratar con el hombre entero. Él dijo
al hombre cojo en Betesda, “¿Quieres ser sano?”
(Juan 5:6).
n
Jesús vino a
ministrar a aquellos que no estaban sanos, al roto, enfermo, oprimido: Mateo
9:12; Marcos 2:17; Lucas 5:31.
n
Jesús era la
fuente de a salud: Juan 5:15; Hechos 9:34.
n
Tantos
cuantos Jesús tocó fueran hechos absolutamente sanos: Mateo 9:21-22; 14:36;
Marcos 5:28-34.
n
Jesús hizo a
un siervo que estaba en su lecho de muerte sano: Lucas 7:10.
n
Él hizo el
cojo sano: Juan 5:9.
n
A través del
poder de Dios, los discípulos hicieron el cojo sano: Hechos 9:34.
n
Jesús hizo
el mutilado sano: Mateo 5:31.
n
Él restauró
las manos: Mateo 12:13; Marcos 3:5; Lucas 6:10.
n
Él hizo a
las personas sanas de la enfermedad que ellas tenían: Juan 5:6.
n
Ellas eran
hechas completamente sanas: Juan 7:23.
n
Jesús
acreditó la fe de las personas como una parte activa en ser hechas sanas.
"Tu fe te ha salvado”: Mateo 9:22; Marcos 5:34; 10:52; Lucas 8:48-50;
17:19.
2. Estudie las
palabras griegas del Nuevo Testamento que significan “sano”:
ADJETIVOS:
Holos: Todo,
todo junto, absolutamente.
Pas: Todo.
Hapas: Todo,
entero.
Holokleros:
Sano, entero.
Hugies: Hacer
las personas enfermas enteras, sanas: Mateo 12:13; 15:31; Marcos 3:5; 5:34;
Lucas 6:10; Juan 5:4,6,9,11,14,15; 7:23; Hechos 4:10.
Holoteles:
Completamente, sano, completo, plenamente: 1 Tesalonicenses 5:23. Extender a
cada parte del ser.
VERBOS:
Hugiaino: Estar
en Buena salud; aquellos que son sanos; sanos, saludables.
Sozo: Salvar,
hacer sano.
Iaomai: Sanar, tornar sano.
Ischuo: Ser
fuerte.
Diasozo: Salvar completamente.
3. Considere
esta pregunta: ¿Qué es que mantiene usted alejado de la sanidad en el cuerpo,
alma, y espíritu?
________________________________________
4. ¿Usted cree
que cualquiera de las siguientes variables ha afectado su sanidad o de alguien
a quien usted está ministrando? Maque aquellas que se aplican:
___ Falta de
enseñanza
___
Incredulidad
___ Falta de fe
___ Falta de
poder
___ Pecado
personal no confesado
___ Rechazo en
ser hecho sano
___ Falta de
decisión y deseo
___ Problemas
con la petición
___ Falta de
perseverancia
___
Desobediencia en el proceso de sanidad
___ Discernir
inadecuadamente el Cuerpo de Cristo
___ El espíritu
malo no expulso
___ Neutralizar
a obra de Dios
___ Violación
de las leyes naturales
___ El tiempo
determinado para morir
5. Basado en lo
que usted ha aprendido en esta lección, regrese a la lista 4 arriba y registre
cómo usted responderá a cada variable que usted marcó.
6. ¿Usted
alguna vez ha tenido una pregunta sin respuesta con respecto a la sanidad y
liberación? ¿En ese caso, cuál fue?
________________________________________
¿Después usted
fue capaz de entender? _____
En ese caso,
explique cómo su pregunta fue contestada:
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
Si no y/o usted
tiene preguntas que involucran su condición física presente, recuerde la
promesa de esta lección:
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29).
7. ¿Hay
cualquiera cosa abajo que impida su oración por sanidad? Marque aquellos que se
aplican:
___ Pecado de
cualquier categoría
___ Ídolos en
el corazón
___ Un espíritu
rencoroso
___ Egoísmo,
motivos malos
___ Hambre de
poder, oraciones manipuladoras
___ Tratamiento
malo del cónyuge
___ Auto
justifica
___
Incredulidad
___ No
permanecer en Cristo y Su Palabra
___ Falta de
compasión
___ Hipocresía,
orgullo, repetición sin sentido
___ No pedir
según la voluntad de Dios
___ No pedir en
el nombre de Jesús
___ Los
estorbos de Satanás
___ No buscar
el Reino en primero lugar
¿Qué usted
puede hacer para corregir estos problemas? ________________________
PARTE CINCO
LAS ESTRATEGIAS PARA SANAR
En esta sección
usted aprenderá las estrategias por ministrar y recibir la sanidad. Usted
estudiará sobre:
n
CÓMO
MINISTRAR Y RECIBIR LA SANIDAD.
n
LA
CONTINUACIÓN DEL MINISTERIO DE SANIDAD.
n
LA SANIDAD
ÚLTIMA.
Recuerde la
paradoja del Reino de Dios usted aprendió al principio de este curso: Cuando
usted empieza a ministra la sanidad, la sanidad se ministrará a usted.
CAPÍTULO CATORCE
MINISTRANDO LA SANIDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
este capítulo usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Discutir las
preparaciones preliminares para el ministerio de sanidad.
n
Resumir las
directrices para ministrar la sanidad.
PROMESAS
DE SANIDAD PAA REIVINDICAR:
“Y cuando vayáis, predicad diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios. De gracia habéis recibido; dad de gracia” (Mateo 10:7-8).
INTRODUCCIÓN
En esta
lección, la batalla por el cuerpo intensifica mientras usted aprende a
ministrar la sanidad. En Capítulo Dieciocho usted aprenderá a ministrar la
liberación.
LAS PREPARACIONES PRELIMINARES
Hay algunas
preparaciones importantes antes de que usted empiece a ministrar la sanidad.
Éstas incluyen preparar a sí mismo, como el canal del poder sanador de Dios, y
la persona a quien usted ministrará la sanidad.
PREPARANDO A SÍ MISMO:
La fe viene de
oír la Palabra de Dios sobre sanidad. Para aumentar su propia fe, estudie todo
en la Biblia sobre sanidad. Lea a través del Nuevo Testamento con una nueva
actitud. Cualquier cosa que Jesús les dijo a Sus seguidores que hicieran, usted
empieza a hacer. Cualquier cosa que Él dijo que Él haría, espera que Él lo
haga.
Si Él dijo que
usted puede sanar el enfermo a través de Su poder, entonces espere verlos
sanados. Si Él dijo para expulsar los demonios, entonces lo haga en Su nombre y
espere que ellos lo obedezcan. Desatienda todas las instrucciones de los
hombres y las experiencias personales que usted ha tenido alguna vez. Acepte
que el Nuevo Testamento significa exactamente lo que dice. Acéptelo como
verdadero y actúe de acuerdo. Usted es un embajador para Cristo (2 Corintios
5:20). Un embajador nunca duda que el país que él representa apoyara su
palabra.
Ayune y ore
antes de que usted ministre. Vea el ejemplo de Pablo en Hechos 28:8. ¡Desde que
el poder y la autoridad para sanar vienen de Dios, usted debe estar en
contacto! Algunas aflicciones demoníacas sólo se sanarán por la oración y
ayunando.
Isaías 58
enseña que Dios honra a un ayuno que enfoca en ministrar a las necesidades de
otros.
Empiece a
ministrar al enfermo aunque usted no entienda todo sobre la sanidad divina, así
como usted empezó a dar testimonio después de ser salvo aunque en la realidad
usted tenía mucho que aprender sobre la vida cristiana. Empiece a ministrar
basándose en lo que usted sabe sobre sanar. Mientras usted camina en la luz que
usted ha recibido, usted recibirá más luz. Adopte la actitud de que no hay
ninguna situación desesperada. Hay sólo personas que se han puesta desesperadas
sobre ellas.
PREPARACIÓN PRELIMINAR EN OTROS:
Si usted anima
el enfermo para recibir oración sin la instrucción apropiada, es como animar el
no-salvo para aceptar a Jesús como el Salvador sin saber quién Él es,
reconociendo su pecado, y su necesidad para la salvación.
A veces, Dios
sana sin tal instrucción. Pero recuerda: al ministrar la sanidad, usted quiere
usar cada canal prescrito por la Palabra de Dios para ver la obra hecha
adecuadamente. La fe es un canal para el poder sanador de Dios y viene por oír
la Palabra de Dios, por esto la instrucción es importante. Jesús combinó
predicación y enseñanza con sanidad y les dijo a Sus seguidores que hicieran
también.
La fe viene por
oír la Palabra de Dios sobre sanidad. Predique esto basado en lo que Dios dice,
no en tradición o experiencia. La fe no es construida solamente dando
testimonios. Los testimonios confirman la Palabra y animan la fe, pero la
Biblia declara con seguridad que la fe viene por oír la Palabra de Dios.
(Aunque una persona sorda no pueda oír un sermón en el natural, el espíritu
sordo puede oírlo.) Las personas necesitan saber lo que la Palabra de Dios dice
sobre la fuente de sanidad, la fuente y las causas de la enfermedad, promesas
sobre sanidad, y las directrices bíblicas para recibir y mantener la salud.
En un servicio
de sanidad para los creyentes, el ayuno y la oración por el enfermo puede ser
útil. Esto no se requiere para sanar, pero recuerda - nosotros queremos usar
cada canal bíblico disponible. Dios enfatiza nuestro pedir e Isaías 58:6-8
enfatiza la importancia de ayuno y oración como relacionado a la salud.
EL TIEMPO DE MINISTERIO
Aquí están
algunas sugerencias durante el tiempo de ministerio al enfermo. Recuerde que
éstas son simplemente directrices generales. Usted siempre debe estar abierto a
las direcciones diferentes del Espíritu Santo. Algunas de estas sugerencias
sólo son aplicables al ministerio individual, mientras otras pueden usarse para
ministrar a os grupos grandes:
CREE UN
AMBIENTE DE FE:
Cree un
ambiente de fe. Usted ya empezó a hacer esto cuando usted ministró la Palabra
sobre sanidad, pero usted también puede necesitar tomar los pasos adicionales
para crear un ambiente de fe. Rodee el enfermo con personas de fe y confianza.
Permítales oír testimonios de aquellos que han sido sanados. Recuerde que
incredulidad impedía el ministerio de Jesús incluso en Nazaret.
Una atmósfera
de fe es una de adoración y alabanza. Nosotros entramos en la presencia de Dios
(donde hay sanidad) a través de la adoración y alabanza. Sanidad puede venir a
través de la adoración y alabanza - incluso sin una oración de sanidad - porque
Dios habita e las alabanzas de Su pueblo. Cuando nosotros alabamos, Él está
presente para sanar. Traiga las personas a un punto de decisión con respecto a
su sanidad, así como usted hace con respecto a la salvación. Recuerde cómo
Jesús le preguntó al hombre cojo, “¿Quieres ser sano?” (Juan 5:6).
Pídale a la
persona que demuestre su deseo por sanidad. Usted podría pedirles que se
levanten en medio de una muchedumbre, venga a frente, levante su mano, o ponga
su mano en la parte afectada de su cuerpo. Esto les ayuda a mostrar su deseo
para ser sanado. Es un acto de fe para ellos, mientras también le ayuda a
identificar aquellos que necesitan del ministerio.
ORE POR
DISCERNIMIENTO:
Ore por
sabiduría y discernimiento antes de usted ministrar la sanidad. Comparta
cualquier sabiduría divina que Él le da. Dios puede revelar a usted:
Una
Palabra De Conocimiento: Una palabra de
conocimiento proporciona los hechos específicos sobre una persona o condición
así usted sabrá como orar. Una palabra de conocimiento puede incluir un sentido
profundo de conocimiento o una impresión en su espíritu, pensamientos,
palabras, o sentimientos. La Palabra de conocimiento puede revelar lo que la
enfermedad es o por qué la persona tiene tal condición.
Un Verso
De La Escritura: Dios puede darle un Palabra “Rhema”
(específica) de Dios para esa situación, enfermedad, persona, o grupo.
Una
Visión: Son cuadros en el ojo de la mente
relativos a quien usted está ministrando.
Palabras
De Fe: Éstas son específicamente palabras
especiales de estímulo y fe para el individuo.
Una
Unción Especial: Una
infusión súbita de poder, quizás sentida como un hormigueo, calor, o confianza
sobrenatural. A veces una unción especial viene, y si ella viene, fluya con
ella. Pero no espere por una unción especial para orar por el enfermo. Usted
debe seguir las instrucciones de Jesús si usted lo siente o no.
Un Acto
Especial De Fe: A veces Dios lo llevará a decirle a la
persona para realizar un acto especial de fe que producirá la sanidad.
DIRIJA UNA ENTREVISTA: (Optativo)
Si usted está
tratando individualmente de una persona, usted puede querer dirigir una entrevista
breve. Dios puede darle palabras específicas de sabiduría sobre una enfermedad
y usted no necesitará entrevistar. Pero si Dios no revela la enfermedad
sobrenaturalmente a usted, no dude en usar la entrevista.
Una entrevista
no es exigida para ministrar la sanidad, pero le ayuda a ganar informaciones
para que usted pueda orar específicamente. También le ayuda a determinar si una
persona necesita de instrucción más extensa antes de que usted ore.
Jesús usó la
entrevista. Él les preguntó lo que las personas querían, inquirió con respecto
a su fe, y trató con las fuerzas negativas de incredulidad antes de ministrar a
ellos.
Pregúntele a la
persona, “¿Qué es el problema?” Jesús hizo una pregunta similar a muchos que
vinieron a él para sanidad. Poner en palabras la demanda para la oración es
importante para el enfermo. Al enfermo se dice para llamar a los presbíteros
para ministrar la sanidad. Cuando la Biblia da una directiva, es por una razón.
El pedir es un acto de fe que pone en movimiento los procesos de sanidad
(Santiago 5:14-15).
(La excepción a
esto, claro, es cuando una persona no puede hacer una petición. Por ejemplo, el
niño muerto que Jesús resucitó. Pero incluso entonces, sus padres le pidieron
que ministrara la sanidad.)
Pida una
declaración específica. Si una petición es demasiada general, usted no sabrá
para qué orar y la persona afectada no puede reconocer la sanidad cuando ella
viene. Usted necesita sólo de hechos breves: “Yo tengo cáncer del estómago”.
Usted no necesita una historia médica completa. No intente analizar la
información que usted recibe. Su función es orar, no proporcionar consejo.
Algunos casos únicos pueden requerir reserva y más tiempo para aconsejar con un
consejero especializado. Tenga consejeros disponibles para este propósito.
Pregúntele a la
persona que recibirá oración, “¿Usted cree que Jesús puede sanar?” ¿Si ella
contesta positivamente, entonces pregunte, “¿Usted cree que Jesús lo hará
ahora?” Si la respuesta es “no” a ambas estas preguntas, la instrucción más
extensa de la Palabra de Dios se necesita.
Cuando usted
ministra a una muchedumbre grande, usted no podrá hablar con cada persona. Dios
puede revelar enfermedades específicas de las personas en público o puede
llevarlo a hacer oraciones de masa por ciertas enfermedades, como la sordera,
la ceguedad, etc. A veces usted puede sentirse llevado a hacer una oración de
sanidad general o tener creyentes en el público para ministrar individualmente
a aquellos que están enfermos.
Es mejor
enseñar a otros creyentes cómo ministrar en lugar de hacer todo el ministerio
solo. La comisión de Jesús era que estas señales seguirían a LOS que creerían,
no “al” que cree. La obra del ministerio sería hecha por el Cuerpo entero, no
sólo por uno o dos creyentes.
DETERMINE EL PROBLEMA:
Use la
información de la entrevista y la sabiduría que Dios lo da para determinar si
el problema está en la:
Esfera
Espiritual: Éstos son los problemas relacionados con
el pecado y ellos requieren un ministerio de sanidad espiritual (salvación,
arrepentimiento y perdón de pecados).
Si hay una
relación entre el pecado y la enfermedad (y nosotros hemos visto que hay), hay
una relación entonces entre el perdón y la sanidad. Muchos se sanan físicamente
cuando ellos piden el perdón el pecado.
No sea
demasiado rápido para atribuir la enfermedad al pecado. Recuerde que usted
aprendió que toda la enfermedad no es el resultado de pecado individual. Si hay
pecado, es la responsabilidad del Espíritu Santo hacerlo conocido desde que uno
de Sus propósitos es convencer y corregir.
Esfera
Física: Éstos son la dolencia corporal, lesión, o
enfermedad. Ore por la sanidad física.
Esfera
Emocional: Éstos incluyen los problemas como la
ansiedad, miedo, enojo, amargor, resentimiento, culpa, duda, fracaso, celos,
egoísmo, confusión, frustración, falta de perdón, y los efectos emocionales de
problemas del pasado. Estas personas necesitan sanar en el reino emocional.
Esto se llama a menudo de “sanidad interna”, pero algunas personas han abusado
del término. No es necesario volver a repasar todos los hechos y experimentar
las emociones originales. No es necesario pasarse semanas, meses, o años para
recuperarse de tales traumas. Si usted hace esto, usted está intentando sanar
la vieja persona en lugar de ayudarla a volverse una nueva creación en Cristo.
A menudo se
relacionan los problemas en el reino emocional al reino social de la vida de
una persona. Ellos afectan y son resultado de las relaciones familiares y
sociales. La sanidad viene por identificar el problema, pedir el perdón, y
perdonar los otros involucrados.
La más gran
barrera a la sanidad emocional normalmente es el perdón, así la sanidad
emocional incluye la sanidad de las relaciones sociales. Nosotros somos
llamados para ser ministros de la reconciliación (2 Corintios 5:18-21). Las
personas necesitan reconciliarse tanto con Dios cómo con el hombre, y aquí es
donde la sanidad emocional, mental, interior entra. Todos son títulos similares
para el mismo tipo de sanidad.
Usted puede
necesitar enseñar a la persona sobre el perdón. El perdón no es:
n
Justificar a
otros de los errores que han hecho a usted. (Por ejemplo, diciendo, “Ellos
estaban bajo mucha presión”.)
n
Negar que
usted está en el primer lugar herido.
n
Aceptar con
resignación lo que se hizo a usted.
n
Esperar por
el tiempo para sanar la herida. (Esto no sucede).
El verdadero
perdón viene:
(1) De
reconocer que lo que se hizo a usted fue errado, el resultado de hombres
pecadores en un mundo pecador. No es necesario volver y revivir el evento
mentalmente, pero usted no puede tratar de él negándolo. Reconozca lo que pasó
y cómo lo afectó.
(2) De confesar
la herida a Dios y pedirle que sane las emociones dañosas en usted. Usted puede
nunca olvidar del hecho que sucedió, pero lo qué usted necesita es de sanidad
para las emociones erradas que se relacionan a él.
(3) De pedir a
Dios para ayudarlo a perdonar los otros involucrados, perdonándolos así como
entonces Cristo lo perdona. Reconozca que Dios extiende el perdón a usted así
como usted perdona a otros: “Perdónanos nuestras deudas, COMO también nosotros
perdonamos a nuestros deudores”. La persona también puede necesitar perdonarse
(la culpa sobre su propio mal) y definitivamente necesitará orar por la sanidad
emocional.
Aquí está cómo
perdonar a sí mismo:
n
Reconozca
que el pecado causa culpa y emociones pecadoras, confiéselo a Dios, y
arrepiéntase. Pídale para perdonar su pecado y sanar sus emociones.
n
Reconozca
que cuando Dios perdona, Él se olvida (Él lanza nuestros pecados tan lejano
cuanto el Oriente está del Occidente).
n
Reivindique
1 Juan 1:8-9 y Romanos 8:1.
n
Por un acto
de su propia voluntad, libere a sí mismo de la condenación. Controle los
futuros modelos de pensamiento por expulsar las imaginaciones vanas y dejando
esas cosas atrás.
Esfera
Mental: Éstos son problemas que fluyen de
pensamientos negativos, ataques de Satanás en la mente, retraso mental, etc.
Ore por sanidad.
Esfera
Demoníaca: Éstas son condiciones que resultan de la
actividad demoníaca directa como la posesión de demonios. Usted aprenderá a
tratar con éstos en la próxima lección sobre ministrar liberación.
Siempre
recuerde que los problemas en un reino afectan a la persona entera. Mientras
usted ministra, trate con el hombre entero como Jesús hizo, no sólo con la
enfermedad. El hombre es cuerpo, alma, espíritu. La sanidad integral implica el
trato con todos éstos.
ORE LA ORACIÓN DE SANIDAD:
Después de que
usted determina la condición, usted normalmente orará la oración de sanidad.
Pero a veces, no se sorprenda si el Señor lo dirige a no orar o a tardar la
oración. Por ejemplo, a través de una entrevista usted puede descubrir que la
persona no quiere sanar porque ella perderá una pensión de invalidez. (Esto
realmente ya pasó en un servicio de sanidad!)
El Señor
también puede dirigirlo a tardar la oración por la sanidad física hasta que la
instrucción más extensa se dé o la persona trate con un problema de pecado.
Cuando usted ora, ore una oración de fe que enfoque en el problema específico.
Recuerde que usted no tiene que persuadir Dios para sanar por la longitud o
intensidad de su oración. Así como la salvación ya está disponible, el mismo es
verdad de la sanidad.
Así como la
salvación es basada en la condición de fe, así es la sanidad. Dios quiere
sanar, así como Él quiere salvar. Aunque el poder de Dios a veces está presente
de una manera especial para sanar (Lucas 5:17), usted todavía puede orar por
sanidad sin la unción especial porque Jesús le ordenó que lo hiciera así como
Él le dijo que extendiera el Evangelio.
La llave a la
oración contestada es orar según la voluntad de Dios. No ore, “Si es Tu
voluntad”. Jesús nunca oró, “sana si es Tu volunta”. Ore una oración positiva
para la voluntad de Dios ser hecha “como en el Cielo” o “Según Tu voluntad”.
Esto aún reconoce la soberanía de Dios.
Cuando posible,
use a otros creyentes para ministrar con usted. Hay multiplicación de poder
espiritual cuando más personas están orando (vea Mateo 18:19). El ministerio
del Cuerpo también descorazona a individuos que experimentan el éxito en los
dones de sanidad y aquellos que reciben sanidad a dar la gloria al ego o al
hombre.
Cada miembro
del Cuerpo de Cristo tiene por lo menos un don espiritual. El ministerio más
eficaz es cuando...
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10).
Su oración de
sanidad puede ser una de:
n
Petición:
Marcos 7:32-35.
n
Orden: Lucas
4:38-39; Marcos 7:32-35; Juan 5:8; Hechos 3:6; 9:40.
n
Intercesión:
Éxodo 32.
n
Reproche Y
Expulsión: Marcos 9:25.
Su oración
también puede involucrar instrucciones para hacer actos específicos, cuando el
Señor dirige (vea a Juan 9:1-7). (Note: Nunca diga a las personas que detengan
la medicación de toman. Permita a Dios guiarlas en esta área.) Siempre ore en
el nombre de Jesús. También, recuerde que no es falta de fe orar más de una
vez. (Repase lo que Jesús enseñó sobre la oración perseverante.)
ALABE A
DIOS POR LA RESPUESTA:
Siga la oración
con alabanza a Dios por la sanidad. Recuerde que en el caso de los diez
leprosos a quienes Jesús ministró, todos fueron sanados pero sólo el que volvió
para alabar fue hecho integralmente sano. Alabe a Dios por la fe y no por la
vista. Usted ha hecho lo que la Palabra de Dios dijo para hacer.
Crea que Él ha
hecho lo que Él dijo que Él haría. Agradézcale por eso. Jesús agradeció a Dios
que había oído Su oración antes de resurrección de Lázaro.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. Discuta las
preparaciones preliminares para el ministerio de sanidad.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
3. Resuma las
directrices para ministrar la sanidad.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Estudie
estos ejemplos de Jesús entrevistando al enfermo antes de ministrar la sanidad:
n
Marcos
5:1-20: Jesús cuestiona al hombre endemoniado.
n
Marcos
8:22-26: Cuestionando al hombre ciego.
n
Marcos
9:14-27: Entrevista sobre el muchacho con un espíritu malo.
n
Marcos
10:46-52: Preguntas al ciego Bartimeo.
2. Jesús
entrenó a Sus seguidores en el ministerio de sanar (Mateo 10:18). Aquí está
cómo desarrollar un equipo de obreros para ministrar sanidad con usted:
n
Seleccione
un equipo de obreros. Los miembros deben ser enseñables, tener el deseo de
ministrar, tener la habilidad de tomar la dirección, ser personas de amor y
compasión, y tener la vida espiritual y emocional saludables.
n
Use las
lecciones en este manual y la Palabra de Dios para instruir y edificar la fe.
n
Gaste tiempo
ayunando y orando juntos.
n
Determine
quién hará lo qué en el servicio de sanidad para que los miembros del equipo
puedan ministrar en armonía unos con los otros. Una persona debe coordinar el
servicio para prevenir la confusión.
n
Use a los
miembros del equipo para ayudar a entrenar otras equipes para el ministerio de
sanidad. No tenga más servicios de sanidad que servicios de equipamiento dónde
otros puedan aprender a usar el poder que Dios ha hecho disponible a todo el
Cuerpo de Cristo.
3. Aquí están
algunas sugerencias adicionales sobre cómo introducir un ministerio de sanidad
en su iglesia:
Eduque: Predique mensajes sobre sanidad. Enseñe sanidad en
la escuela dominical y estudios de la Biblia. Invite a predicadores a venir y
ministrar sobre el asunto. Use este manual, “Batalla Por El Cuerpo”, como una
guía del estudio.
Ilustre: Tenga personas que han sido sanadas para dar
testimonios. Incluya aquellos que han experimentado las sanidades visibles e
invisibles, graduales e instantáneas, sanidades de desórdenes serias y comunes.
Penetre: Integre el ministerio de sanidad en cada área de
vida de la iglesia. Envíe los equipos del ministerio de sanidad a los
hospitales y casas. Involucre a los ancianos y líderes primero y entonces
úselos en el ministerio de sanidad para involucrar la congregación entera.
Demuestre: Provea la oportunidad para el poder de Dios ser
demostrado. Planeé y conduzca servicios de sanidad y liberación.
4. La siguiente
lista de verificación se desarrolló de la discusión en esta lección para usted
usar ministrando la sanidad:
LA
PREPARACIÓN PRELIMINAR:
En Usted:
___ Estudie la
Palabra de Dios sobre sanidad.
___ Oración y
ayuno preliminar.
En Otros:
___ Instrucción
apropiada con respecto a la sanidad.
___ Estudio de
la Palabra de Dios sobre sanidad.
___ Oración y
ayuno preliminar.
EL TIEMPO DE MINISTERIO:
___ Cree un
ambiente de fe.
___ Ore por
discernimiento. Dios puede darlo:
n
Una palabra
de conocimiento
n
Un versículo
de la Escritura
n
Una visión
n
Palabras de
fe
n
Una unción
especial
n
Un acto
especial de fe
___ Conduzca
una entrevista (optativo)
___ Determine
el problema. Está el problema en la...
___ Esfera
Espiritual
___ Esfera
Física
___ Esfera
Emocional
___ Esfera
Mental
___ Esfera
Demoníaca
___ Ore la
oración de sanidad.
___ Alabe a
Dios por la respuesta.
CAPÍTULO QUINCE
CONTINUACIÓN DEL MINISTERIO DE SANIDAD
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Discutir el
cuidado de continuación para aquellos que fueron sanados.
n
Discutir el
cuidado de continuación para aquellos no sanados.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Entonces les mandaron que saliesen fuera del Sanedrín y deliberaban entre sí, diciendo: --¿Qué hemos de hacer con estos hombres? Porque de cierto, es evidente a todos los que habitan en Jerusalén que una señal notable ha sido hecha por medio de ellos, y no lo podemos negar” (Hebreos 4:15-16).
INTRODUCCIÓN
Es importante
que aquellos que han sido sanados reciban el ministerio de la continuación.
Jesús dio las instrucciones de la continuación a aquellos que experimentaron
sanidad y liberación.
Él habló al
hombre que había sido sanado de lepra:
“Y Jesús le mandó que no se lo dijera a nadie; más bien, le dijo: --Vé y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos” (Lucas 5:14).
Él dijo a una
mujer pecadora que había sido sanada:
“Vuelve a tu casa y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios por ti. Y él se fue, proclamando por toda la ciudad cuán grandes cosas Jesús había hecho por él” (Lucas 8:39).
Él le dijo al
hombre en el estanque de Betesda:
“Después Jesús le halló en el templo y le dijo: --He aquí, has sido sanado; no peques más, para que no te ocurra algo peor” (Juan 5:14).
A la mujer
cogida en adulterio Él dijo:
“... Ni yo te condeno. Vete y desde ahora no peques más” (Juan 8:11).
Si usted está
ministrando individualmente a una persona, usted puede querer darlo las
instrucciones de acompañamiento. Si usted está ministrando en una cruzada de
masa, proporcione consejo después del servicio o en mañana siguiente. Si usted
está ministrando en una iglesia local, pida al pastor que provea el cuidado de
acompañamiento a aquellos que son sanados.
La instrucción
de acompañamiento debe tratar con:
n
Qué hacer
para permanecer sanado.
n
Qué hacer
con los que no son sanados.
LO QUE HACER PARA PERMANECER
SANADO
Enseñe aquellos que han sido sanados a...
Reconocer Los
Ataques De Satanás:
Así como
Satanás tienta a cada convertido que es salvo, Él tentará a cada persona que es
sanada. Así como usted puede perder la victoria espiritual, usted puede perder
la victoria física. Cualquier cosa que usted confía a Dios en su caminada
espiritual, usted será probado en esa área. Satanás lo tentará por:
n
Síntomas: La sanidad a veces es gradual. Todos sus
síntomas pueden no haber ido inmediatamente. Sus síntomas pueden tornarse
peores. Usted puede tener una fiebre, pero esto puede ser que el proceso del
cuerpo luchando para expeler la infección como parte del proceso curativo.
Camine con sus sentidos espirituales, no con los sentidos naturales. No pase
ofreciendo informaciones sobre sus síntomas, que ellos deben volver. Por otro
lado, no mienta sobre ellos. Si preguntado, conteste, “Sí, yo tengo los
síntomas de ______________, pero por Sus heridas yo estoy sanado”. Enfoque su
atención en las cosas no vistas en lugar de los síntomas. Los síntomas pueden
distraerlo de la Palabra de Dios, Su presencia, promesas, y poder. No hable
palabras negativas que glorifican la habilidad de Satanás de atacar su cuerpo.
¿Qué lo anima más - falta de síntomas o la Palabra de Dios que declara que Él
es su sanador? ¿Qué es su enfoque?
n
Poner
Su Mirada En Otros:
Apuntando a aquellos que pensaron que ellos fueron sanados, pero ahora están
enfermos de nuevo. ¿Usted mira aquellos que dijeron que fueron salvos pero están
viviendo ahora en pecado y usa tal ejemplo para negar la realidad de la
salvación?
n
Miedo: Temeroso que su enfermedad volverá.
n
Personas
Negativas Alrededor De Usted: Aquellos llenos de incredulidad que plantaron dudas en su mente.
ResistIR A Los Ataques De Satanás:
Mantenga una
atmósfera de fe continuando estudiando la Palabra de Dios sobre la sanidad.
Alabe a Dios por su sanidad. Mantenga buenas relaciones de contacto con su
Sanador por la oración. Testifique sobre su sanidad a otros, dando la gloria a
Dios. Una manera de vencer a Satanás es por la Palabra de su testimonio.
Resista a los ataques de Satanás con la Palabra “Rhema” de Dios citando
versículos específicos sobre la sanidad. No vacile en su creencia, pues un
hombre que vacila no recibirá de Dios (Santiago 1:6-8). Contienda (luche)
seriamente en fe por su sanidad (Romanos 10:9).
Rodee a sí
mismo con un ambiente positivo de fe, aquellos que continuarán alabando a Dios
con usted por la sanidad y para ayudarlo a resistir a los ataques del enemigo.
Vuélvase parte de una Iglesia local.
Usted resiste a
los ataques de Satanás cuando usted usa su autoridad espiritual que incluye:
n
La Palabra
de Dios.
n
La sangre de
Jesús.
n
La palabra
de su propio testimonio.
n
La Autoridad
para atar y desatar.
n
La oración y
alabanza.
n
Las armas de
guerra listadas en Efesios 6:10-18.
n
La autoridad
y poder del Espíritu Santo.
(Si usted no ha
experimentado el bautismo del Espíritu Santo usted debe buscarlo. El Espíritu
Santo proporciona poder que lo ayudará a mantener su sanidad.)
Cambie Su Estilo
de Vida:
Un retorno a
las prácticas pecadoras puede significar un retorno de la enfermedad (Juan
8:11). Camine en obediencia a Dios y Su Palabra. El pecado voluntarioso puede
resultar en perder la sanidad (Juan 5:14). Un retorno a las prácticas no
saludables también puede traer el retorno de la enfermedad. Las prácticas no
saludables realmente son pecado, pues usted está manchando el templo de Dios.
Siga Las Pautas
Bíblicas Para la Salud Y Sanidad:
Capítulo Veinte
de este manual proporciona estas pautas.
Vuelva Para La
Comprobación Médica:
Si usted ha
estado bajo el cuidado médico, vuelva a su doctor para la comprobación de su
sanidad. Bajo la ley del Viejo Testamento, los sacerdotes eran como médicos.
Ellos diagnosticaban enfermedades y pronunciaban las sanidades.
Jesús le dijo al
leproso que Él sanó:
“Vé y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos” (Lucas 5:14).
QUÉ HACER CON LOS QUE NO SON
SANADOS
No permita las
personas descorazonarlo o culparlo porque ellas no se sanaron. Evite la
tentación de inventar una razón para su falta de sanidad (a menos que Dios
revele específicamente). Antes de que ellas dejen el servicio, avíselas que
simplemente porque ellas no ven resultados visibles no significa que ellas no
se sanaron. Sanidad empieza en el espíritu. Hay sanidades que son tardadas, es
decir, como la esterilidad de Abraham y Sara, mismo cuando la Palabra fue dada
años antes.
Hay también el
tiempo envuelto. Considere al hombre cojo en la puerta del templo en Hechos 5.
Jesús atravesó las puertas del templo muchas veces, todavía nos dicen que un
hombre paralítico había estado allí durante años. Él fue sanado después por
Pedro y Juan (Hechos 5:15-16). Hubo también un momento adecuado establecido en
los casos de Job y Lázaro.
Usted puede
querer asignar a alguien para continuar trabajando con la persona enferma en
éstos pasos de la continuación:
1. Continúe
perseverando en la oración por sanidad: Jesús enseñó la oración perseverante.
Él no descorazonó. Requiera a líderes de la Iglesia para orar sobre usted.
2. Continúe
edificando su fe: Usted puede hacer esto a través de estudiar de la Palabra
“Rhema” de Dios
sobre la sanidad.
3. Continúe
confesando sus pecados: Confiese sus pecados en una base diaria para que ellos
no agraven su condición física. Viva y camine en obediencia a la Palabra de
Dios.
4. Use su poder
espiritual: Todos los creyentes poseen los elementos esenciales para sanar y
liberar. Empiece a usarlos. Ellos son:
n
La Palabra
de Dios.
n
La sangre de
Jesús.
n
La palabra
de su propio testimonio.
n
La Autoridad
para atar y desatar.
n
La oración y
alabanza.
n
Las armas de
guerra listadas en Efesios 6:10-18.
n
La autoridad
y poder del Espíritu Santo.
5. Donde
aplicable, cambie su estilo de vida: Elimine las prácticas pecadoras y
enfermas. Sanar a menudo viene cuando usted trae su estilo de vida en armonía y
obediencia con la Palabra de Dios.
6. Siga las
directivas bíblicas para la vida y salud.
7. Cree una
atmósfera de fe: Rodee a sí mismo con una atmósfera de fe volviéndose parte de
un compañerismo de creyentes.
8. Comprométase
para total confianza en Dios: Total confianza significa que en la vida y en la
muerte, enfermedad o salud, usted sabe que usted está en Sus manos: Juan 10:29;
Job 13:15; 19:26
9. Reaccione
positivamente al sufrimiento: Mientras usted está esperando por la sanidad
total, reaccione a su sufrimiento de tal manera que otros sean afectados de una
manera positiva. Usted puede hacer esto por:
n
Dar gracias:
1 Tesalonicenses 5:16-18.
n
Permitir a
Dios perfeccionar Su fuerza en la debilidad: 2 Corintios 12:9-10.
n
Demostrar
paciencia mientras usted espera. Las personas esperan en las oficinas de los
doctores para los resultados de las pruebas médicas.
n
Nosotros
esperamos la medicina funcionar. ¿Por qué nosotros no podemos esperar a Dios?
Aquellos con paciencia heredan las promesas: Hebreos 6:12; 12:2-3; Santiago
1:2-4; 5:10-11; Salmos 27:14; 37:34; Isaías 40:31; Romanos 5:3-5
n
Reconocer
que ningún sufrimiento es sin propósito. Estudie el registro Bíblico de
aquellos que sufrieron.
10. Reivindique
las promesas de Dios: Aún cuando usted siente que Dios lo ha desamparado,
continúe reivindicando estas promesas y a orar estas oraciones: Salmos 5:1-3;
6:2-9; 13:1-6; 22:19; 27:7; 31:21-22; 42:9-11; 54:1-2; 55:1-2; 70:1; 71:9- 21;
86:6-7; 94:19; 102:1-7; 2 Corintios 4:17-18.
11. Dé y usted
recibirá: La Biblia enseña que un principio importante en el Reino de Dios es
que nosotros recibimos cuando nosotros damos. Si usted es un creyente, empiece
a ministrar el poder sanador de Dios a otros. Mientras usted da, usted recibirá.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. Discuta el
cuidado de la continuación para aquellos que son sanados.
________________________________________
3. Discuta el
cuidado de la continuación para aquellos que no recibieron su sanidad todavía.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
(Las respuestas se encuentran al final del último
capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. ¿Usted ha
recibido la oración o ha orado por alguien y la sanidad no se manifiesta
todavía?
Escriba sus
planes por seguir cada uno de estos pasos:
Continúe
perseverando por la sanidad:
________________________________________
Continúe
edificando su fe:
________________________________________
Continúe
confesando sus pecados:
________________________________________
Use su poder
espiritual:
________________________________________
Cambie su
estilo de vida:
________________________________________
Siga las
directivas bíblicas para la salud:
________________________________________
Cree una
atmósfera de fe:
________________________________________
Comprométase a
sí mismo en total confianza en Dios:
________________________________________
Reaccione
positivamente al sufrimiento:
________________________________________
Reivindique las
promesas de Dios:
________________________________________
Dé y usted
recibirá:
________________________________________
2. Si usted no
ha recibido su sanidad todavía, estudie Juan 11. La historia de la resurrección
de Lázaro revela que sanidades tardadas a menudo proveen una oportunidad para
una demostración mayor del poder de Dios.
3. ¿Usted ha
recibido o ha orado para alguien que ha recibido la sanidad? Escriba sus planes
para cada uno de estos pasos para acompañar esa sanidad:
Reconozca los
ataques de Satanás:
________________________________________
Resista a los
ataques de Satanás:
________________________________________
CAPÍTULO DIECISÉIS
LA SANIDAD ÚLTIMA
OBJETIVOS:
Al concluir esta lección usted será capaz
de:
n Escribir la Promesa de Sanidad de memoria.
n
Proveer
directrices específicas para ministrar al terminalmente enfermo.
PROMESAS DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va
desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando
de día en día. Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para
nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; no fijando nosotros la
vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven
son temporales, mientras que las que no se ven son eternas” (2 Corintios
4:16-18).
INTRODUCCIÓN
La Biblia indica que hay un tiempo
designado por cada persona morir:
“Entonces, tal como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio” (Hebreos 9:27).
Estudie el
siguiente esbozo si usted está terminalmente enfermo y/o lo usa para ayudarle a
ministrar a alguien que está terminalmente enfermo:
Ministrando
AL TERMINALMENTE ENFERMO
I. Hay
enfermedad hacia la muerte: En Juan 11:4 Jesús dijo que la enfermedad de Lázaro
no era para la muerte. Esto significa que hay dolencias hacia la muerte.
II. Hay dos
tipos de muerte natural:
A. Muerte
Prematura: Volver a la destrucción de la carne para que el espíritu se salve.
B. Muerte
Determinada: Debido a los procesos naturales de la vida (Hebreos 9:27;
Eclesiastés 3:2; 2 Reyes 13:14; Isaías 38; 2 Reyes 20).
III. La meta de
la sanidad no es la inmortalidad:
A. Mismo
aquellos que Jesús resucitó eventualmente murieron.
B. Algunas
personas son sobrenaturalmente guardadas de los efectos de la vejez como Moisés
fue. Otros siguen la manera natural de envejecer, como Josué.
C. La Biblia no
promete la inmortalidad en este mundo como parte del pacto de la sanidad. No se
perturbe cuando Cristianos que cree y han ministrado la sanidad divina han
murieron de enfermedad. Esto sucedió a Eliseo, todavía años después sus huesos
aún tenían el poder para resucitar a un hombre muerto. ¡Esto confirma que él no
podría morir debido a la falta de fe!
IV. Al ministrar
al terminalmente enfermo busque Dios por sabiduría: ¿Está la persona en el
tiempo determinado para morir?
A. Si Dios
revela que es el tiempo designado de la persona, entonces ayúdele a prepararse
como Jesús hecho al ladrón en la cruz:
1. Asegúrese
que ella conoce a Jesús como su Salvador.
2. Si ella es
creyente, esté seguro que no hay ningún pecado no confesado.
3. Anime que
ella ponga sus asuntos en orden.
4. Anime que
ella haga la restitución si hay problemas entre ella y otra persona.
5. Ayúdeles a
entender que la muerte viene a todos. Para el creyente, la muerte está dentro
de los parámetros de la vida eterna que nosotros ya tenemos. Nosotros
necesitamos cambiar nuestra actitud sobre ella. Nosotros no debemos buscar la
muerte, pero nosotros debemos no poner una tal énfasis indebida en la vida
presente que nosotros la prefiramos para alguno que está para venir. Estar
ausente del cuerpo es estar presente con el Señor (2 Corintios 5:8). La muerte
es una enemiga, y es el último enemigo que se destruirá (1 Corintios 15:26). La
resurrección de Jesús fue las “primicias” para mostrar que la muerte fue
conquistada pero no fue destruida todavía. Es el terror de esto enemigo que se
desarma para el creyente (1 Corintios 15:55).
6. Ayúdeles a
entender que Dios es soberano. Él todavía puede intervenir en cualquier tiempo
para permitirles vivir mucho más tiempo.
7. Recuérdelos
que la muerte es la última sanidad. No hay más dolor o enfermedad. Nosotros
entramos en la presencia de Dios integralmente sanos. La enfermedad es como el
pecado: Nosotros somos salvos de la penalidad del pecado (la enfermedad) cuando
nosotros aceptamos a Jesús como el Salvador y Sanador. Nosotros podemos
continuamente librarnos de su poder como creyentes, pero sólo en el futuro cuando
nosotros vamos a estar con el Señor es que nosotros seremos salvos de su
presencia. Dios tiene una manera de usar las cosas que Satanás intenta para el
mal y volverlas para el bueno. La muerte es la penalidad para el pecado, y por
la muerte de Cristo la vida vino. Por esto la muerte es sorbida en victoria. En
la muerte, Dios realiza el último sanando.
8. Enfoque su
atención en la eternidad y en la resurrección. Use las siguiente referencias:
Juan 11:5-6; Job 19:25-27; Romanos 8:10-11,17- 18, 22-23; 10:11; 1 Corintios
15:42-44, 54-58; 2 Corintios 4:16-18; 5:1; 1 Tesalonicenses 4:13-18.
B. Si usted no
recibe una Palabra “Rhema” de Dios acerca de si esto es el designado tiempo de
la muerte:
1. Continúe
orando por sanidad según la voluntad de Dios. Esto no es exigir lo que
deseamos, pero dejar Dios hacer según Su voluntad, si es tomarlos o
levantarlos.
2. También es
bueno orar en el Espíritu, desde que el Espíritu Santo sabe la voluntad de Dios
y hará la intercesión adecuada (Romanos 8:26).
3. Anime al enfermo
para comprometerse totalmente a la confianza en Dios, si en vivir o morir,
ellos saben que ellos están en Sus manos: Juan 10:29; Job 13:15.
4. Enfoque en
ministrar en preparación para la muerte así como la sanidad física.
V. La Muerte Es
La Sanidad Última: Para el creyente, la muerte es la última sanidad. Allí no
hay más dolor o enfermedad y usted entra en la presencia de Dios. La enfermedad
y el pecado son similares: Nosotros somos guardados del castigo del pecado (la
enfermedad) cuando nosotros aceptamos a Jesús como el Salvador y Sanador.
Nosotros podemos ser continuamente libertos de su poder como creyentes, pero
sólo en el futuro cuando nosotros vamos a estar con el Señor es que nosotros
seremos salvos de su presencia. Dios tiene una manera de usar las cosas que
Satanás intenta para el mal y tornarlas en bien. La muerte era el castigo para
el pecado, y de la muerte de Cristo la vida vino. Esto es por qué la muerte es
sorbida en victoria. En la muerte, Dios realiza la sanidad última. La muerte es
sorbida en la victoria porque los muertos en Cristo resucitarán:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” (1 Corintios 15:51-55).
Cuando un
creyente muere, regocija, porque algo precioso ha ocurrido:
“Estimada es en los ojos de Jehová la muerte de sus fieles” (Salmos 116:15).
Para el
creyente, la muerte viene como una liberación de este mundo de pecado:
“Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, esta tienda temporal, se deshace, tenemos un edificio de parte de Dios, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. Pues en esta tienda gemimos deseando ser sobrevestidos de nuestra habitación celestial; Porque los que estamos en esta tienda gemimos agobiados, porque no quisiéramos ser desvestidos, sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida” (2 Corintios 5:1-2, 4).
En la muerte,
el creyente ha entrado en la presencia del Señor:
“Pues confiamos y consideramos mejor estar ausentes del cuerpo, y estar presentes delante del Señor” (2 Corintios 5:8).
Un hombre
nombrado Arthur Brisbane imaginó el entierro de un creyente como una
muchedumbre de orugas tristes en trajes negros desgastados, lamentando mientras
ellos llevaban un capullo a su lugar de descanso final. Sobre ellos una
mariposa increíblemente bonita fluctuaba.
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba la
Promesa de Sanidad de memoria.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
2. Discuta las
directrices cedidas en esta lección para ministrar al terminalmente enfermo.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
(Las
respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
COLOCANDO EN ACCIÓN
1. Estudie la
promesa de sanidad para esta lección:
“Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas’ (2 Corintios 4:16-18).
¿Si usted tiene
o está ministrando a alguien con una enfermedad terminal, haga estas preguntas:
esta condición está causándolo desmayar espiritualmente?
________________________________________
¿Su hombre
interior se renueva periódicamente, a pesar de la condición del hombre
exterior?
________________________________________
¿Cómo usted
podría renovar a su hombre interior?
________________________________________
¿Usted está
enfocando su atención en su condición temporal o en los valores eternos?
________________________________________
¿Cómo usted
podría cambiar su enfoque del temporal al eterno?
________________________________________
2. ¿Si usted
está ministrando a alguien que está terminalmente enfermo y Dios ha revelado
que es su tiempo designado para morir, trabaje a través de estos pasos:
¿Usted conoce a
Jesús como Salvador?
________________________________________
¿Si usted es un
creyente, usted tiene cualquier pecado no confesado? Ore por el pecado no
confesado, como el enojo, amargor, etc. Confiese y reciba el perdón (1 Juan
1:8-9).
________________________________________
¿Usted ha
puesto sus asuntos comerciales en orden? Si no, haga una lista de cosas que
usted necesita hacer:
________________________________________
¿Hay aquellos a
quienes usted necesita hacer la restitución, pedir el perdón, o resolver
problemas? Si así, escriba sus nombres abajo:
________________________________________
3. Si usted no
recibe el conocimiento de Dios acerca de que si éste es el tiempo designado de
la muerte, siga estos pasos:
n
Continúe
orando por la sanidad según la voluntad de Dios.
n
Ore en el
Espíritu pues Él conoce la voluntad de Dios y hará la intercesión apropiada.
n
Anime el
enfermo para comprometerse en total confianza en Dios, para que viviendo o
muriendo, él conozca que está en Sus manos.
4. Si usted, o
alguien a quien usted está ministrando, está terminalmente enfermo, reivindique
esta promesa:
“Jesús los miró y les dijo: --Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
5. Siempre
recuerde que Dios es soberano, y aunque una persona se declara enferma
terminalmente, Él puede intervenir cuando quiera y puede extender su vida. Lea
la historia del Rey Ezequías en Isaías 37:1 a 38:22. Cuando Exequias estaba
muriendo, él se volvió a Dios y recibió la sanidad. En este relato note suyo:
n
Condición:
Isaías 38:1
n
Oración:
Isaías 38:2-3
n
Promesa:
Isaías 38:4-6
n
Alabanza:
Isaías 38:9-20
PARTE SEIS
LAS ESTRATEGIAS PARA LA LIBERACIÓN
En esta sección
usted aprenderá las estrategias para ministrar y recibir la liberación. Usted
aprenderá sobre:
n
A QUIEN
SATANÁS HA TENIDO ATADO.
n
MINISTRAR LA
LIBERACIÓN.
n
LA
CONTINUACIÓN DEL MINISTERIO DE LIBERACIÓN.
CAPÍTULO
DIECISIETE
"A QUIEN SATANÁS HA TENIDO ATADO"
OBJETIVOS:
Al concluir
esta lección usted será capaz de:
n
Escribir la
Promesa de Sanidad de memoria.
n
Identificar
tres tipos principales de demonios que atacan el cuerpo, alma, y espíritu del
hombre.
n
Explicar el
valor del don de discernir espíritus tratando con los poderes demoníacos.
n
Explicar lo
que significa opresión demoníaca.
n
Identificar
las características de una persona oprimida de demonios.
n
Explicar lo
que significa obsesión demoníaca.
n
Identificar
las características de una persona obcecada de demonios.
n
Explicar lo
que significa ser poseído de demonio.
n
Identificar
las características de una persona poseída de demonios.
n
Explicar
cómo los demonios ganan el control.
PROMESAS
DE SANIDAD PARA REIVINDICAR:
“Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad
sobre todos los demonios y para sanar enfermedades” (Lucas 9.1).
INTRODUCCIÓN
Por mucho
tiempo la obra de los demonios se ha descartada por muchos como una práctica
curiosa en las culturas paganas. No ha sido considerada como un problema que
invade vidas, casas, iglesias, y naciones. Pero hay personas por todas partes
que son atormentadas, afligidas, e incluso poseídas por los poderes de la
oscuridad conocidos como los demonios. Jesús ministró a aquellos afectados por
los poderes demoníacos (Hechos 10:38) y Él comisionó a Sus seguidores para
hacer de la misma manera cuando ellos extendieran el Evangelio del Reino (Mateo
10:1).
Este capítulo
presenta las directrices para ministrar a aquellos afectados por los poderes
demoníacos. Para recibir el Evangelio estos cautivos deben primero ser libertos
de la esclavitud. (El Instituto Internacional Tiempo de Cosecha ofrece un curso
titulado “Estrategias Espirituales: Un Manual De Guerra Espiritual” que detalla
las actividades de Satanás y sus fuerzas demoníacas. Si usted no está
familiarizado con la guerra espiritual, usted debe obtener este curso antes de
que usted empiece el ministerio de liberación.)
JESÚS Y
DEMONIOS
La enseñanza y
ministerio de Jesús demostraron que los espíritus demoníacos son una fuerza
real del mal. Lo que Jesús enseñó sobre los demonios y cómo Él trató de ellos
rinde valiosa información sobre las estrategias de Satanás.
Jesús aceptó el
hecho que Satanás es el gobernante de una organización de demonios. Él enseñó
sobre la realidad y poder de los demonios. Él dijo que expulsar los demonios
era una de las señales que el Reino de Dios había venido. Lea Mateo 12:22-30,
Marcos 3:22-27, y Lucas 11:14-23 para un resumen de lo que Jesús enseñó acerca
de los demonios.
Una porción grande del ministerio de Jesús involucró el trato con los demonios. Es el ejemplo de Jesús y la autoridad de Su nombre que provee la base bíblica para tratar con los poderes demoníacos. Jesús ministró a todos que vinieron con problemas demoníacos. Pedro dijo de Jesús:
“Me refiero a Jesús de Nazaret, y a cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder. El anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38).
CÓMO LOS
DEMONIOS OPERAN
Los demonios
son usados por Satanás para oponerse a Dios, Su plan y propósitos, y a Su
pueblo. Ellos también guerrean contra los incrédulos para mantenerlos alejado
de la verdad del Evangelio. Los demonios controlan territorios
específicos (principados) como el príncipe de Persia mencionado en Daniel
10:12-13.
Los demonios
también trabajan a través de personas – a través de los hombres y
mujeres – para lograr los objetivos Satánicos en el mundo.
La oposición a
la voluntad de Dios es el objetivo principal de Satanás. La palabra “Satanás”
quiere decir al “adversario”.
Satanás es
principalmente el adversario de Dios (Job 1:6; Mateo 13:39). Él es
secundariamente, el adversario de hombre (Zacarías 3:1; 1 Pedro 5:8).
Los demonios
tienen naturalezas diferentes. Un demonio se identificó en 1 Reyes 22:23 como
un “espíritu mentiroso”. Un “espíritu sordo y mudo” se identifica en Marcos
9:25. Los demonios de varias naturalezas operan como espíritus de enfermedad,
espíritus seductores, y espíritus sucios. Satanás los usa para guerrear contra
el hombre en el cuerpo, alma, y espíritu:
LOS
ESPÍRITUS DE ENFERMEDAD:
Éstos son
espíritus que afligen los cuerpos de los creyentes así como los incrédulos. Lea
a Lucas 13:10-17. Esta mujer estaba afligida con un espíritu de enfermedad.
Ella estaba presente en los servicios Sabáticos y Jesús la llamó “una hija de
Abraham”. Los dos de estos hechos indican que ella probablemente era una
seguidora de Dios, todavía Satanás había afligido su cuerpo durante dieciocho
años.
Para otros
ejemplos de poderes demoníacos que afligen el cuerpo vea Mateo 12:22; 17:15-18;
Hechos 10:38; 2 Corintios 12:7.
LOS
ESPÍRITUS SEDUCTORES:
Estos espíritus
afligen el espíritu del hombre, seduciéndolos para creer en las mentiras
doctrinales y ser condenados al castigo eterno. Ellos son espíritus de
doctrinas falsas, cultos, falsos Cristos, y falsos maestros:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los
últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus
engañosos y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
“El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre” (Apocalipsis 16:14).
“El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:9-10).
Los espíritus seductores
incluyen el “espíritu de adivinación” mencionados en Hechos:
“Aconteció que, mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual producía gran ganancia a sus amos, adivinando” (Hechos 16:16).
Tales espíritus
de adivinación o “espíritus familiares” operan en cajeros de fortuna, brujas, y
palma, pelotas de cristal, y lectores de hoja de té. A través de los métodos no
bíblicos, estos espíritus de adivinación predicen el futuro o cosas
naturalmente desconocidas. Se dan advertencias contra los espíritus familiares
en Levítico 19:31; 20:6; Deuteronomio 5:9; 18:10; Levítico 20:27; y 1 Samuel
28:3.
Los espíritus
seductores chamuscan la conciencia, seducen, incitan, tientan, ganan el
interés, fascinan, excitan, despiertan, atraen, y engañan. Los espíritus
seductores son activos causando la “maldad en los
lugares celestiales”. Ellos están presentes y operantes en cada culto y
dondequiera que el error doctrinal existe. Recuerde que Satanás pide adoración
y él la tomará de cualquier manera que pueda.
Los espíritus
seductores incitan a los hombres y mujeres para rendir adoración a los ídolos y
al propio Satanás.
LOS
ESPÍRITUS INMUNDOS:
Estos poderes
demoníacos afligen la naturaleza del alma del hombre. Ellos son responsables
por los actos inmorales, pensamientos sucios, tentaciones y otras estrategias
de Satanás para atar a los hombres y mujeres. Cuando Satanás controla a los
individuos con los espíritus inmundos, él también puede operar en casas,
iglesias, y naciones enteras pues estos grupos son compuestos de individuos.
Esto es cómo Satanás trabaja en los varios niveles de estructura en la
sociedad. Para ejemplos de espíritus inmundos vea Mateo 10:1; 12:43; y Marcos
1:23-26.
OPRESIÓN,
OBSESIÓN, POSESIÓN
Los espíritus
malignos pueden oprimir las personas. Oprimir significa llevar abajo,
venir contra, o ligar desde el exterior. Esta opresión es cumplida por los
espíritus malignos de varias maneras. Ellos causan la depresión, crean
circunstancias negativas, e insertan pensamientos malos en la mente como los
pensamientos de suicidio, la inmoralidad, incredulidad, miedo, etc. Los
demonios crean las circunstancias Satánicas y situaciones que tientan a los
hombres para pecar:
“Me refiero a Jesús de Nazaret, y a cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder. El anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38).
Los demonios
también pueden poseer a los seres humanos. La posesión demoníaca es una
condición en la cuál los espíritus más malignos (demonios) habitan el cuerpo de
un ser humano y toma a voluntad el control completo de su víctima. Algunas
personas prefieren usar la palabra “demonisado” en lugar de posesión, pero sin
tener en cuenta el término, la persona poseída es hospedera de los demonios
residentes. “Posesión” no significa que una persona no es responsable por su
propio pecado. Su responsabilidad reposa en los factores que llevaron a su
condición.
La posesión
puede venir de buena gana. Una persona puede desear ser tomada por los poderes
del espíritu para dirigir sesiones de espiritismo, pronunciar maldiciones,
tornarse una bruja, o obtener algún otro poder sobrenatural. La posesión
también puede ocurrir involuntariamente. Un individuo no pide para ser poseído,
pero a través de pensamientos pecadores, acciones, o contacto con el oculto
resulta en la posesión.
Poderes
demoníacos que operan en los padres y los pecados de los padres pueden afectar
la próxima generación. (Vea Éxodo 20:5; 34:7; y Deuteronomio 5:9.) Esto cuenta
para la posesión demoníaca u opresión de niños como registrado en Marcos
7:24-30 y 9:17-21.
Hay también tal
cosa como la obsesión demoníaca. Ésta es una condición dónde uno se obsesiona
por un interés o preocupación con los demonios. Es un interés raro en el
sobrenatural, demonios, y Satanás que controlan el interés y la búsqueda de una
manera dictadota.
La obsesión por
los poderes del demonio puede llevar a la posesión por ellos.
¿LOS DEMONIOS
PUEDEN AFECTAR A LOS CREYENTES?
Un verdadero
creyente no puede ser poseído por un demonio porque el Espíritu Santo no puede
habitar en el mismo templo con un espíritu malo:
“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues habéis sido comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo” (1 Corintios 6:19-20).
Cuando usted
pertenece a Dios y está lleno con el Espíritu Santo, usted no puede pertenecer
a Satanás y está lleno al mismo tiempo de sus espíritus. El Espíritu Santo no
morará en el mismo templo con Satanás.
Pero esto no
significa que los creyentes no pueden ser afectados por los poderes demoníacos.
Nosotros luchamos contra estos poderes. Satanás usa los poderes demoníacos para
atacar a los creyentes desde el exterior a través de la opresión, los síntomas
que se discutió previamente. Pero él no puede poseer al verdadero creyente.
“Poseer” indica una ocupación interior. “Oprimir” o
atar indica influencia exterior. Las actividades de los creyentes pueden ser satánicamente dirigidas si
ellos permiten a los poderes demoníacos oprimirlos. Tal opresión o atadura por
los poderes malignos permite a Satanás usarlos para propósitos malos.
Esto es lo que
pasó cuando Pedro, un discípulo de Jesús, fue usado por Satanás para intentar
desviar a Jesús de sufrir por los pecados de toda la humanidad. Cuando Jesús
describió el sufrimiento que Él sufriría, Pedro dijo:
“Señor, ten compasión de ti mismo. Jamás te
suceda esto!” (Mateo
16:22).
Jesús dijo a Pedro:
“Entonces él volviéndose, dijo a Pedro: -¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16:23).
Jesús no quiso
decir que Pedro realmente era Satanás. Él reconoció que en aquello momento
Pedro permitió a Satanás operar a través de él. Él no estaba poseído de
demonios, pero él estaba permitiendo a los espíritus satánicos influirlo. Por
sus propias acciones, los creyentes “dan lugar” (proporcionan la oportunidad)
para Satanás usarlos (Efesios 4:27).
Cuando una
persona nace de nuevo, su nombre es escrito en un libro especial en el Cielo
llamado el libro de la vida. Sólo aquellos cuyos nombres están en este libro
serán residentes del Cielo por la eternidad:
“Y el que no fue hallado inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15).
Es posible
tener su nombre escrito en el libro de la vida, pero después borrado debido a
retroceder al vivir pecador:
“De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles” (Apocalipsis 3:5).
Si un creyente
continúa en pecado conocido y no-confesado, hay un punto a que él puede dejar
de ser un Cristiano. El Apóstol Pablo expresó su propia preocupación que él no
ser descalificado después de predicar a otros:
“Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado” (1 Corintios 9:27).